80 Años de la gran victoria soviética sobre la Alemania Nazi que terminó con la Segunda Guerra Mundial en Europa
Hace 80 años finalizó la guerra en Europa, el 9 de mayo de 1945, tras la firma de la capitulación alemana entre los mariscales Keitel y Zhúkov. El día anterior Alemania ya se había rendido en Reims pero la URSS exigió que la capitulación fuera en Berlín, en el cuartel general soviético situado en la localidad de Karlshorst (Berlín) por el mando supremo de la Wehrmacht ante el Estado Mayor del Ejército Rojo y aceptando sus condiciones.
Tres meses después la guerra terminaría en Japón con su rendición luego de las bombas atómicas de EE.UU. sobre Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto y, fundamentalmente, la ruptura del acuerdo de neutralidad entre la URSS y Japón con el envío de un millón de soldados soviéticos al nordeste de China.
La URSS fue el gran vencedor. El Ejército Rojo ocupó la mitad de Europa Central y Oriental llegando hasta Berlín.
El 30 de abril de 1945, el canciller alemán Adolf Hitler se había suicidado en su búnker en Berlín junto a Eva Braun, entendiendo que la guerra ya estaba perdida para el Tercer Reich y deseando no ser capturado por las tropas soviéticas que avanzaban sobre la capital alemana.
La batalla de Berlín finalizó el 2 de mayo, cuando el último comandante en jefe de la guarnición, el general Helmuth Weidling, entregó la Ciudad a las tropas soviéticas. El 3 de mayo se rendían también las guarniciones alemanas en los puertos de Hamburgo y Bremen.
A sólo días de la capitulación de la Alemania, el Ejército Rojo emprendió su ofensiva final. Entre el 6 y el 11 de mayo de 1945, Praga, Checoslovaquia, se convirtió en escenario de la última gran batalla de la Gran Guerra Patria. Ahí se concentraba un importante contingente de la Wehrmacht. El 5 de mayo estalló una rebelión popular. Los patriotas checoslovacos, acosados por artillería, tanques y aviones alemanes, pidieron ayuda urgente a la Unión Soviética. La información sobre la llegada de refuerzos nazis acentuó la necesidad de actuar con rapidez.
La operación soviética se organizó en tiempo récord. Las unidades del Primer, Segundo y Cuarto Frente Ucraniano avanzaron hacia Praga. La rebelión era “la explosión de indignación popular contra los invasores fascistas, el deseo de tomar las armas… sin considerar ni el peligro, ni las víctimas”.
Entre el 6 y el 8 de mayo las tropas soviéticas rompieron las defensas enemigas y crearon las condiciones para cercar al adversario. El 9 de mayo, una columna soviética tomó la carretera de Praga y se dirigió con rapidez a la ciudad. La población los recibió con muestras de entusiasmo. La ofensiva terminó con unos 860.000 prisioneros enemigos y la captura de miles de tanques, cañones y abundante equipo militar. El precio fue alto: unos 140.000 soldados soviéticos perdieron la vida durante la liberación de Checoslovaquia.
El grueso de la población de los países ocupados por Alemania prefirió luchar mientras la burguesía y los terratenientes colaboraban con el invasor o se mostraban pasivos y esperaron luego al ejército de los Aliados que restaurara su poder. En Yugoslavia miles se levantaron contra la ocupación y sus colaboradores y rápidamente se transformaron en un ejército guerrillero que para 1945 contaba con medio millón de efectivos. Las siete ofensivas no pudieron romper su resistencia. En Italia las masas se lanzaron a la lucha para terminar con el fascismo.
El principio del fin para Hitler: la batalla de Stalingrado
La invasión de la Unión Soviética por parte de Hitler fue la mayor, más sangrienta y más bárbara empresa militar de la historia. La orden para la preparación del Plan Barbarroja, de invasión de la URSS fue dada en julio de 1940.
El Ejército alemán abrió un frente de 2.600 kilómetros, con la colaboración de sus aliados italianos y rumanos. Un total de tres millones de militares (148 divisiones, el 80% del Ejército alemán) participaron en una ofensiva apoyada en 600.000 caballos y 600.000 vehículos.
Los monstruosos crímenes perpetrados por las fuerzas de ocupación nazis, la destrucción sistemática de la infraestructura de la vida civil, la esclavitud masiva de decenas de millones de personas bajo condiciones inhumanas, la ejecución y maltrato en gran escala, superaban cualquier cosa que hubiera hecho Stalin.
La brutalidad nazi desencadenó una reacción patriótica, pero también una lucha desesperada por sobrevivir. Las masas soviéticas y en primer lugar la clase obrera y los soldados del Ejército Rojo, mostraron una determinación indomable en la resistencia. Eran los herederos de la Revolución de Octubre. Sus ofensivas encontraron un complemento vital en el movimiento de guerrillas que surgía tras las líneas alemanas, su fuerza estaba arraigada en la voluntad obstinada para pelear hasta la muerte contra el terror nazi, actitud que también se encontrará en los heroicos combatientes del ghetto de Varsovia. Los habitantes de Europa oriental y la URSS eligieron resistir a cualquier precio antes que ser esclavizados al servicio del nuevo imperio alemán. Millones se levantaron y forzaron a decenas de divisiones alemanas a retirarse del frente y con su admirable lucha se convirtieron en un factor clave en la derrota de los planes imperialistas.
El trato inhumano a los prisioneros de guerra soviéticos en 1941-2 fue un factor importante en el fortalecimiento del espíritu de lucha del Ejército Rojo, 2,8 millones de prisioneros de guerra murieron entre junio de 1941 y el 1º. de febrero de 1942 como resultado del hambre, la falta de cuidados médicos y la completa carnicería.
