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La CGT debe convocar ya a paro y movilización nacional – En repudio a la brutal represión de Bullrich

Un Gobierno débil, acorralado por sus propios errores e incapacidad refuerza todos sus rasgos autoritarios en todos los terrenos pisoteando las formas democráticas. La sistemática represión sobre el movimiento de jubilados que se manifiestan todos los miércoles se endureció nuevamente en las últimas semanas. Ante la ausencia de respuesta de las direcciones sindicales y la mayoría de las organizaciones políticas tomó la iniciativa la hinchada de Chacarita que llamó a movilizarse en “defensa de los viejos” para que no los golpeen más.

La iniciativa fue seguida por una gran cantidad de hinchadas de los clubes de fútbol que convocaron para este miércoles 12, a la que se sumaron sindicatos y organizaciones sociales, resultando en una enorme movilización de varias decenas de miles en apoyo a los jubilados. Tiene el valor de una manifestación genuina de unidad para la lucha, para defenderlos frente a la represión poniendo el cuerpo.

Las amenazas del Gobierno, su Ministra Bullrich y los medios de comunicación masiva que las desplegaron no lograron intimidar a los manifestantes, mostrando que la situación política está cambiando. Es necesario prestar atención a este fenómeno, ante la parálisis cómplice de la burocracia sindical y las direcciones políticas, los oprimidos buscaron responder apelando a sus formas de organización más primitivas y elementales, autoconvocándose.

El despliegue represivo fue desproporcionado. Estaban dispuestos a provocar y reprimir bestialmente, desde antes de la hora de convocatoria. Una y otra, vez con camiones hidrantes, disparando balas de goma y gases a mansalva, al cuerpo, para impedir que las columnas ocuparan toda la Plaza del Congreso.

La voluntad de lucha se expresó en una marea humana que volvía una y otra vez sobre los espacios reconquistando terreno a la represión, reorganizándose por todo el centro, debatiendo si marchar sobre la Plaza de Mayo, en medio de las nubes de gas lacrimógeno y el humo de las fogatas encendidas por los manifestantes. Nadie parecía dispuesto a retirarse.

Como ya es habitual prepararon todo tipo de provocaciones para justificar el despliegue represivo, dejaron abandonado un patrullero para que fuera incendiado; dejaron pilas de piedras y ladrillos deliberadamente; gran cantidad de policías infiltrados disfrazados de manifestantes, algunos hasta con camisetas de fútbol; gasearon en la cara a gente mayor y los apalearon; dejaron un arma “plantada” groseramente. Represores se movilizaban en autos de civil. Detenían a manifestantes que tenían una actitud pasiva y estaban sobre la vereda. Largaron las motos con las bestias disparando sobre los manifestantes para acorralarlos. Detuvieron a más de 100 manifestantes, varios heridos, dos de gravedad.      

Ni con todo ese dispositivo represivo lograban que los manifestantes se retiraran. Y a las 8 de la noche comenzaron los cacerolazos en los barrios y espontáneamente a concentrarse en las esquinas de los barrios para marchar nuevamente sobre el centro de Buenos Aires. Una lección para los que siguen teorizando sobre los desplazamientos de las masas hacia la derecha, sobre los que quieren hacernos creer que la “correlación de fuerzas” no da. La bronca popular busca como expresarse y encontró en los trabajadores jubilados una referencia de resistencia unitaria y la sistemática represión del Gobierno. Una lección también para los aparatos mezquinos que seguían llamando a movilizar otro día dividiendo las fuerzas. Las últimas convocatorias masivas impusieron un terreno de unidad que mostraron toda su contundencia. Las hinchadas de fútbol jugaron un papel extraordinario, como lo hicieron en la última etapa de la dictadura militar. Hoy resonaba un canto “¡Milei, basura, vos sos la dictadura!”

Los manifestantes exigen la convocatoria permanente por parte de CTAs y CGT a las marchas de los jubilados, ya que los trabajadores serán los próximos jubilados. Hoy numerosas delegaciones sindicales estuvieron presentes. Pero lo que se exige ahora es PARAR YA EL PAÍS y movilizar en repudio a la bestial represión, es necesario pararle la mano al Gobierno, terminar con sus protocolos represivos, imponer la vigencia de todas las libertades democráticas. Sólo la clase obrera puede hacerlo, acaudillando a la mayoría, con sus propias organizaciones. No alcanza con un comunicado de repudio. Hay que golpear al aparato represivo. Bullrich debe irse inmediatamente, responsable de crímenes como el de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, las mentiras sobre Nisman, y tantos atropellos. Los jefes de la represión deben ser destituidos, lo mismo que los represores identificados. TODAS LAS LIBERTADES ESTÁN SIENDO AMENAZADAS por este Gobierno que es parte de un régimen de dictadura civil.

Necesitamos defender la vigencia irrestricta de TODAS LAS LIBERTADES DEMOCRÁTICAS, para poder luchar, incluso para poder tirar abajo a este Gobierno antinacional y antiobrero.

El Gobierno quiere mostrar ante sus amos del FMI y del capital financiero internacional que está dispuesto a pagar todo el costo político para asegurar sus intereses y seguir ahogando a la mayoría. Pero sus desastres de las últimas semanas muestran que ha perdido el control de la situación y genera desconfianza en el poder económico que lo sustenta. Perdió el rumbo en la economía y pierde el control sobre las masas que todavía tenían alguna ilusión.

Este Gobierno es una amenaza para la mayoría, un gobierno desesperado que apela a ajustes más ajustes para poder cumplir con sus mandantes, y para los que protestan palos y más palos. Debemos debatir cómo terminamos con él para que no haga más daño. Sabemos que no es una tarea fácil, detrás suyo está el poder económico, las grandes corporaciones nacionales e internacionales, los mismos que dieron el golpe genocida en el ´76 y han estado ocultos detrás del disfraz de la democracia burguesa, los mismos de siempre. Terminar con el autoritarismo fascistizante de Milei, con su dictadura civil, es terminar con todo el régimen, con su control sobre los principales medios de producción, con los medios de comunicación masiva que son un soporte indispensable; con la Justicia corrupta que garantiza impunidad para todos los delitos y los crímenes de los más poderosos; con el Congreso que es cómplice de todas sus políticas. No habrá soberanía nacional hasta que no rompamos con todas las cadenas que nos atan al imperialismo.

La clase obrera no solo necesita recuperar los sindicatos para defenderse, necesita construir su partido político revolucionario que encarne el instintivo impulso de rebelión que anida en las masas y que afloró nuevamente hoy cuando ante los gases y las balas se cantaba “¡Que se vayan todos, … y no quede ni uno solo!” Para que sea realidad tenemos que echarlos con nuestras propias manos confiando en nuestros propios medios de lucha, en nuestra organización.    

Medianoche del 12 de marzo 2025