El New York Times publicó un amplio informe sobre cómo EE.UU. comandó la guerra en Ucrania contra la Federación Rusa
Primera parte
El extenso artículo del 29 de marzo detalla las etapas de la guerra desde el inicio, los generales a cargo del comando general, el tipo de armamentos que recibían, la importancia de la localización con precisión todas las mañanas de los objetivos a atacar y cómo golpearon al ejército ruso, las líneas rojas que se impusieron y que luego liberaron; la intervención de la CIA, algunos desacuerdos con los mandos ucranianos, etc.
La sorpresa es el relato tan minucioso de hechos que siempre se supieron y que recién ahora publican sobre la intervención directa de EE.UU. en la guerra. Los altos mandos de EE.UU. y de la OTAN estuvieron a la cabeza con los más sofisticados dispositivos y armamento. El informe carga la responsabilidad de la derrota sobre los mandos ucranianos que no habrían acatado totalmente las órdenes y no reclutaron masivamente. Vamos a publicar en varias notas un resumen del informe.
Tiene razón Trump cuando dice que sin la intervención de EE.UU. la guerra no se sostenía ni una semana, y se pudo corroborar cuando retiró todo el apoyo de inteligencia para presionar a Zelensky para que aceptara su acuerdo. Esta intervención está en línea con la decisión expresa de la OTAN de establecer a Rusia y China como sus enemigos estratégicos.
El comando general, la centralización de la información y la toma de decisiones
Un dato contundente es la utilización de Clay Kaserne, el cuartel general del Ejército de EE.UU. para Europa y África en Wiesbaden, Alemania, “uno de los secretos mejor guardados de la guerra en Ucrania”. Su evolución y funcionamiento interno fue visible solo para un pequeño círculo de funcionarios estadounidenses y aliados y los altos mandos ucranianos.
“Un jefe de inteligencia europeo recordó su sorpresa al descubrir cuán profundamente se habían involucrado sus homólogos de la OTAN en las operaciones ucranianas”. “Ahora forman parte de la cadena de mando”.
“En momentos críticos, esta alianza fue la columna vertebral de las operaciones militares ucranianas que, según cifras estadounidenses, han matado o herido a más de 700.000 soldados rusos. Codo con codo en el centro de mando de la misión de Wiesbaden, oficiales estadounidenses y ucranianos planearon las contraofensivas de Kiev. Un vasto esfuerzo estadounidense de recopilación de inteligencia guio la estrategia de batalla a gran escala y canalizó información precisa sobre objetivos a los soldados ucranianos en el campo de batalla”. “El general Milley… podía ofrecer asesoramiento sobre el campo de batalla basándose en la inteligencia satelital en la pantalla de su oficina del Pentágono”.
“Un general polaco se convirtió en el segundo al mando del general Donahue. Un general británico gestionaría el centro logístico en la antigua cancha de baloncesto. Un canadiense supervisaría el entrenamiento. El sótano del auditorio se convirtió en lo que se conoce como un centro de fusión, que generaba inteligencia sobre las posiciones, movimientos e intenciones rusas en el campo de batalla. Allí, según funcionarios de inteligencia, oficiales de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) y la Agencia Nacional de Inteligencia Geoespacial (NGA) se unieron a oficiales de inteligencia de la coalición”.
“En una conferencia internacional celebrada el 26 de abril de 2022 en la Base Aérea de Ramstein (Alemania), el general Milley presentó al Sr. Reznikov y a un adjunto de Zaluzhny (por Ucrania) a los generales Cavoli y Donahue. «Estos son sus hombres», les dijo el general Milley, y añadió: «Tienen que colaborar con ellos. Los van a ayudar».
En el corazón de la colaboración estaban dos generales: el ucraniano Zabrodskyi y el estadounidense Donahue. El general Zabrodskyi sería el principal contacto ucraniano de Wiesbaden, aunque de forma extraoficial, ya que también servía en el parlamento.
“El general Donahue era una estrella en el mundo clandestino de las fuerzas especiales. Junto con la CIA, junto con equipos de exterminio y aliados locales, había perseguido a jefes terroristas en la sombra de Irak, Siria, Libia y Afganistán. Como líder de la élite Delta Force, había ayudado a forjar una alianza con combatientes kurdos para combatir al Estado Islámico en Siria”.
“Pronto, los ucranianos, casi 20 en total -oficiales de inteligencia, planificadores operativos, especialistas en comunicaciones y control de fuego-, comenzaron a llegar a Wiesbaden. Cada mañana, recordaban los oficiales, ucranianos y estadounidenses se reunían para inspeccionar los sistemas de armas y las fuerzas terrestres rusas y determinar los objetivos más adecuados y de mayor valor. Las listas de prioridades se entregaban al centro de fusión de inteligencia, donde los oficiales analizaban los flujos de datos para determinar la ubicación de los objetivos. Cada objetivo tendría que adherirse a las normas de intercambio de inteligencia diseñadas para minimizar el riesgo de represalias rusas contra los socios de la OTAN”.
“El ejército británico tenía una influencia considerable en Kiev; a diferencia de los estadounidenses, había desplegado pequeños equipos de oficiales en el país después de la invasión”.
“El Sr. Austin y el general Cavoli viajaron a Kiev en octubre. Año tras año, la administración Biden había proporcionado a los ucranianos un arsenal cada vez más sofisticado y había cruzado muchas de sus líneas rojas…. el secretario de Defensa y el general estaban preocupados por el debilitamiento de la situación sobre el terreno”. “Zelensky ya había dado un pequeño paso, reduciendo la edad de reclutamiento a 25 años. Aun así, los ucranianos no habían podido completar las brigadas existentes, y mucho menos construir nuevas”. “Austin presionó a Zelensky para que diera el paso más grande y audaz: comenzara a reclutar a jóvenes de 18 años”. En la polémica con Zelensky sobre si no alcanzaba el equipamiento le respondieron: “Sus generales informan que sus unidades están faltos de efectivos”. “No tienen suficientes soldados para el equipo que tienen”. El reclamo insistente era obligar a la gente a luchar”.
“La administración Biden también autorizó a Wiesbaden y a la CIA a apoyar ataques con misiles de largo alcance y drones en una zona del sur de Rusia utilizada como base para el asalto a Pokrovsk, y permitió que los asesores militares abandonaran Kiev para trasladarse a puestos de mando más cercanos a los combates”.
(Nota de MASAS n°479)