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¡Abajo Milei y el FMI! Sus planes hunden a los trabajadores y al país para privilegiar las mayores ganancias empresarias, el saqueo de los recursos y el casino financiero

Los vamos a derrotar con la acción directa de masas, en las calles, con la huelga general, no hay otra vía

El último acuerdo con el FMI exige ir más a fondo con los ajustes. Las grandes corporaciones nacionales y extranjeras apoyan aunque sin invertir un dólar en la producción. El plan ordena que los salarios deben retroceder, y para eso los ajustes deben correr por debajo de la inflación, compara con los salarios en dólares de otros países de Latinoamérica y considera que son elevados. Su política es desconocer los acuerdos paritarios aunque las patronales acuerden las mejoras salariales y trata de desconocer la existencia de los convenios colectivos. Como denuncian los trabajadores han colocado un “cepo” sobre los salarios queriendo hacer creer ¡otra vez! que son los ajustes salariales los que generan inflación. Un plan de guerra que deben aplicar en este momento aprovechando la recesión y el temor de los trabajadores a perder el trabajo.

Para aplicar esta política utiliza el garrote sobre los sindicatos amenazando con intervenciones a las obras sociales, ahogándolas financieramente, o buscando ilegalizar las luchas o directamente con represión.

Ordena reducir el “gasto” previsional utilizando varios mecanismos: eliminó la moratoria; aumenta los años de aportes para acceder a la jubilación; elimina pensiones y subsidios; ya eliminó medicamentos gratuitos y el ajuste jubilatorio ni siquiera cubre sus propios índices de inflación ya que el bono no se ajusta desde hace más de un año. 

Ordena seguir reduciendo los subsidios a las tarifas de gas y electricidad y al transporte, haciendo que los consumidores paguemos cada vez más. Gastos que abarcan un porcentaje cada vez mayor de la canasta familiar aunque los índices oficiales no lo reflejen.

Ordena mantener bloqueada la obra pública. Mantener como sea la ficción de superávit fiscal, ocultando el déficit que genera mes a mes las deudas impagables que se acumulan. Y también una reforma impositiva que termine con la coparticipación de los impuestos a las provincias para someterlas aún más.

Pero también exige que se acumulen reservas en el Banco Central para poder pagar las deudas. Que no se utilicen los fondos de los préstamos del FMI para pagar deudas, ni que se utilicen para la fuga de divisas. El Gobierno sigue estrangulado y desesperado porque la cotización del dólar no baja lo que necesitan para poder comprar dólares y las reservas siguen cayendo, en solo una semana ya han caído otros 1.000 millones de dólares.

Tratan de mantener pisado el dólar para que los precios no sigan escalando como ocurrió en los últimos meses, creen que es su carta de triunfo para las elecciones, a las que también apuesta el FMI. Pero la pérdida del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones es extraordinaria, multiplicando la pobreza ya que cada vez menos trabajadores alcanzan a cubrir lo que cuesta la canasta familiar.

Las elecciones en Santa Fe fueron un alerta general para el gobierno y toda la burguesía, por la baja concurrencia y la cantidad de votos nulos y blancos. Las próximas elecciones provinciales durante mayo tampoco generan algún entusiasmo. La política del POR es participar de las elecciones anulando el voto ya que ninguna lista expresa los intereses históricos de la clase obrera, denunciando el régimen de dictadura civil; el papel cómplice del Congreso y la Justicia; la necesidad de romper con el FMI y sus programas desconocer la deuda; estatizar la banca y el comercio exterior; expropiar a los terratenientes y la explotación minera e hidrocarburífera; recuperando los ríos y todos los recursos para el país, terminando con el contrabando y el saqueo; de ahí saldrán los recursos para industrializar el país, generar puestos de trabajo genuino, el plan de obras públicas y los presupuestos para salud y educación que necesitamos. Medidas elementales de soberanía nacional que ningún gobierno burgués está dispuesto a tomar. Medidas que serán impuestas por un gobierno de otra clase, obrero-campesino, de los oprimidos de la ciudad y el campo.

Las masas se van abriendo camino con las organizaciones y direcciones conciliadoras y traidoras que tienen, con grandes movilizaciones populares que desafían todos los protocolos represivos y los acuerdos de esas direcciones con el Gobierno. Movilizaciones nacionales, democráticas como las del 1ro. de febrero, el 8 de Marzo o 24 de marzo y sociales como las de los jubilados de todos los miércoles que ganaron masividad con la solidaridad de las hinchadas, de los sindicatos, de las centrales sindicales y movimientos sociales, atrayendo a otros sectores en lucha; con las movilizaciones de las centrales sindicales del 9 y 30 de abril, el paro general del 10 de abril y el contundente paro de UTA del 6 de mayo.

El paro de los choferes contrastó con la posición carnera de la dirección de UTA ante el paro del 10 de abril y el 30 de octubre. Paro impuesto desde las bases por el fracaso de todas las negociaciones salariales, con porcentajes ridículos ofrecidos por parte del Gobierno y las patronales; exigiendo un salario entre 1.7 millón y 2,5 millones para cubrir como mínimo lo que cuesta la canasta familiar. Señalando que su lucha es una referencia para el resto de los trabajadores. Y que el próximo paso debe ser el paro de 36hs o por tiempo indeterminado hasta imponer sus reclamos; que la CGT debe tomar en sus manos la lucha en defensa del salario y contra la creciente precarización de los trabajadores, “hay que romper el cepo a los salarios”. Los piquetes y las asambleas mostraron la radicalización de las bases que pararon la mayoría de las líneas denunciando el fracaso de las políticas conciliadoras de la burocracia.

Es fundamental para la clase obrera conquistar su independencia política, rompiendo con los partidos patronales, con las direcciones burocráticas, recuperando sus sindicatos y centrales sindicales, superando la ilusión de que votando se puede castigar a este gobierno o los anteriores o conseguir un gobierno que restablezca algunos derecho y reformas. Es necesario confiar en las propias fuerzas, en la propia organización, en los métodos de lucha y perspectiva política.

Se debe debatir cómo hace la clase obrera para tomar las riendas de la nación acaudillando a la mayoría oprimida para imponer la liberación nacional y su propia liberación. Sabiendo que no es sólo Milei, enfrente tiene la dictadura del capital, un puñado de explotadores, saqueadores que endeudan y revientan el país. Un puñado de capitalistas socios del capital financiero internacional.     

(Nota de MASAS n°479)