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La clase obrera tiene la responsabilidad de enfrentar la descomposición capitalista con su propia política 

Alerta a todos los trabajadores del país y del mundo:  La catástrofe que vivimos puede ser peor si no la detenemos a tiempo

Estamos frente a un fuerte agravamiento de la crisis internacional debido a la ofensiva de Trump por recuperar el papel hegemónico de EEUU a cualquier precio. La burguesía de las potencias y también de los países atrasados se debaten cómo responder. Lo que sí sabemos es que buscarán descargarla sobre las espaldas de los trabajadores, de la mayoría oprimida.

La aguda descomposición capitalista llevó a la principal potencia a adoptar medidas ultraproteccionistas rompiendo la política de globalización y libertad de comercio que quiso implantar en las últimas décadas. Es muy probable que estas medidas generen recesión, un alza de los precios, freno de la economía, más desocupación y precarización para los trabajadores, inclusive en su propio país.

El agravamiento de la guerra comercial y la desesperación por asegurarse los minerales y todos los recursos, potencia las tendencias a la guerra.

La clase obrera debe reaccionar en todo el mundo enfrentando estas políticas y sus consecuencias desastrosas que pueden llevar a la humanidad a un caos mayor al ya que vivimos y del que sea más difícil salir.

Defendiendo el salario y las jubilaciones para que no sigan destruyendo el valor de la fuerza de trabajo, impidiendo el cierre de fábricas, los despidos, las suspensiones, luchando por empleo para todos;  también tomando en nuestras manos la lucha por el proteccionismo de nuestras industrias, contra la entrega y el saqueo de nuestros recursos; por terminar con toda forma de rapiña financiera. La clase obrera, los trabajadores, la mayoría oprimida debe plantearse cómo tomamos en nuestras manos el rumbo de la economía, cómo la organizamos y planificamos en base a nuestras necesitades. Cómo terminamos con el poder de los capitalistas que en su agonía nos llevan a la destrucción.

El Gobierno Milei marcha a contramano de la situación mundial levantando las fronteras, rebajando aranceles, desprotegiendo y destruyendo la industria. Endeudando más al país para por esquivar por un tiempo las consecuencias de su desastrosa política. Proclamando su sumisión a EE.UU. al que promete entregar todo lo que le pida y saludando su política de aranceles. Tomando deuda para que la especulación financiera se asegure de que se va a poder llevar todos los dólares que requieran. A cambio más ajustes contra la población para poder satisfacer a los acreedores.

En medio de la crisis viaja a EE.UU. a pedir auxilio y en un discurso antinacional en el día de Malvinas, desconoce todos los reclamos por soberanía y entre todos los disparates asume la posición inglesa sobre el voto de los malvinenses, impidiendo la presencia de excombatientes en la ceremonia. A qué punto ha llegado la burguesía de sostener semejante mamarracho como Presidente.

Estamos frente a un gobierno acabado, su única bandera es haber bajado los índices de inflación que se le escapan por la presión devaluatoria, por la caída imparable de las reservas del Banco Central. Una devaluación del peso empujará nuevamente a los precios en espiral ascendente aunque no haya demanda.

Por eso es fundamental tomar en nuestras manos el paro general del próximo 10 de abril y la movilización del 9 junto a los jubilados. Realizando asambleas, plenarios, reuniones, para garantizar una medida contundente. Debatiendo cómo sigue la lucha, cuáles son las próximas medidas. El objetivo es derrotar a Milei y su política, que no haga más daño y recuperar las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría. Recuperar los puestos de trabajo, la inversión en obra pública, los presupuestos de salud, educación y ciencia.

Debemos debatir otra política, rompiendo con el FMI, con sus programas y toda la deuda externa fraudulenta. Terminando con el casino financiero que nos chupa la sangre, estatizando la banca y el comercio exterior.  Terminando con el saqueo y la entrega de nuestros recursos. Debemos industrializar el país, desarrollando nuestras fuerzas productivas que hoy están bloqueadas por la gran propiedad de los medios de producción en manos de un puñado de multinacionales y grandes corporaciones nacionales que rapiñan todo para multiplicar sus ganancias hundiendo la economía nacional.

Con estas banderas, con estas posiciones intervenimos en la preparación de la movilización, el paro y movilización que convoca la CGT. Estas medidas se ubican en nuestro terreno, por eso tenemos que tomarlas como propias para ir mucho más allá de lo que pueda pretender la dirección burocrática de la CGT.

Rechazamos todas las políticas de boicot, o de paralelismo, o de armar columnas separadas o desconocimiento de los sindicatos y las centrales, que son las organizaciones de los trabajadores. Es de fundamental importancia golpear al Gobierno como un solo puño. No alcanzan las luchas sectoriales por más radicales y consecuentes que sean. Es necesario potenciar la respuesta unitaria de los trabajadores. Las maniobras mezquinas y divisionistas sólo sirven a la burocracia.

Aunque el movimiento obrero este dirigido y controlado por la burocracia, la burguesía trabaja todos los días para impedir los paros y movilizaciones y cualquier muestra de unidad de la clase. No quiere que se transformen en referencia, en canal de expresión de la bronca de la mayoría.

Seguramente la dirección de la CGT convoca porque siente la presión de las bases, las movilizaciones extraordinarias de los últimos meses y la combatividad frente a las amenazas y la represión. Y no quiera ir más allá de estas medidas. Pero depende de la mayor presión y politización que adquiera el movimiento.

Los esfuerzos por meter a las masas en el circo electoral por ahora no dan resultado, no aparece el más mínimo entusiasmo por las urnas.

La extraordinaria crisis internacional y la bancarrota del gobierno, generan la mayor presión, ponen a la orden del día la lucha política contra el imperialismo, por la soberanía nacional, que sólo puede encabezar la clase obrera con su propia política, con su programa, con sus organizaciones sindicales y políticas estructurando y dirigiendo el frente único antiimperialista.

(nota de MASAS n°477)