La defensa de Leningrado (San Petersburgo) sitiada durante 872 días, hasta el 27 de enero de 1944, se transformó en un símbolo, murieron 1.200.000 personas.
La batalla de Stalingrado se produjo entre el 23 de agosto de 1942 y el 2 de febrero de 1943 cuando los alemanes se rindieron y es considerada la más sangrienta en la historia de la humanidad con combates calle por calle, casa por casa. La ofensiva tenía como objetivo tomar los pozos petroleros del Cáucaso. La grave derrota de nazis y aliados significó un punto clave en el resultado final de la guerra. La Wehrmacht nunca recuperaría su capacidad ofensiva ni obtendría más victorias estratégicas en el Frente Oriental.
El fracaso en la toma de Moscú debido a la feroz resistencia de la población también significó un punto de no retorno en la ofensiva y en la guerra.
Las políticas de Stalin debilitaron a la URSS, el triunfo no es suyo. Puso en peligro a la URSS con sus pactos, su desarme, sus ilusiones. Se podrían haber evitado millones de muertos.
Debilitó el Ejército Rojo con la purga masiva de sus oficiales que fue ordenada por Stalin en 1937. Desorganizó la defensa del país, entregó Polonia y Europa a Hitler y facilitó el ataque sobre la URSS. La completa falta de preparación del Ejército Rojo en 1941 fue el resultado de la desastrosa equivocación de Stalin respecto de las intenciones de Hitler. Tujachevsky (fusilado en 1937) había advertido años antes sobre las intenciones de Hitler. Stalin estaba convencido de que si la URSS se conducía “correctamente”, Hitler no atacaría. El pacto de agosto de 1939 con Alemania fue tomado por Stalin como un acuerdo estratégico. En reunión de jefes del Estado Mayor de diciembre de 1940 se suprimió la idea de que Alemania era un enemigo potencial, descartando cualquier posibilidad de guerra en un futuro cercano, abandonando los planes de entrenamiento.
El Pacto Hitler-Stalin contenía un protocolo secreto sobre la división de Polonia, dando luz verde a la agresión de Hitler. Stalin creyó ciegamente –contra informaciones confirmadas que disponía– que Alemania no rompería el pacto de no agresión que había firmado dos años antes. El costo en vidas de este error es imposible de medir; pero Hitler no supo calcular ni la inmensidad del espacio soviético, ni su capacidad de producción industrial, ni los cientos de miles de soldados de refresco enviados a combatir desde los confines de la URSS.
Ya en 1931 León Trotsky predijo que “la victoria del fascismo implicaría forzosamente una guerra contra la URSS”.
Desde el principio (1933) Hitler comenzó a rearmar Alemania y preparar un ataque furioso contra la URSS con el objetivo de conquistar, para el imperialismo alemán, en Europa Oriental, el equivalente al Imperio Indio de Gran Bretaña. La mayoría de la burguesía acompañó esa aventura por lo menos hasta la derrota de Stalingrado.
Se estima que más 26 millones de civiles y militares de la URRS murieron en la Segunda Guerra Mundial y más de la mitad eran rusos.
La Segunda Guerra Mundial destruyó masivamente fuerzas productivas
Perecieron 80 millones de personas incluyendo a los que murieron de hambre o enfermedades como resultado de la guerra, 8 veces más que en la Primera Guerra Mundial. Decenas de ciudades fueron destruidas. Bosques fueron derribados y campos agrícolas convertidos en tierra estéril.
Las potencias imperialistas aliadas tratan de presentar la victoria como propia disponiendo de su maquinaria de propaganda especialmente desde Hollywood ocultando la formidable resistencia de la URSS y los obreros y campesinos de toda Europa. Francia se rindió ante Alemania a mediados de 1940, Estados Unidos entra en la guerra a fines de 1941, después de Pearl Harbor.
Se trató de una Guerra imperialista. De la lucha por un nuevo reparto del mundo. Fue la continuidad de la Primera Guerra. Alemania había llegado tarde como potencia para adquirir un imperio colonial fuera de Europa y buscó un imperio sustituto en Europa.
Expresa trágicamente la tendencia a la barbarie como producto del imperialismo, que ayer se expresó en la Alemania Nazi y hoy en las intervenciones imperialistas en Latinoamérica con sus dictaduras y genocidios, en Oriente Medio con la masacre del pueblo Palestino y la guerra en Irak. Con el propósito de controlar los recursos minerales, dominar las rutas y bloquear el acceso de otros países, expandir el dominio territorial, para sostener una hegemonía en crisis.
Hitler fue derrotado, la Alemania nazi fue derrotada, pero las tendencias a una nueva guerra mundial siguen presentes. Crece el armamentismo. La importancia del complejo militar-industrial con grandes ganancias garantizadas por el Estado interesadas en promover y extender las guerras.
En todas las guerras que se reproducen en todo el mundo aparece la sombra del imperialismo. Como resultado de la Guerra Mundial EE.UU. conquistó la hegemonía mundial, convirtiéndose en gendarme universal del capitalismo.
Este es el precio que debe pagar la humanidad por el retraso de la revolución socialista. La burocracia stalinista contribuyó para desarmar a los obreros y campesinos que se levantaron contra los nazis y someter burocráticamente a los gobiernos surgidos en Europa del Este, hizo respetar sus acuerdos con el imperialismo sobre la división del mundo traicionando las revoluciones que se abrían paso, previamente había disuelto la III Internacional como prueba de su compromiso con la “coexistencia pacífica”. Esta política criminal fue un bloqueo extraordinario al avance del internacionalismo proletario y la resolución de su dirección revolucionaria.
Los trotskistas rendimos homenaje a la gloriosa resistencia y la victoria de la URSS y los pueblos de Europa que se armaron para combatir y enfrentar a la bestia fascista.
(Nota de MASAS n°479)