CERCImasas-480

PKK, el partido nacionalista Kurdo, anuncióelfin de la lucha armada en Turquía

En su comunicado dicen: “El Congreso del PKK decidió disolver la estructura organizacional del PKK (…) y terminar con la lucha armada”. “El PKK cumplió su misión histórica” y condujo “la cuestión kurda a un punto en que puede ser resuelta por medio de una política democrática”.

El PKK dice que la decisión “proporciona una base sólida para una paz duradera y una solución democrática”, y enfatizó que es “esencial” que el Parlamento turco “desempeñe su papel con responsabilidad histórica”.

Öcalan también hizo otra concesión a Erdoğan, al afirmar que hay una apertura progresiva en la sociedad, así como una mejora en “la libertad de expresión”. Justo cuando encarcela al líder de la oposición, el alcalde de Estambul, enfrenta masivas movilizaciones en su contra y ejerce fuerte presión sobre la oposición con las fuerzas de seguridad y el poder judicial. La tendencia es hacia un régimen cada vez más autoritario.

Según el PKK “las operaciones militares serán cerradas de forma imediata”. La entrega de las armas dependerá “de la respuesta y de la postura” del gobierno turco en relación a los derechos de los ciudadanos turcos y al destino de los integrantes del PKK.

El conflicto con Turquía llevaba más de cuatro décadas y dejó más de 40.000 muertos. Cientos de miles de personas fueron desplazadas dentro de Turquía. El grupo izquierdista fue formado en 1978 y lanzó una lucha armada contra el gobierno turco en 1984, reclamando un Estado kurdo independiente dentro de Turquía. Ya en la década de 1990, el PKK había abandonado su demanda de un Estado independiente, y comenzó a pedir una mayor autonomía para los kurdos. A mediados de los años noventa, se produjeron intensos combates. Miles de aldeas fueron destruidas en el sureste y este de Turquía -zonas de mayoría kurda-, lo que obligó a cientos de miles de kurdos a huir hacia otras ciudades.

Durante las décadas de 1980 y 1990, el presidente de Siria, Hafez al-Assad, permitió que el PKK establezca bases y campos de entrenamiento en Siria y en el Valle del Bekaa, en Líbano, que estaba bajo el control de Siria en esa época. Debido a las presiones geopolíticas, al-Assad pidió a Öcalan que deje Siria en 1998. Poco después fue detenido en Kenia. Sigue preso desde entonces.

En marzo de 2013, Öcalan anunció un nuevo alto el fuego unilateral tras mantener diálogos con el gobierno, y pidió a las fuerzas del PKK que se retiraran de Turquía. Ese alto el fuego se rompió en julio de 2015. Los combates fueron especialmente intensos en 2015 y 2016. Para 2019, las fuerzas de seguridad turcas habían expulsado a muchos militantes del PKK fuera del país, y la mayor parte de los enfrentamientos se trasladaron a la región autónoma del Kurdistán, en el norte de Irak, y al norte de Siria.

En Siria, las tropas turcas (junto con una milicia aliada llamada Ejército Nacional Sirio) también han estado combatiendo a las Unidades de Defensa del Pueblo Kurdo (YPG), lideradas por kurdos. Turquía las considera la rama siria del PKK.

Es necesario conocer la fundamentación más profunda de su decisión tomada en el 12º Congreso realizado a comienzos de mayo en Irak y que su líder había anunciado algunos meses antes (hacía 12 años que no había un Congreso). Es imprescindible un balance riguroso de semejante decisión política. Todos los grupos de izquierda que simpatizan con el PKK, que lo han reivindicado también deben explicar a su militancia las razones de semejante cambio político. ¿Qué cambió en Turquía y en el mundo para suponer que la cuestión kurda puede ser resuelta democráticamente? ¿Se ha logrado la autodeterminación por la que se luchaba, o se ha abandonado ese programa? Salvando las distancias, no podemos dejar de recordar la decisión de las FARC de Colombia de entregar la armas e integrarse al Estado burgués. Es necesario un rigurso balance de esta decisión estratégica para impedir la desmoralización de sus valiosos militantes.

