El contubernio de la “Ley Anti-Mafias”
La Libertad Avanza adolece de la cantidad de legisladores necesarios para las iniciativas parlamentarias. Algo más de 40 diputados y 6 senadores conforman la plantilla de ambas Cámaras por lo que la gobernabilidad debe ser garantizada por el abierto colaboracionismo de la oposición. A pesar del evidente apoyo del PRO, los números exigen sumar la colaboración de los diputados que responden al peronismo, cuestión que aparece con fuerza cuando las votaciones están apretadas. Así desde Innovación Federal hasta Unión x la Patria, han cedido de buen gusto sus votos para garantizar la aplicación del plan criminal de la burguesía.
La Ley Anti-Mafia promulgada en la sesión del pasado 10 de marzo confirma estos dos fenómenos. Ficticiamente dirigidas a luchar contra el narcotráfico, lavado de activos o trata de personas, la Ley en realidad refuerza, por un lado, el carácter dictatorial del Gobierno y por el otro, ha servido para esclarecer el colaboracionismo explícito de la oposición “patriota” (de Unión x la Patria) con el fortalecimiento de estos rasgos.
El Congreso le confirió al Gobierno la posibilidad de investigar y sancionar a todo grupo mayor a 3 personas (englobándolo como “organizaciones criminales”) que pudieran provocar “temor a las autoridades ejecutivas, legislativas o judiciales o a las fuerzas policiales y de seguridad federales”. La ambigüedad es adrede, posibilitando englobar de esta forma a cualquier grupo que convoque por ejemplo a manifestar con los jubilados los días miércoles.
Pero no es todo. La ley sostiene que los miembros de estas “organizaciones criminales” serán penados de acuerdo al delito más grave cuando se cumpla alguna de las condiciones tipificadas, entre las que se incluye el amedrentamiento a la población general, intimidación a las autoridades o las amenazas. Patricia Bullrich ha utilizado indiscriminadamente alguna de estas consideraciones para referirse a todas las movilizaciones desde que asumió como Ministra de Seguridad.
Como ya ha sucedido en varias otras oportunidades la oposición facilitó el trabajo en la Cámara donde LLA es más débil. Los 32 senadores de Unión x la Patria (antes de la reciente fragmentación del 19 de marzo) no solo eran perfectamente conscientes de estas facultades otorgadas, sino que apoyaron las mismas con sus propios votos. Por caso, Marcelo Lewandowski, Carolina Moisés y Carlos Espínola cometieron su doble entregada al dar quorum y luego votar a favor. Indudablemente los “patriotas” volverán a insistir que se trata únicamente de deslices individuales y no una más de las innumerables muestras de colaboracionismo.
Resulta más indispensable que nunca que estas importantes lecciones logren ser asimiladas por el conjunto de las masas que serán arrastradas a la farsa electoral en breve. Algunos para profundizar el camino reaccionario actual, otros para prometer frenar la política oficialista desde las instituciones. Pero tanto unos como los otros, ocultarán conscientemente la inutilidad del Congreso para satisfacer cualquiera de nuestros reclamos.
Esta conclusión le corresponde enteramente al Partido Obrero Revolucionario, que intervendrá denodadamente en la campaña electoral para elevar políticamente la comprensión del momento actual: el fortalecimiento de los rasgos dictatoriales del Gobierno y el papel miserable y colaboracionista de la oposición y las instituciones del régimen. Solo así quedará clara lo imperioso que resulta poner en pie al Partido de la revolución y dictadura proletarias, fortaleciendo sus filas y propagandizando sus ideas.
(Nota de MASAS n°476)