No a la privatización de las represas hidroeléctricas de Neuquén
No a la privatización de las 4 represas hidroeléctricas emplazadas sobre el río Limay en Neuquén y Río Negro: Alicurá, Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Águila.
Esas centrales fueron construidas por el Estado nacional y concesionadas en los ´90 por Carlos Menem. Las concesiones vencieron hace dos años, fueron prorrogadas.
El Gobierno prorrogó hasta el 7 de mayo el plazo para la realización del concurso público para la venta de las centrales. Prórroga solicitada por las provincias de Neuquén y Río Negro, que pidieron más tiempo para analizar el impacto de la privatización y que pueden hacer planteos judiciales o reclamos administrativos para trabar la privatización.
El Gobierno no quiere cederles a las provincias más del 10% del paquete accionario de cada concesión de las represas y pretende que paguen por las acciones el precio que resulte de las licitaciones.
Es un saqueo del gobierno de Milei ordenado por el FMI, con el objetivo de liquidar los bienes y actividades del Estado reduciendo su intervención en la economía, para favorecer a monopolios privados que se apoderarán de sectores estratégicos y condicionarán toda la economía.
El senador Parrilli afirma que las empresas adjudicadas y que tienen hoy la explotación de estas centrales hidroeléctricas no reinvirtieron un solo peso en nuevas centrales de generación de energía. Son estas empresas las que mayor fuga de divisas hicieron del país. Ante el vencimiento de las concesiones pidió a la Secretaría de Energía de Flavia Royon (gobierno de Fernández) que no las prorrogara y propuso que Enarsa se hiciera cargo de las represas y que la futura administración se debía encarar en conjunto con las provincias poseedoras del recurso. Denunció que “La prórroga por dos años fue ilegal. Cuando entraron las empresas pagaron un canon por treinta años, los últimos dos se los dieron de regalo”. Iniciativa que murió en el Congreso, como no podía ser de otro modo.
Las hidroeléctricas son una fuente esencial de energía y juegan un rol importante en las economías locales. Generan el 40% del total de la energía del país.
Según Parrilli las provincias generadoras de energía son perjudicadas, a Neuquén “le pagan 12% de regalías sobre un valor de 19 dólares el megavatio” siendo que las distribuidoras eléctricas de la Provincia “le compran a Camesa a 70 dólares el megavatio”. A las empresas generar la electricidad les cuesta entre 5 y 6 dólares el megavatio.
Un dato para tener en cuenta: “Neuquén tiene el 29,9% de acciones de Chocón y recibió por ello más que las regalías que le pagan por todas las represas”.
Alerta que “de ahora en más el control del agua lo van a tener las empresas, que van a hacer lo que quieran”. Las empresas privadas “van a ser las dueñas del manejo del agua, van a poder erogar lo que quieran y si se inunda, mala suerte”.
Lo que demuestra la denuncia es que no solo no hay ninguna necesidad de que empresas privadas se hagan cargo de las represas, que tienen enormes ganancias y pueden hacer un uso perjudicial de los recursos. Ni privatización total ni parcial (como propone Parrilli). Terminar con las concesiones. Esta es nuestra crítica al proyecto de Parrilli.
Las represas deben ser administradas por Enarsa 100% estatal en la que participen los Estados provinciales. De esa forma se podrá regular el uso del agua teniendo en cuenta las necesidades de cada provincia. Esa misma empresa estatal podrá llevar adelante las represas Chihuidos 1 y 2, que están pendientes y los tres proyectos en la zona norte en la zona de Chos Malal.
(Nota de MASAS n°479)