El PKK comenzó a debatir su desmantelamiento en respuesta a la apelación hecha a principios de año para su disolución por parte de su líder Abdullah Öcalan, preso en una isla al sur de Estambul desde 1999.

Los kurdos representan cerca del 20% de la población de 86 millones de Turquía.

Los kurdos son uno de los pueblos originarios de las montañas y llanuras de Mesopotamia, una región que se extiende por el sureste de Turquía, noreste de Siria, norte de Irak, noroeste de Irán y suroeste de Armenia.

Entre 25 y 35 millones de kurdos viven en esta zona. Son el cuarto grupo étnico más numeroso de Oriente Medio (después de árabes, persas y turcos), pero no tienen un Estado-nación propio.

Durante siglos, los kurdos vivieron bajo el dominio del Imperio Otomano. Cuando colapsó, al final de la 1ª Guerra Mundial, muchos kurdos comenzaron a considerar la creación de una patria propia, el “Kurdistán”. Los aliados occidentales, que vencieron, contemplaron esa posibilidad en el Tratado de Sèvres de 1920 que dividió el imperio Otomano, pero fue reemplazado en 1923 por el Tratado de Lausana (Suiza) que puso fin a la guerra entre Turquía y Grecia, que fijó las fronteras de Turquía y no incluyó ninguna disposición para un Estado kurdo.

Los kurdos quedaron como minoría en todos los países donde habitaban. Durante los siguientes 80 años, todos los intentos kurdos por establecer un país independiente fueron reprimidos. En respuesta a los levantamientos ocurridos en las décadas de 1920 y 1930 en Turquía, muchos kurdos fueron reubicados, se prohibieron los nombres y vestimentas kurdas, se restringió el uso del idioma kurdo, e incluso se negó la existencia de una identidad étnica kurda, denominando a estas personas como “turcos de las montañas”.

El PKK Partido de los Trabajadores Kurdo fue considerado terrorista por Turquía y EE.UU. y aliados, luchó desde hace 40 años contra el gobierno turco, en su primera etapa por la creación de un estado kurdo. Erdogan y Turquía celebran hoy la decisión como una victoria.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, elogió la iniciativa del PKK y afirmó que el fin de la lucha armada significa “una nueva era” para su país. “Con el terrorismo y la violencia completamente eliminados, las puertas de una nueva era en todas las áreas serán abiertas”.

La Unión Europea consideró que “el inicio de un proceso de paz confiable (…) sería un paso positivo en dirección a una solución pacífica y sustentable” en Turquía.

Esta decisión del PKK tiene importantes repercusiones en la región. La dirigencia de las Fuerzas Democráticas Sirias, una alianza militar de  milicias kurdas, árabes, asirios, armenios, turcomanos y circasianos, vinculadas al PKK, confirmó el 11 de marzo que también bajaría las armas para unirse al Gobierno de transición de Ahmed al-Sharaa del Hay’at Tahrir al-Sham (HTS), que derrocó en diciembre pasado a Al-Assad. Un gobierno controlado por Turquía y el imperialismo. Trump ya se reunió con al-Sharaa y anunció el levantamieto de las sanciones. Un gobierno atacado militarmente en forma sistemática por Israel.

Las Unidades de Defensa del Pueblo Kurdo (YPG) estuvieron en el frente de batalla en la lucha contra la presencia de ISIS dentro del territorio sirio, contando con apoyo de EEUU.

Recientemente avanzaron las relaciones entre Turquía e Irak, especialmente en cooperación de seguridad. En la reunión entre el presidente turco Erdoğan y el primer ministro de Irak Mohammed Shia al-Sudani a principios de mayo, Al-Sudani reiteró “la posición firme de Irak” contra el permiso de uso de su territorio en el conflicto entre Turquía y el PKK.

No hay pacificación ni democratización posible en Oriente Medio si no se termina con el Estado terrorista de Israel, si no se expulsa al imperialismo de toda la región.

Los pueblos de Oriente Medio podrán unirse en una federación de repúblicas socialistas, único marco en que podrá garantizarse el derecho a la autodeterminación de todas las naciones, pudiendo aplicar los enormes recursos de sus tierras a un desarrollo económico común que permita superar el atraso y el sometimiento.

(Nota de MASAS n°480)