Varios días de movilizaciones masivas contra la agresiva política de arrestos de inmigrantes del gobierno Trump
Declaración del CERCI, Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional
En Los Ángeles residen millones de trabajadores que han nacido en otro país y especialmente una enorme comunidad latina. Las manifestaciones, que llevan varios días, con algunas expresiones más radicalizadas, fueron la respuesta a la intensificación de la campaña para localizar y deportar a los migrantes que ingresan al país, con redadas en lugares de trabajo y masivos arrestos. Una protesta llegó hasta el centro de detención federal en el centro de Los Ángeles y fue reprimida con gases lacrimógenos. Manifestantes también marcharon hasta la entrada de un tribunal de inmigración en San Francisco, después de que se denunciara que al menos dos personas fueron esposadas y colocadas en camionetas sin patente afuera del edificio por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas. Manifestantes gritaban «¡Fuera ICE de Los Ángeles!» y «¡Fuera la Guardia Nacional!», en referencia a los agentes de inmigración y a los reservistas. Los manifestantes se enfrentaron a agentes antidisturbios fuertemente equipados, que reprimieron la protesta con gases. Gran cantidad depersonas fueron arrestadas durante las protestas en Los Ángeles. La intervención del Gobierno Federal alimentó más las protestas. En tres de las principales ciudades de Texas también se manifestaron para protestar en contra de las redadas.
Se está programando para el 14 de junio una masiva movilización en 1800 puntos, de costa a costa, contra Trump, que pretende opacar el desfile militar previsto para ese día en Washington. Sectores republicanos en disidencia con el Gobierno decidieron no participar del desfile. En Nueva York el Departamento de Policía ya comenzó a tomar medidas represivas preventivas contra la próxima manifestación.
Esta campaña más agresiva del Gobierno Federal contra los inmigrantes busca en este momento tapar la crisis económica que se agrava y los conflictos internos de un Gobierno en crisis que se potencia ahora por el choque abierto con el gobierno de California.
Trump planteó que Los Ángeles está siendo invadida por un «enemigo extranjero», y que invocaría la Ley de Insurrección si crece la tensión para disolver militarmente las protestas. Dijo que el lunes por la noche «hubo ciertas zonas» de la Ciudad que «podrían haber sido insurrecciones».
Ordenó desplegar 4 mil efectivos de la Guardia Nacional y 700 marines de elite en Los Ángeles, elevando la tensión de las protestas ampliando la militarización de la segunda ciudad de EEUU, con su decisión. La Guardia Nacional es una fuerza armada de reserva que suele estar controlada por los gobernadores estatales y se usa en respuesta a desastres naturales.Sus reservistas no han sido desplegados por un presidente contra la voluntad de un gobernador estatal desde 1965, en el auge del movimiento por los derechos civiles. El despliegue de tropas regulares como la Infantería de Marina es aún más inusual. La ley estadounidense prohíbe el uso del ejército como fuerza policial, salvo que se produzca una insurrección.
Trump acusó a los manifestantes de Los Ángeles de «agitadores profesionales e insurrectos«, «lo que están presenciando en California es un ataque total a la paz, al orden público y a la soberanía nacional, perpetrado por alborotadores que portan banderas extranjeras con el objetivo de prolongar una invasión extranjera de nuestro país. No vamos a permitir que eso suceda», durante un mitin en Fort Bragg, la mayor base militar en suelo estadounidense. Acusa al Gobernador de no reprimir suficientemente las protestas.
Trump pidió el arresto del gobernador de California, Newsom, y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, declaró que «debería ser alquitranado y emplumado», tal como la antigua técnica de castigo público. A su vez la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, acusó a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, de alentar las protestas. Apenas había declarado que «no es con redadas o con violencia» que se puede resolver el tema migratorio y pidió una «reforma migratoria integral» que reconozca el papel de los mexicanos que viven en EE.UU.
