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Las centrales sindicales entregaron nuevamente el Salario Mínimo Vital y Móvil

La orden del FMI es que los salarios sigan perdiendo poder adquisitivo

El Salario mínimo vital y móvil no alcanza siquiera la canasta de indigencia. Como ya se sabía, la reunión del Consejo del Salario del 29 de abril fue una fantochada. El Gobierno fijó el monto del salario mínimo, vital y móvil (SMVM), en $302.600 y $ 1.513 por hora para trabajadores jornalizados a partir del 1° de abril y estableció una serie de ajustes mensuales hasta agosto de 2025, del 1% por mes. En agosto será de $ 322.000 y $ 1.610 por hora para jornalizados, alrededor de $5.000 por mes.

Establece también que la Prestación por Desempleo, por seis meses, no podrá ser superior al 100% del Salario Mínimo Vital y Móvil vigente.

El propio Gobierno calcula que en abril los alimentos básicos aumentaron 3,05% y una familia necesitó $481.349 para comprarlos. El SMVM es un salario de hambre.

La CGT, la CTA Autónoma y la CTA de los Trabajadores reclamaron un Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) de $644.165 para abril y $657.703 para mayo. El doble de lo que ofrecían los empresarios y resolvió el Gobierno.

En noviembre de 2023, último mes de Fernández, el SMVM que ya era muy bajo era de $146.000 con la inflación acumulada desde ese mes hasta abril de 2025 de 243,87% ese SMVM actualizado por inflación oficial debería ser de $502.050. O sea que en poco más de un año se ha perdido $199.451 de poder adquisitivo, ¡un 40%!

La determinación del SMVM es de gran importancia porque regula los montos de varias prestaciones y sobretodo porque fija el piso del salario mínimo de numerosos convenios colectivos.

Como ya hemos dicho tantas veces y todos los trabajadores sabemos, en esas mesas de negociación como el Consejo del Salario, jamás se logra un ajuste que satisfaga mínimamente a los trabajadores. Es una burla para hacer creer que consultan a los trabajadores en una negociación tripartita (gobierno, empresarios, trabajadores).

La realidad es que la voz de los trabajadores estuvo ausente. La única voz que se escucha es la de paro general, plan de lucha, ocupación de las fábricas, movilizaciones, exigiendo aumento general de salarios. Entonces sí el Gobierno y las patronales se verán obligadas a escuchar y atender las demandas de los trabajadores. Hacer declaraciones lacrimógenas en los diarios y los canales de noticias no sirven para nada, o para mostrar impotencia frente a la prepotencia del Gobierno del FMI y las corporaciones.

El supuesto reclamo de la CGT y CTAs es una tercera parte de lo que cuesta la canasta familiar, ¡es muy poco! Una tercera parte de lo que cuesta realmente vivir: eso es lo que quiere decir “VITAL”. Pero si hicieran una fuerte campaña de reclamo, con asambleas y movilizaciones, y paros para lograrlo, sería un buen paso adelante en la pelea salarial. Sin embargo no aparece la disposición de la CGT a tomar esta responsabilidad en sus manos, haciendo de verdad un reclamo. Si el Gobierno ha podido hacer retroceder tanto el poder adquisitivo del salario es porque la resistencia no ha sido suficiente. ¡PLATA HAY!

(Nota de MASAS n°480)