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Astillero Río Santiago: defender la industria ante la decadencia capitalista y la cobardía de los gobiernos nacionalistas y vendepatria

Durante los cinco años de gobierno de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, así como en todos los anteriores, el sector de la industria naval ha enfrentado una grave falta de inversión y la ausencia de obras significativas. La construcción de buques de gran porte es inexistente y las de menor porte ha sido derivada a astilleros privados.

Durante los últimos diez años el ARS apenas ha construido dos lanchas y dos compuertas para la Armada, la merma en la producción se debe a una combinación de decisiones políticas, empresariales y complicidad sindical, tales como el apoyo a la Ley Luenzo-Solanas, que permite el arrendamiento de embarcaciones de gran porte sin que estos sean producidos en el país, desincentivando la producción y la construcción en el Astillero, actor clave en la producción de buques en el país.

En 2022, en un intento por reestructurar el sector, el presidente del ARS, Pedro Wasiejko (burócrata expulsado del SUTNA), presentó un proyecto de ley ante legisladores de la provincia de Buenos Aires para que la institución se convierta en una Sociedad del Estado con mayor participación del capital privado. Sin embargo, a pesar de la complicidad de ATE Ensenada, la resistencia de los trabajadores impidió que esta medida se concretara.

Por otro lado, los anuncios posteriores de Pedro Wasiejko, también fueron criticados por los trabajadores, quienes los consideran una estrategia meramente publicitaria sin un verdadero plan de trabajo. A pesar de que el astillero ha demostrado su capacidad productiva, no se han concretado proyectos, lo que mantiene la incertidumbre sobre el futuro del sector.

Ante el claro intento de vaciamiento del Astillero los trabajadores del ARS han comenzado a reunirse para exigir trabajo y mejores condiciones laborales.

El abandono de la industria naval no es un caso aislado, sino parte de un proceso más amplio de desindustrialización y pérdida de soberanía en sectores estratégicos. Son las bases las que se separan de las burocracias sindicales y encaran la lucha en defensa del ARS.

En toda nuestra historia el imperialismo ha actuado para impedir la plena producción de nuestros astilleros. Para el capital financiero el destino de la Argentina es ser una colonia productora de materias primas, no de buques de gran calado. Como mucho se nos permitió comprarlos al extranjero para formar la Marina Mercante, y ya ni siquiera eso. Han pasado gobiernos de todos los colores y signos políticos, sin embargo, todos han tenido exactamente la misma política de vaciamiento y destrucción de la industria naval nacional.

Solo la clase obrera en el poder puede poner en pie un plan de industrialización, basado en la expropiación y estatización de todas las empresas petroleras y mineras, así como de las tierras, de forma de volcar esa renta en la planificación del desarrollo industrial y terminando de esta forma con el flagelo de la desocupación.

(nota de MASAS n°474)