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Repudio a la persecución política sobre Cristina Kirchner

El 13 de noviembre la Cámara Federal de Casación Penal confirmó la condena de seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos contra la expresidenta Cristina Kirchner, por haber direccionado licitaciones de obras públicas en la provincia de Santa Cruz en beneficio del empresario Lázaro Báez. Se trata de un fallo en segunda instancia que fue apelado y tendrá que expedirse la Corte Suprema en los próximos años.

No se investiga ni se la juzga por corrupción. Si así fuera no quedaría un solo dirigente de los partidos patronales, peronista, radical o del pro sin condena, empezando por Macri y Caputo. La corrupción es inherente al sistema capitalista y solo terminaremos con ella cuando terminemos con el poder económico de los empresarios y terratenientes.

De lo que se trata es de una operación política, judicial, para proscribir a Cristina Kirchner. Permanentemente y de forma grotesca pretenden impedir que pueda seguir jugando un papel dirigente. Forma parte de la intromisión permanente de EEUU en la política nacional para imponer sus intereses. El uso de la Justicia como ariete del gran capital es un fenómeno que se reproduce en todos los países.

Los revolucionarios rechazamos su proscripción y llamamos a enfrentarla, no con los métodos de la justicia, sino con los de la clase: los piquetes y la huelga. Defendemos sus derechos políticos, como parte de las libertades democráticas, pero no su política ni sus privilegios. Tampoco olvidamos el Proyecto X ni la Ley Antiterrorista, ambos de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner para perseguir militantes de izquierda.

Como ya ha ocurrido tantas veces en la historia las agresiones del gran capital terminan potenciando a las víctimas, que sin esfuerzo aparecen como antagónicas del imperialismo, aparecen como perseguidos por defender el interés nacional.

La Justicia no es independiente, es un poder colonizado por el imperialismo y los grandes capitalistas, que opera de acuerdo a sus mandantes. No se puede reformar, deberá ser barrida junto con todas las instituciones del Estado podrido y en descomposición.

La única vía para terminar con las persecuciones, conquistar todas las libertades democráticas cercenadas, reconquistar todos los derechos, es la acción directa de masas, la huelga, las movilizaciones, los piquetes, los cortes, las ocupaciones. Por medio de la lucha de clases. Para imponer esta política las masas deben independizarse políticamente, dejar de seguir a direcciones partidarias de la conciliación, cómplices, traidoras. No hay cómo conciliar intereses brutalmente antagónicos.

La clase obrera puede ofrecer una política que termine con esta decadencia y descomposición, terminando con la gran propiedad, esa es la base de todas las agresiones y ataques, de toda la violencia desatada contra nuestros derechos.

Solo la clase obrera puede enjuiciar con sus tribunales populares todos los crímenes de la burguesía, de todo tipo, bajo todos sus gobiernos, incluidos los de Kirchner, cuyo más grande crimen contra la nación fue haber pagado más de 190 mil millones de dólares de deuda externa. La obra pública, fuente inagotable de corrupción burguesa, debe ser expropiada y estatizada, bajo control obrero colectivo.

(Nota de MASAS n°469)

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