El gobierno de Trump está avanzando con sus amenazas anexionistas, medidas de guerra comercial y de persecución a los inmigrantes especialmente sobre Latinoamérica
Declaración del CERCI
Desde el show del acto de asunción, firmando cantidad de decretos, Trump actúa con toda prepotencia e intensidad para imponer por todos los medios sus políticas volcadas a recuperar el papel hegemónico de EE.UU., saliendo de la decadencia y retroceso. Utiliza todo su poder económico y militar con el objetivo de imponer su política imperial que agravará el sometimiento y atraso de las semicolonias.
Inmediatamente se lanzó a la deportación masiva de inmigrantes, a los que acusó de cometer robos, asesinatos y violaciones, acusación contra gente pobre que intenta ingresar a EE.UU. por todos los medios en busca de trabajo. Hacen razzias en los lugares de trabajo, en los domicilios, buscan registros en las escuelas, los concentran por país de origen y los cargan en aviones en condiciones humillantes, incluidos niños. Varios países de Latinoamérica han recibido esos aviones. Y si no los aceptan, como fue el caso de Colombia, fue amenazado inmediatamente con fuertes sanciones comerciales para imponer su medida. La población latina supera los 65 millones de personas y etiman que alrededor en 11 millones los indocumentados, la gran mayoría mexicanos. Trump también emitió una orden que exige la investigación exhaustiva de todos los 300.000 casos de asilo a venezolanos. El objetivo de esta ofensiva, con todo su despliegue represivo es disciplinador para los trabajadores, diciéndoles que deberán soportar tiempos duros para que EE.UU. recupere su grandeza.
Reiteró su ofensiva expansionista para recuperar el Canal de Panamá “que nunca debió ser devuelto” a su País y que acusa de ser controlado por China. En realidad el 75% del uso del Canal lo hace EE.UU. transportando mercaderías entre la costa este y la oeste de su país. Reitera su pretensión de comprar Groenlandia a Dinamarca u ocuparla por la fuerza diciendo que es una cuestión de seguridad nacional, por la explotación de las rutas marítimas en el Ártico y la explotación de sus minerales; insiste con su discurso de que Canadá debería integrarse a los EE.UU. y ser su Estado número 51. Amenaza con intervenir sobre México acusando a su gobierno de mantener relaciones con el narcotráfico.
EE.UU. potencia la guerra comercial mediante la aplicación de elevados aranceles aduaneros (tarifas) con la excusa de combatir el ingreso de fentanilo a EE.UU. una droga que causa la muerte de decenas de miles de personas en el año, combatir a los cárteles de la droga y de combatir la llegada de inmigrantes. Es claro que es una excusa ya que insiste que “los gravámenes son inevitables” porque EE.UU. necesita equilibrar su balanza comercial y aumentar la recaudación de impuestos aunque esto impacte en una mayor inflación. Pero su objetivo final es que las fábricas se relocalicen y vuelvan a producir en su país, sin importarle romper los acuerdos de integración económica con Canadá y México, sus principales socios, que tienen 30 años, rompiendo las cadenas de suministros de las fábricas, creando una situación de mayor caos en la economía. La suspensión temporaria, por 30 días, de la imposición del 25% de aranceles, es porque los gobiernos se habrían comprometido a reforzar el control migratorio y ayudar a impedir el ingreso de fentanilo. Pero el mismo Trump se encargó de aclarar que la suspensión de los aranceles con Canadá depende de si aceptan un “nuevo acuerdo económico final”.
El problema del fentanilo es fundamentalmente un problema de EE.UU. de los grandes capitales involucrados con el narcotráfico, en los bancos por donde circulan los miles de millones de dólares del negocio más lucrativo.
También amenaza a los BRICS con fuertes aranceles si se atreven a cuestionar al dólar como la moneda para sus transacciones comerciales y tratan de promover otra moneda.
La imposición de estas medidas unilaterales, fuertemente proteccionistas, que rompen con todos los acuerdos y reglas establecidos por ellos mismos, son el producto de su desesperación por recuperar su papel predominante en la economía mundial manteniendo el viejo orden constituido después de la Segunda Guerra. Pesa la gran crisis del 2008-9 que golpeó en el corazón de su economía y de la cual no se pudo recuperar. Estas medidas originan un tembladeral en la economía altamente globalizada e integrada, provocando caídas en las bolsas y desvalorización de las monedas locales.
Esta ofensiva abiertamente colonialista encuentra una resistencia creciente por parte de la mayoría oprimida que se siente avasallada y que entiende que todo este ataque se descarga sobre sus espaldas. La gira del Secretario de Estado Marco Rubio a Centroamérica comenzó en Panamá, la respuesta fueron 3 días de movilizaciones de trabajadores y estudiantes, encabezados por el sindicato de la construcción, rechazando su presencia y defendiendo la soberanía sobre el Canal, quemando banderas norteamericanas y levantando la bandera antiimperialista “lo que está en Panamá es de los panameños”. El Gobierno reprimió las protestas y mientras el presidente Melino discurseaba sobre la defensa de la soberanía de Panamá sobre el Canal comunicaba que no renovará el acuerdo con China en el marco de la Ruta de la Seda. Rubio había exigido «cambios inmediatos» sobre el Canal ante la supuesta «influencia y el control del Partido Comunista Chino».
En Argentina hubo una movilización nacional extraordinaria con cientos de miles en las calles contra las políticas de Milei que reproducen la orientación política de Trump y Elon Musk. Convocada con la bandera del “orgullo antifascista y antirracista” tuvo un claro carácter antiimperialista de rechazo a todos los ataques del Gobierno y las grandes corporaciones.
