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Crisis ferroviaria: paritarias estancadas, ajuste y privatización en la mira

La Fraternidad, el gremio de maquinistas, anunció un paro nacional por 24 horas para el 18 diciembre a raíz del fracaso de la última ronda de negociaciones paritarias. Finalmente, tras el llamado a conciliación obligatoria el gremio debió levantar la medida de fuerza que era la continuación del plan de lucha iniciado a principios de diciembre, que incluyó tres días de trabajo a reglamento, circulando a 30 km/h y volanteada en las estaciones cabeceras.

La Fraternidad reclama una recomposición salarial que supere lo acordado por los otros dos gremios ferroviarios, la Unión ferroviaria y Señaleros, rechazando la oferta de Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado de un 1% para el mes de noviembre y un 2,5% para el mes de diciembre. Los aumentos ofrecidos hasta la fecha no contemplan la pérdida del poder adquisitivo desde el inicio de la gestión, que llega al 46%.

También alertan sobre el estado crítico de los trenes y las locomotoras en diferentes líneas ferroviarias. La falta de inversión en sectores estratégicos del ferrocarril, que no es actual, se ve en locomotoras añosas circulando aún, no se invierte en mantenimiento, ni se compran repuestos e insumos necesarios para el funcionamiento diario.

El ataque a los trabajadores ferroviarios no es reciente, la actual gestión dejó en claro la intención de privatizar e inició el ajuste con despidos, retiros voluntarios y esta semana anunció el cierre definitivo de DECAHF (Trenes Argentinos Capital Humano) con el despido de 1338 trabajadores.

La posición más combativa de Maturano, dirigente de la Fraternidad, marca una diferencia con el accionar de Sergio Sasia, que no convocó al último paro del transporte, y aceptó sin condiciones las ofertas salariales del gobierno. Abiertamente alineado al gobierno, Sasia se despega de un Maturano en apariencias más combativo y cercano a los trabajadores, que pelea por el salario y mejores condiciones de trabajo, pero que también se alinea a favor de las privatizaciones.

Se está llevando adelante la destrucción del ferrocarril: se despiden trabajadores, se eliminan destinos, no se invierte en máquinas ni talleres, y empeoran las condiciones laborales. Los planes actuales continúan el desmantelamiento que se inició con el plan Larkin, siguió durante la dictadura y el gobierno de Menem y se disimuló en el kirchnerismo. Mientras tanto, Sasia y Maturano como dos caras de la burocracia, el primero traiciona a los trabajadores públicamente, el otro, obligado a ceder a la presión de las bases, llama a la lucha, pero concilia con las privatizaciones. No son más que un lastre del que los trabajadores debemos deshacernos para recuperar el ferrocarril.

(Nota de MASAS n°471)

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