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¡Volkswagen en Alemania y General Motors en Brasil anuncian más despidos y reducciones de salarios y derechos!

El 2 de diciembre, General Motors (GM) en São José dos Campos – Brasil inició otro Plan de Despidos Voluntarios, que pretende destruir 100 puestos de trabajo. Se trata de un ataque más de la burguesía a las condiciones de vida de los trabajadores.

La propuesta prevé la concesión de magras indemnizaciones a los trabajadores que se adhieran a la propuesta de despido, como un coche 0 km, cinco sueldos extras, pago y seguro médico por seis meses y R$12.000, pago por los días trabajados en el mes, un 13º sueldo proporcional, vacaciones indemnizadas, preaviso de hasta tres sueldos, multa de 40% en el FGTS y el segundo plazo de Participación en las Ganancias.

Se trata del segundo plan de despidos voluntarios anunciado por la empresa en menos de un año. En diciembre del año pasado, la empresa despidió a 630 empleados que se habían adherido al programa. Las miserables migajas ofrecidas por la empresa deben ser rechazadas por los trabajadores metalúrgicos de GM, porque el dinero y el coche ofrecidos por la empresa son bienes materiales efímeros que no garantizan el mantenimiento de las condiciones de vida de los trabajadores, porque impone el desempleo, la miseria y la degradación de las condiciones de vida.

No se trata de un caso aislado. Forma parte del cuadro internacional de ataques que la burguesía está desencadenando contra las masas explotadas. En Alemania, el 2 de diciembre, los trabajadores de Volkswagen iniciaron una huelga nacional de advertencia, en una nueva escalada de la lucha de clases en el país, ante despidos masivos, recortes salariales y posibles cierres de plantas. El argumento de la empresa es que estas medidas son necesarias para hacer frente a la competencia china y a la reducción del consumo de automóviles en Europa. Como respuesta a esta situación, el sindicato de los trabajadores de la autopartista alemana ha propuesto que la clase obrera renuncie a los bonos para 2025 y 2026, demostrando así su sumisión a la patronal.

Es evidente el interés de la burguesía en descargar hasta los huesos la crisis de sobreproducción y la consiguiente descomposición del capitalismo sobre las masas trabajadoras.

Tanto la situación del plan de despidos propuesto por la General Motors (GM) en São José dos Campos como la de la Volkswagen en Alemania deben ser duramente rechazadas por los trabajadores que tienen la tarea de organizar la lucha por la defensa de los puestos de trabajo utilizando los métodos de la lucha de clases. Es deber de las centrales sindicales organizar la lucha en defensa de un salario mínimo vital, calculado por los propios trabajadores y suficiente para mantener a una familia de cuatro personas, con una escala móvil de reajuste automático en función del aumento del coste de la vida, así como una escala móvil de la jornada laboral nacional dividida entre todos los trabajadores en condiciones de trabajar, sin reducción salarial, y la defensa de la estabilidad en el empleo

El empleo no se negocia. Se defiende con huelgas, ocupando fábricas e implantando el control obrero de la producción. Luchando por la estatización, sin indemnización y bajo control obrero, de toda fábrica que amenace con cerrar o despedir trabajadores. Debemos rechazar las negociaciones formadas por burócratas sindicales y elementos de la burguesía carnicera, que mata a los trabajadores con jornadas agotadoras y mal pagadas. ¡Por una Jornada Nacional de Lucha, organizando comités de fábrica y comités de huelga dirigidos por los trabajadores! Abajo los planes de despidos y los ataques a los salarios, que significan profundizar la miseria y destruir las condiciones de vida de la mayoría explotada.

Alemania: Los trabajadores metalúrgicos siguen luchando

Crece la radicalización de la huelga metalúrgica alemana. A principios de semana, IG Metall, el sindicato dirigido por los reformistas, se vio obligado a celebrar por segunda vez huelgas parciales en las plantas de Volkswagen. La parcialidad de los paros no ha impedido que se radicalicen hasta el punto de imponer otra ronda de negociaciones para la próxima semana.

Los burócratas volvieron a manipular con las llamadas huelgas parciales y de duración determinada. Anunciaron algunas pequeñas conquistas para los aprendices (jóvenes contratistas) y redujeron los ajustes para el año 2025. Sin embargo, la cuestión de los cierres de fábricas y los despidos siguió siendo la exigencia de la patronal. Ante esto, los trabajadores respondieron con el lema: “Si quieren guerra, estamos listos”. Este grito resonó en las marchas que tuvieron lugar frente a las fábricas en las que participaron más de 60.000 trabajadores y sólo no llegó a cumplirse gracias al nefasto papel de las direcciones sindicales, que juegan a cansar y desgastar a los trabajadores con sus huelgas para presionar en las negociaciones. Los trabajadores se mantienen firmes en su rechazo a los despidos y al cierre de plantas. La burocracia ha ideado un plan milagroso para la patronal: crear caja con los fondos donados por los trabajadores (parte de sus salarios) y salvar así a los mega-accionistas temerosos de la crisis que crece bajo la batuta de la OTAN, la presión del mercado chino y la guerra Rusia-Ucrania.

En Brasil, sigue colocada la exigencia a la CUT para que llame a asambleas de base, reuniones contra los ataques de Haddad y Lula, por el fin de la escala 6×1, la unidad con los trabajadores alemanes, en la lucha por el socialismo y el fin de las guerras.                         

(POR Brasil – Masas n°729)

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