También al interior de EE.UU. aparece la resistencia a las medidas racistas y represivas. Algunos Estados rechazan las políticas migratorias, Jueces rechazan por inconstitucional negar la nacionalidad a los niños nacidos en EE.UU., rechazan los recortes a la salud y la asistencia a los sectores más desprotegidos. En iglesias y escuelas aparecen medidas de organización de la solidaridad con los perseguidos por las redadas del Gobierno Federal. El Gobierno Federal amenaza a los gobernadores que no se sumen a su política con cortarles ayuda financiera. En Florida prácticamente se paraliza la economía especialmente en zonas agrícolas por el temor de los migrantes a transitar, a mandar a sus niños a la escuela, a ir al trabajo, de concurrir al hospital. En Puerto Rico pasa lo mismo agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE) llevan a cabo redadas contra inmigrantes deteniendo a decenas de personas especialmente dominicanos y haitianos. Es claro que la persecución no es contra delincuentes sino contra trabajadores. Están imponiendo un régimen de terror represivo. Trump ha ordenado poner en condiciones las cárceles en Guantánamo para albergar a los 30.000 más peligrosos.
El sanguinario Nayib Bukele, presidente de El Salvador, servicial de los EE.UU., ofreció su gigantesca prisión, la mayor de América Latina, -Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot)- para que Trump envíe prisioneros, contribuyendo con una pequeña tarifa. El Salvador es el país que exhibe el mayor número de encarcelados del mundo. Los gobiernos latinoamericanos que contribuyen activa o pasivamente con las medidas fascistizantes de Trump deben ser combatidos duramente por la clase obrera y demás trabajadores, impulsando la lucha antiimperialista.
La mayoría oprimida percibe en todos los países la magnitud del ataque que se viene. El extremo proteccionismo de EE.UU. obligará a otros países a adoptar medidas similares afectando al conjunto de la economía y perjudicando especialmente a las economías más débiles. China ya respondió con imposiciones aduaneras. Y Europa promete reaccionar en caso de ser atacada. Así, la guerra comercial tiende a generalizarse y elevar su temperatura.
Los gobiernos burgueses de Latinoamérica se ven sacudidos por el ataque abierto y tienen que ensayar una respuesta en defensa de la soberanía a la par que se someten a los dictados imperiales, traduciendo el alineamiento de las burguesías nacionales con el capital financiero, evitando todo lo que pueden las fricciones y choques. Es claro que no es hablando que se puede detener esta ofensiva La presidenta de México advierte que van a resistir y que es EEUU el que provee de armamento poderoso a los cárteles de la droga, pero al mismo tiempo cede ante Trump y moviliza 10.000 efectivos de la Guardia Nacional para controlar la migración en la frontera. Es una dura prueba para los gobiernos nacional-reformistas obligados a dar respuestas concretas ante semejante amenaza, que no se detiene con discursos.
Está planteada la lucha antiimperialista en todo el Continente para rechazar de plano las políticas colonialistas, rechazando la deportación de inmigrantes. La migración es el producto del atraso, la pobreza y el desempleo en nuestros países semicoloniales, y por lo tanto, provocado por el sometimiento al imperialismo. Rechazando su pretensión expansionista, defendiendo el Canal de Panamá en manos de los panameños, defendiendo a Venezuela contra cualquier pretensión de imponerle otro presidente, contra el aumento de las sanciones y bloqueo sobre Cuba. Rechazando la instalación de bases militares de EE.UU. y la OTAN en el Continente. Desconociendo los programas del FMI y las deudas. Expulsando a las multinacionales que saquean nuestro territorio y se apoderaron de sectores vitales de la economía.
El encuentro de Trump con el carnicero Netanyahu, el día 4, tuvo el objetivo de declarar que la intervención y la matanza en la Franja de Gaza solamente terminarán con la liquidación de Hamas, la sumisión del pueblo palestino y la anexión definitiva de lo que resta a la nación oprimida. El jefe del imperialismo no se contuvo en declarar que los EE.UU. están listos para hacerse cargo de la Franja de Gaza, en nombre de su reconstrucción. Y ofreció a los palestinos su expulsión hacia países árabes. Señaló que recrudecerá los ataques a Irán y aliados y que retomará el deseado Acuerdo de Abraham, que somete a los países árabes asociados al objetivo de proteger al Estado sionista de Israel contra la resistencia palestina. Netanyahu se refirió a una reconfiguración de Oriente Medio. Por lo tanto, se puso en marcha una amplia ofensiva de los EE.UU. contra la lucha de las naciones oprimidas contra la dominación colonialista. Ciertamente, las masas árabes, persas y demás nacionalidades se verán frente a la necesidad de resistir, de lanzarse a la resistencia antiimperialista.
La amplitud del combate es de orden mundial. Lo que está reflejando el avanzado estado de putrefacción del capitalismo de la época imperialista, que es de transición al socialismo. Todo indica que la escalada militar no solamente se mantendrá, sino que recrudecerá. Está a la vista de los explotados, en todas las latitudes, la ruta de colisión de los EE.UU. con China.
La clase obrera está llamada a jugar un papel de vanguardia, de caudillo, en esta lucha, con sus propias banderas, con el programa de la revolución social, con su propia estrategia revolucionaria. Es urgente que resuelva su crisis de dirección construyendo partidos revolucionarios en todos los países como parte del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional, para poder asumir la dirección de las luchas en marcha. Esa es la tarea que encaramos desde el CERCI y sus secciones.
5 de febrero de 2025