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Cretinismo parlamentario recargado

No es una novedad que el centrismo intervenga en los recintos podridos de las instituciones burguesas exactamente a contramano de los principios marxistas. No obstante, esta cuestión debe ser bien comprendida.

Vanina Biasi como diputada nacional del Partido Obrero dentro del FIT-U -que es víctima de una furibunda persecución por sus firmes denuncias contra al sionismo- evidencia esta total incomprensión, no personal ni de su partido particularmente, sino como rasgo general de los autoproclamados trotskistas, como síntoma de una época. Sucede que la sesión en Cámara de Diputados del 12 de noviembre para tratar la limitación a los DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia) del Poder Ejecutivo mediante la modificación de la Ley 26.122 del 2006 y el rechazo al Decreto 846/2024 (que brinda la posibilidad al Ejecutivo de canjear deuda en condiciones más draconianas) fracasó estrepitosamente. El FIT-U intentó además incorporar el tratamiento del DNU 70/2023, ya rechazado en el Senado en marzo de este año.

Comienza señalando Prensa Obrera sobre esa malograda sesión: “el rechazo al DNU 70 es un objetivo imperioso que se podría concretar (¡!) en esta sesión”. Lo que está expresando el portal digital es que no serán las gigantescas movilizaciones, el rechazo con la huelga general y la acción directa de masas las que puedan voltear el DNU, sino una sesión parlamentaria.

¿Pero no estaremos haciendo un razonamiento exagerado? ¿No estaremos forzando las conclusiones? A renglón seguido, Vanina Biasi nos informa que no estamos equivocados, que ellos ya enviaron “una nota a los diputados convocantes… pidiendo que se agregue al temario el rechazo al decreto 70/2023”. Y sentencia Prensa Obrera: “Para limitar (¡!) el poder de la motosierra y del gobierno, la diputada Vanina Biasi pide que se trate el DNU 70”. No hay error, estas organizaciones centristas y sus diputados están convencidos que las componendas con los partidos patronales, desde las instituciones de la burguesía, pueden “limitar el poder” del gobierno o “concretar” el rechazo al DNU. Un total y delirante confusionismo.

Los cuestionamientos y denuncias son superficiales: apuntan al mal desempeño de los diputados y a su corruptibilidad. Como contrapartida, se erigen en campeones de la asistencia a las sesiones del congreso, o reivindican los buenos y saludables que son sus proyectos presentados. No hay una caracterización sobre las instituciones de la burguesía y su rol de legitimación de la dictadura del capital, sino su embellecimiento; no luchan por desenmascarar a los representantes patronales sino que intentan llegar a componendas, presionarlos para alguna votación o reemplazarlos en futuras elecciones por sus propios diputados del FIT-U; no atacan las ilusiones que aún conservan buena parte de los oprimidos, sino que, por el contrario, las alimentan; no ejecutan una labor revolucionaria sino socialdemócrata. Ahí está el carácter oportunista del centrismo: un democratismo rampante.

Estas acciones del FIT-U, que se repiten sistemáticamente en el Parlamento, constituyen un oscurecimiento del asunto y que, por su regularidad, no son exabruptos aislados o errores enmendables. Son un mecanismo de embrutecimiento que debe ser rechazado enfáticamente y desentrañar a qué raíces materiales obedece.

Solo el Partido Obrero Revolucionario ha analizado científicamente desde el inicio de esta experiencia cuál sería su derrotero y cómo irían a constituir un obstáculo para la politización de las masas y la elevación de la comprensión de sus tareas y métodos. Mucho daño se ha hecho en estos 13 años de existencia del FIT y mucho más se hará si no logramos superar la descomposición centrista y su política democratizante.

(Nota de MASAS n°469)

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