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Hace 70 años aviones de la marina bombardeaban la Plaza de Mayo, el mayor atentado terrorista de la historia

Al mediodía del 16 de junio de 1955, Buenos Aires sería la primera capital de Sudamérica en ser bombardeada desde el aire por sus propias fuerzas armadas, por la Marina. Pretendían atacar la Casa de Gobierno donde entendían estaría el Presidente y desarrollan una serie de acciones para derribar el gobierno. Los aviones llevaban pintadas en sus colas las imágenes que simbolizaban “Cristo Vence”.

Las primeras bombas cayeron en la Plaza de Mayo a pocos metros de la pirámide. Sobre la Casa Rosada arrojaron 29 bombas de entre 50 y 100 kilos cada una. Otra destrozó un trolebús repleto de pasajeros.

La CGT convocó a movilizarse para defender el Gobierno. Perón trato de evitarlo para evitar más víctimas. Cuando ya eran cientos de manifestantes una nueva oleada de aviones arrojaron nueve toneladas y media de explosivos sobre la multitud. En la Plaza quedaron 355 civiles muertos y 600 heridos en los hospitales. El peor atentado terrorista de la historia. Que la oligarquía y la burguesía han tratado que quede en el olvido.

Que se suma a las matanzas de la Patagonia, de los quebrachales, de los Talleres Vasena, de los 1° de Mayo de comienzos de siglo, de pueblos originarios. Fuerzas armadas que darán un nuevo golpe militar 3 meses después. Fuerzas armadas al servicio del enemigo de la Nación.

Columnas de trabajadores marcharon sobre el edificio del ministerio de Marina, cuartel de los golpistas para vengar a sus compañeros. El almirante Olivieri llamó al Ministerio de Guerra: “Intervenga. Mande hombres. Nos rendimos. Evite que la muchedumbre armada y enfurecida penetre el edificio del Ministerio”. Junto a él estaban los tenientes Massera y Mayorga, protagonistas de la dictadura genocida del ´76. Tras la masacre, 110 tripulantes llegaron a Montevideo a bordo de 39 aviones.

Esa misma noche grupos peronistas que veían a la Iglesia detrás del intento de golpe quemaron las iglesias de Santo Domingo, San Francisco, San Nicolás de Bari, San Miguel Arcángel, la Piedad, la Merced, San Ignacio y la Curia metropolitana.

Algunos antecedentes del bombardeo. El 28 de septiembre de 1951 se produjo un intento de golpe de estado contra Juan Domingo Perón, liderado por el general retirado Benjamín Menéndez. De este intento fueron parte efectivos del ejército, marina y aviación, fue reprimido y los participantes fueron condenados.

El 15 de abril de 1953 la CGT convocó a una movilización en Plaza de Mayo para contrarrestar la campaña de la oposición que hacía eje en la carestía y el desabastecimiento, a lo que se referirá Perón en su discurso. Ni bien comenzó explotó una bomba, luego siguieron otras, hubo al menos 5 muertos y más de 100 heridos de consideración. Perón llamó a hacer justicia por mano propia. Algunos grupos atacaron sedes partidarias en represalia. Los coordinadores del ataque a la Plaza habrían sido los hermanos Lanusse (de una familia de la oligarquía ganadera) y Roque Carranza (militante radical). Agustín Lanusse estaba preso por participar del intento de golpe de Menéndez. 

EE.UU. buscaba el alineamiento total de América Latina para prevenir el “avance comunista” como denominaban todo aquello que contrariara sus mandamientos. La “Tercera Posición” de Perón rechazando un alineamiento con EE.UU. o la URSS fue sospechada de atentar contra los intereses norteamericanos. En 1950 cuando comenzó la guerra de Corea las delegaciones argentina, guatemalteca y mexicana hicieron fracasar la iniciativa de EE.UU. de formar una fuerza internacional hemisférica para intervenir en la guerra. El imperialismo saboteó toda posibilidad de alianza especialmente con Brasil y Chile.

A mediados de 1953 fue cambiando la relación, produciéndose un acercamiento con EE.UU., en agosto de ese año se aprobó la Ley de Inversiones Extranjeras para materializar ese cambio. En abril de 1955 se firmará el acuerdo de explotación petrolera con la Standard Oil a través de su subsidiaria California Argentina, que fue considerado por el imperialismo como un buen paso para la penetración del capital financiero en otros sectores. Sectores del propio peronismo cuestionarán ese acuerdo por considerar que contradecía la Constitución de 1949.

En 1955 será la Iglesia Católica la que aglutine a la oposición contra Perón. Pese a que fue Perón el que introdujo la enseñanza religiosa en las escuelas “cortando 60 años de laicismo y ateísmo escolar” y la eficacia de su “acción obrerista que conjuró el peligro del comunismo en Argentina” (expresiones del Papa Pío XII). La Iglesia argentina, una de las más reaccionarias del mundo, de opción por los más ricos y poderosos. En 1954 creará el Partido Demócrata Cristiano para frenar el avance del comunismo. Perón consideraba que él ocupaba ese lugar. Perón se lamentará de haber impulsado un subsidio del 75% de los sueldos de los docentes de las escuelas privadas de las cuales el 90% eran propiedad de la Iglesia Católica.

El 25 de noviembre de 1954 el Partido Peronista y los sindicatos convocaron a un acto en el Luna Park con la consigna “¡Perón sí, curas no!” para enfrentar la ofensiva opositora de la Iglesia. El Gobierno a su vez anuló la personería jurídica de la Acción Católica, y envió proyectos al Congreso como la ley de divorcio, la ley de hijos naturales y separar la Iglesia del Estado, este último proyecto era un problema también económico para la curia. En mayo de 1955 se suprimió la obligatoriedad de la enseñanza religiosa.

La Iglesia respondió convocando a una gran concentración en la conmemoración de Corpus Christi a través de los colegios, púlpitos y publicaciones para el sábado 11 de junio para garantizar masividad. Pese a la prohibición se transformó en una enorme manifestación opositora. El 12 de junio hubo incidentes en la Catedral chocando grupos peronistas que la rodearon y jóvenes católicos que se citaron para defenderla ante el rumor de que sería incendiada.

El 13 de junio Perón se dirigió a la población acusando a la “oligarquía clerical, el clero político y los dirigentes de las organizaciones clericales de naturaleza civil” de provocar desórdenes, diciendo que “desconocer el derecho del Pueblo a decidir su propia legislación a través de sus representantes legales es un alzamiento contra la Constitución y la ley que no puede conducir ni a la paz ni a la tranquilidad”. El 14 de junio fueron exonerados el vicario general, obispo auxiliar y canónigo Manuel Tato, y el canónico diácono Ramón Novoa, que habían oficiado la misa de Corpus Christi. La Curia local pidió la excomunión del Presidente que fue atendida de forma favorable el 16 de junio, previo al episodio de la quema de iglesias ocurrido esa noche. Esta medida contra Perón por la Iglesia no fue aplicada contra los militares que asesinaron, secuestraron, violaron, torturaron dos décadas después (Videla recibía su comunión diariamente). 

La base material de la reacción oligárquica era el latifundio, la gran propiedad de la tierra que no fue expropiada. Lo que expresó las limitaciones, la incapacidad y la cobardía de parte del movimiento nacionalista burgués que dirigía a la clase obrera y las masas oprimidas y lideraba una parte de las fuerzas armadas. La tarea democrática burguesa más importante que debía resolver y que ya no podrá resolver.

(Artículo de Masas n°481)