¿Qué quiere decir el enorme abstencionismo electoral?
¡No queremos más farsantes! ¡Que se vayan todos! ¡Ustedes no nos representan!
En las elecciones de Ciudad de Buenos Aires triunfó abrumadoramente el abstencionismo. Sólo la mitad del padrón votó, confirmando una tendencia que se verificó en las 5 elecciones previas. Refleja el hartazgo de gran parte de población. Es el índice más bajo de participación que se tenga memoria, mucho menos que en 2001.
Muestra el agotamiento de la democracia burguesa. Milei dice que ganó porque su candidato sacó más votos que los otros, pero en realidad no se puede hablar de victoria cuando los votos de Adorni, su representante directo, y una de las figuras más conocidas sólo obtiene el 15% del padrón electoral. Sí se puede hablar de derrotados y ese es Macri y el PRO, que gobernando la Ciudad durante dos décadas obtiene el tercer puesto.
El peronismo se quiso disfrazar para ganar la elección, llevó a un candidato que proviene del radicalismo, cambió su color por el verde, cambió su nombre por “Es Ahora Buenos Aires”, evitó la presencia de referencias nacionales en su campaña, hizo porteñismo hablando solo de cuestiones locales, pero no pudo entusiasmar a gran parte de los electores históricos del peronismo. La izquierda democratizante retrocedió en cantidad de votantes, en medio de la crisis extraordinaria que se vive porque no genera ningún entusiasmo con su campaña socialdemócrata.
En la zona sur, la más postergada y pobre de la Capital es donde se registran los menores índices de participación electoral con escuelas con 20% de participación. Es la franja donde reside la población más golpeada por la caída del poder adquisitivo, la pérdida de puestos de trabajo y la precarización laboral. Es el mismo fenómeno de las provincias donde se votó, donde se combina el ausentismo con altos porcentajes de votos en blanco y anulados. La menor participación se da en los barrios y localidades más humildes.
A los politiqueros miserables y a sus periodistas se les ocurre cargar culpas de los resultados electorales sobre los ausentes a votar, como los responsables, “por no participar”, “por no comprometerse”, por “facilitar que triunfe la derecha”. Son sus partidos, son sus dirigentes, son sus instituciones las que dan la espalda a los oprimidos.
La abstención es una respuesta pasiva al deterioro de las condiciones de vida y de trabajo bajo varios gobiernos. Es la respuesta al verso, a la frustración ante tantas promesas incumplidas de los politiqueros. Se combina con las grandes movilizaciones, paros y luchas de los últimos meses, que vuelven a decir ¡Que se vayan todos!¡Que no quede ni uno solo!
Al día siguiente de la votación en la reunión de la Cámara de empresas norteamericanas (Summit 2025) festejaron “con moderado optimismo” el primer puesto de Adorni en las elecciones, pero reclamaron que toda la derecha se tiene que unir para derrotar al peronismo en provincia de Buenos Aires. Entienden que este momento “es único” para poder avanzar con una cantidad de reformas que “no se va a volver a repetir” y no hay que dejar pasar la oportunidad.
Lo más importante fue la respuesta contundente de los metalúrgicos de Tierra del Fuego que protagonizaron una extraordinaria pueblada acompañados por toda la población, con paro general de actividades desde el miércoles, con movilizaciones multitudinarias en Río Grande y Ushuaia en defensa de 8000 puestos de trabajo, amenazados por la baja de aranceles a la importación de celulares y productos electrónicos.
ATE, docentes y camioneros se plegaron a la huelga. La UOM ya había decidido el paro por tiempo indeterminado la semana anterior. La CGT se pronunció a favor de los reclamos metalúrgicos. El viernes 23 el gobierno tuvo que retroceder y hacer concesiones a las empresas para que garanticen los puestos de trabajo hasta fin de año y así descomprimir la lucha.
La lucha de Tierra del Fuego tiene importancia estratégica, esa Provincia incluye la Islas Malvinas y la Antártida, donde EEUU quiere meter sus bases. Por eso, la presencia de sus poblaciones y en especial su clase obrera es fundamental. El gobierno Milei quiere deshacer 50 años de poblamiento con la bandera de bajar el precio de los celulares y los electrónicos.
Esta respuesta obrera se suma al reclamo de derrotar el “cepo a los salarios” que quiere imponer el Gobierno, para que se ajusten por debajo de la inflación. Que se reconozca la paritaria de la UOM, los reclamos de los choferes de la UTA, el convenio de los empleados de comercio, los reclamos de trabajadores docentes y de salud en Provincia de Buenos Aires que rechazan el miserable ajuste salarial y los descuentos que los días de paro por parte del gobierno de Kicillof. Los trabajadores y los jubilados reclaman por la creciente pérdida del poder adquisitivo del salario que el gobierno se niega a reconocer y presiona a las patronales para que aflojen frente al reclamo. El Gobierno sube la apuesta queriendo prohibir el derecho a huelga, reproduciendo el Decreto de diciembre de 2023 que quedó frenado. Quieren tener todas las herramientas para ilegalizar y reprimir las luchas de los trabajadores.
El Gobierno quiere contener la inflación a cualquier precio, profundizando la recesión económica y la caída del consumo, cree que esta es su carta de triunfo en las elecciones nacionales de octubre.
El Gobierno sigue desesperado, las reservas siguen retrocediendo fuertemente; no pueden juntar los dólares para pagar la deuda ni cumplir con las exigencias del FMI; el saldo de la balanza comercial, entre importaciones y exportaciones se redujo a casi nada y desde el próximo mes será negativo. Esa es la causa de convertir el país en un paraíso fiscal para que todos los delincuentes que evaden, que trafican, que se dedican a la trata, al contrabando, al robo, etc. puedan utilizar libremente sus dólares.
Esa desesperación puso en alerta a las grandes empresas y los organismos internacionales que ven altamente peligroso esta medida y el discurso de Milei justificando no combatir el accionar criminal. El presidente de la Amcham y del JP Morgan respondió: “Ese mensaje no parece un mensaje de un país que busca la institucionalidad”.
En su desesperación por dólares el Gobierno decidió extender hasta el 31 de marzo de 2026 la baja temporal de las retenciones a las exportaciones de trigo y cebada que había prometido y jurado que no extendería.
Lo que también muestran las elecciones es el agotamiento de la burguesía, de sus partidos, su incapacidad para ofrecer una política diferente a la que está llevando adelante Milei que está hundiendo el país.
Ningún sector de la burguesía aparece levantando la defensa de la soberanía nacional, desechar el programa del FMI, desconocer la deuda, estatizar los sectores vitales de la economía, detener el saqueo en todas sus formas. La burguesía es una clase parasitaria, corrupta, antinacional, que no tiene nada que ofrecer, bajo su dominio vamos camino a la barbarie, Milei es solo el mascarón que hoy encarna mejor que nadie su política. Debe ser expulsada del poder por la clase obrera acaudillando a la mayoría oprimida.
(Nota de MASAS n°480)