El gobierno anunció la licitación del Belgrano Cargas y los planes de privatizar las líneas de trenes de pasajeros
En el AMBA hay ocho líneas de trenes. La empresa de gestión estatal Trenes Argentinos Operaciones, opera las líneas Mitre, Roca, San Martín, Belgrano Sur, Sarmiento y el Tren de la Costa, que cubren más del 80% del transporte de pasajeros. Las dos líneas restantes continúan bajo gestión privada desde 1994: el Belgrano Norte, administrado por la empresa Ferrovías SA y la línea Urquiza, concesionada a Metrovías SA.
En un anuncio poco claro el gobierno dio a conocer la intención de privatizar nuevamente el transporte de pasajeros: “va a haber una diferencia con el modelo de los 90″ diferenciándolo del modelo de privatización menemista y del modelo privado del Belgrano Norte visto como poco atractivo para las inversiones. “Se va a evitar una concesión integral donde una sola empresa tiene la administración de la infraestructura, la operación del tren y el mantenimiento… Vamos a dividir las unidades de negocio en distintas concesiones para evitar los monopolios” anuncia Franco Mogetta, secretario de Transporte.
Fue con el Plan Larkin, bajo el gobierno de Frondizi, y la última dictadura militar cuando comenzó el desmantelamiento del sistema ferroviario argentino, levantando miles de kilómetros de vías y despidiendo a decenas de miles de ferroviarios. El gobierno peronista de Menem completó el trabajo con la privatización. Se cerraron 800 estaciones condenando a muchos pueblos a la desaparición, casi el 90 por ciento de los trabajadores empleados en todo el país fueron despedidos, y tuvo como corolario de la desinversión la tragedia de Once donde murieron 51 personas. Este último suceso marcó un punto de inflexión y obligó al gobierno de Cristina Kirchner, ante la crisis política ocasionada, a iniciar un plan de obras con la multimillonaria compra de vagones chinos y una ley de re-estatización que no fue tal. De hecho, los trenes de cargas, que son los que mayores beneficios generan, continuaron privatizados (con excepción del Belgrano Cargas que representa el 37% de la carga total).
La historia de las privatizaciones y sus consecuencias, son pasadas por alto por la actual conducción de la Unión Ferroviaria y la Fraternidad. Sasia manifestó abiertamente su apoyo a la privatización y Maturano niega que pueda tener consecuencias sobre los trabajadores.
Por supuesto este apoyo no es gratis, el gobierno le ofreció a Sasia el 10% del paquete accionario del Belgrano Cargas y la posibilidad de que el sindicato tenga un representante en el Directorio. Como claro gesto de conformidad, la Unión Ferroviaria no adhirió al paro del transporte convocado para el 30 de octubre. Pero no es el único gesto de Sasia al gobierno, el ajuste en el ferrocarril comenzó con el despido de 100 trabajadores de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIFSE), la mayoría personal técnico especializado en infraestructura ferroviaria, el cierre definitivo de boleterías y el plan de retiro voluntario y despido de personal que contempla prescindir de 3000 trabajadores para el 2025. Mientras tanto, Sasia guarda silencio y defiende la necesidad de privatizar el ferrocarril, indiferente al importante rol que cumple el ferrocarril en el traslado de pasajeros y de mercancías.
Ante las medidas de ajuste y privatización del gobierno con la complicidad de la burocracia, la defensa del ferrocarril al servicio de las mayorías depende de sus trabajadores, urgen las asambleas. Para resistir los despidos hay que sacarse el lastre de la burocracia. En el tren no sobran trabajadores pero en la Unión sobran burócratas.
(nota de MASAS n°468)