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El referéndum de Moldavia aprueba el objetivo de ingresar en la Unión Europea

El 20 de octubre se celebró un referéndum paralelo a las elecciones presidenciales para decidir sobre una enmienda a la Constitución que establece la adhesión a la Unión Europea como objetivo a perseguir. Con una participación de sólo el 51,68%, el «SÍ» obtuvo una ajustada victoria (50,38% de los votos válidos, frente al 49,62%). El gran número de emigrantes moldavos, la llamada «diáspora moldava», pesó mucho a favor del «SÍ». De este modo, Moldavia da un paso más hacia el acercamiento al bloque imperialista de la Unión Europea, que sirve de tapadera a las maniobras de la OTAN y Estados Unidos contra Rusia en la región.

Besarabia, región que corresponde en su mayor parte a la actual Moldavia, situada entre los ríos Prut y Dniéster, ha sido objeto de disputas entre potencias. En 1812, el Imperio ruso se anexionó la región, que hasta entonces había pertenecido al Imperio otomano, tras firmar el Tratado de Bucarest. En 1917, tras la Revolución de Octubre rusa, que liberó a las naciones de la opresión nacional de los gran rusos, Rumanía, con la connivencia de las fuerzas de la Entente, ocupó militarmente y se anexionó Besarabia, que se convirtió en trinchera de los ejércitos blancos de la contrarrevolución. En 1924, una región de la República Soviética de Ucrania con una importante presencia de moldavos y próxima a la frontera con Besarabia (Rumanía) se convirtió en la República Socialista Soviética Autónoma de Moldavia, con el objetivo de proyectar el poder soviético sobre los obreros y campesinos de Besarabia.

Años más tarde, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial, el estalinismo no tardó en recurrir a métodos burocrático-militares de opresión nacional, ajenos al proletariado, para arrebatar Besarabia a Rumanía. Mediante el secreto Pacto de No Agresión germano-soviético, Stalin se anexionó Besarabia en 1940, que, junto con el territorio de la República Autónoma de Moldavia, formó la República Socialista Soviética de Moldavia, que duró hasta 1991, en el contexto de la disolución de la Unión Soviética.

La declaración de independencia de Moldavia en 1991 fue acompañada de una guerra interna, con la separación de Transnistria (región donde se encontraba la antigua República Autónoma Soviética) del resto del territorio moldavo y su incorporación a la órbita rusa, con la presencia de tropas rusas en su territorio.

Los métodos centralista-burocráticos del estalinismo impidieron a las repúblicas soviéticas reforzar sus lazos de solidaridad en aras de la internacionalización de la revolución. Las contradicciones generadas por la opresión nacional sirvieron de punto de apoyo al imperialismo para hacer avanzar la restauración capitalista en la URSS.

El referéndum actual es otra etapa de este proceso, en el que los trabajadores y campesinos moldavos se encuentran atrapados entre las presiones de la UE, la OTAN y el imperialismo estadounidense, por un lado, y la oligarquía y la burocracia rusas, por otro. La verdadera independencia nacional e integridad territorial de Moldavia sólo vendrá de la unión de las nacionalidades rusa, ucraniana, moldava, rumana y otras, con el fin de la guerra en Ucrania y sobre la base de la paz, sin anexiones, como parte de la lucha por los Estados Unidos Socialistas de Europa.

(POR Brasil – Masas N°726)

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