El gobierno de California afirma que la mayoría de los manifestantes son pacíficosy el Estado es capaz de mantener el orden sin la intervención federal. Gavin Newsom, solicitó a la justicia que bloquee con urgencia el despliegue de las tropas militares en Los Ángeles: «Enviar combatientes de guerra a las calles no tiene precedentes y amenaza los fundamentos de nuestra democracia», dijo también que Trump «se comporta como un tirano, y no como un presidente. Le pedimos a la corte que bloquee de inmediato estas acciones ilegales». “Si algunos pueden ser secuestrados son orden judicial por sospecha o color de piel, nadie está a salvo”.
El comandante del Cuerpo de Marines declaró que los efectivos desplegados en Los Ángeles aún no fueron llamados a responder a las protestas y están allí solo para proteger a funcionarios y propiedades federales. Este martes el gobierno decretó el toque de queda en el centro de Los Ángeles desde las 8 de la noche.
El gobernador de Texas afirma que desplegará la Guardia Nacional ante la extensión de las protestas.
Es sintomático que Trump haya reforzado la militarización de la frontera de EE.UU. con Mexico. Creó dos Áreas de Defensa Nacional entre abril y mayo. Para controlar la “Zona de Emergencia Nacional”, amplió los efectivos militares a ocho mil soldados y estructuró un poderoso aparato bélico con aviones de guerra, drones y navíos de la marina. De tal forma que amplió las bases militares ya existentes en la frontera con el estado mexicano de Chihuahua.
La represión interna, los ajustes presupuestarios, el avance contra los derechos, el ataque a las universidades, tiene su paralelo en la política exterior de intervención sobre Panamá, las amenazas sobre Venezuela, las presiones sobre todos los países para que rompan o limiten sus acuerdos con China, la imposición de un acuerdo colonial sobre Ucrania, el respaldo militar y financiero al Estado de Israel en su política genocida; la amenaza de ataque contra Irán para impedir su derecho a contar con armas nucleares; sus pretensiones anexionistas sobre Groenlandia y Canadá y en la guerra comercial desatada contra el resto del mundo.
El fracaso de la ofensiva arancelaria, con la caída de las bolsas y la subida de la tasa de interés, lo obligó a retroceder y produjo rupturas en su Gobierno. El debate presupuestario también mostró las divisiones en el seno de la burguesía imperialista y el choque brutal con su socio Elon Musk embanderado con el ajuste y el sostenimiento de los subsidios estatales a sus empresas. Sectores republicanos declaran su desacuerdo con el proyecto de presupuesto. Tanto los que defienden el presupuesto como quienes se oponen caracterizan que se puede ir a una situación de catástrofe económica. Y antes, el choque con la Reserva Federal que no aceptó reducir las tasas de interés como exigía Trump desde antes de asumir.
Las políticas de Trump son la respuesta desesperada frente al retroceso del poder hegemónico de EE.UU., a su decadencia, al estancamiento de su economía y la inflación, su endeudamiento extraordinario que no deja de crecer como su déficit presupuestario y el déficit en la balanza comercial. Es la descomposición capitalista que impulsa las respuestas militaristas, autoritarias, las guerras comerciales, que tienden a transformarse en bélicas en todo el mundo y barren con las formas democráticas de dominación.
La clase obrera norteamericana debe independizarse de la tutela demócrata y enfrentar la crisis con su propia política, su intervención es fundamental para detener el militarismo y las guerras, para terminar con el autoritarismo, con la persecución a los migrantes. Derribar el poder de Wall Street, de los bancos, de las poderosas multinacionales que dirigen la economía, terminar con esa minoría ultraconcentrada que domina el país y que son el principal bloqueo para el desarrollo de las fuerzas productivas, por medio de la acción directa de masas. No habrá paz en EE.UU. ni en el mundo hasta que se derribe ese poder imperial. La clase obrera debe poner en pie su partido revolucionario, el que exprese esta estrategia, como parte de la lucha por poner en pie el Partido Mundial de la Revolución Socialista que desde el CERCI estamos impulsando.
12 de junio de 2025