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La derrota electoral de Milei es el resultado de la política del FMI y de las grandes corporaciones nacionales y extranjeras

La derrota del gobierno nacional en las elecciones de la Provincia de Buenos Aires es el resultado de la política económica orientada por el capital financiero internacional: fuerte caída del poder adquisitivo de salarios y jubilaciones; liberación de tarifas; recesión económica provocada con pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo y suspensiones; eliminación de la obra pública; quita de medicamentos gratuitos a los jubilados; eliminación de subsidios a discapacitados; reducción de presupuestos a la salud y educación públicas, a ciencia y tecnología; dejar de asistir con alimentos a los comedores populares; etc. etc. Es también el resultado de la violenta política represiva contra los que protestan por estos ataques.

No es producto del mal diseño de la táctica electoral o de la mala selección de candidatos o los equívocos en los actos y sus discursos violentos. La derrota electoral es el resultado de su política de ataque a las condiciones de vida y de trabajo de la mayoría. Estas elecciones plebiscitaron un castigo al Gobierno nacional.

Milei creyó que mostrando un descenso de los índices de inflación lograría el mejor resultado electoral y tomó decisiones desastrosas para mantener contenida la cotización del dólar ya que si se liberaba se trasladaría a los precios y a las tarifas. La mayoría entendió que las políticas de reducción de la inflación y de un supuesto superávit fiscal eran a costa de frenar la economía, multiplicar la desocupación y la precarización laboral. Al votar tuvieron bien presente esta realidad material que destroza todos los versos y relatos, y también la idea de instalar la “inseguridad” o el “riesgo kuka” como el problema más importante. Como dice Morales Solá “el “mensaje” a Milei se pareció más a un nocaut que a un mensaje”, que dejó al desnudo toda su debilidad de origen.

Tratan de ocultar que el fuerte ataque a las jubilaciones y pensiones, a terminar con las moratorias, el freno a la obra pública, reducir a la mitad de los subsidios por discapacidad, eliminar los medicamentos gratis, es una orden del FMI, inscripta en su programa. Así se lo exigieron a Macri, a Alberto Fernández y también a Milei. Los medios masivos de comunicación están al servicio de esa política y envenenan a la población intentando justificar que los problemas de la economía se originan en supuestas corrupciones, desmanejo de los subsidios, insustentabilidad de las políticas de protección de derechos sociales. Exigen terminar con los subsidios y las prestaciones para generar superávit para poder comprar dólares y pagar la deuda externa. Milei y Caputo juraron aplicar a rajatabla ese programa sin importar las consecuencias. La oposición se limita a criticar la crueldad del Presidente con los más débiles y vulnerables sin señalar quiénes son sus mandantes y prefieren pensar que fue más importante la acumulación de denuncias de corrupción o las formas violentas del discurso del Presidente lo que definió la elección.

La derrota agrava la crisis económica: crece la demanda de dólares y su cotización; siguen cayendo las acciones de las empresas argentinas y los bonos; crece el “riesgo país” por encima de 1.000 impidiendo la refinanciación de las deudas por vencer; los principales bancos internacionales llaman a abandonar inversiones en el país por la fragilidad de su economía (Morgan Stanley); EE.UU. no estaría dispuesta a un nuevo socorro financiero; crece el proceso de desinversión en el país; sobrevuela el riesgo de un nuevo default de la deuda que crece desproporcionadamente; mantendrán elevadísimas las tasas de interés en pesos para tratar de evitar que se vayan al dólar, paralizando más la economía, esta semana vencen 7,2 billones de pesos y tratan de imponer a los bancos una refinanciación para después de las elecciones; etc.

El fracaso del plan y la desesperación del gobierno la fuimos anticipando desde hace mucho tiempo, ahora hasta las corporaciones que lo apoyan empiezan a tomar distancia y hablar de la necesidad de adoptar otro plan, que sin duda cargará sobre las espaldas de la mayoría. Ya conocemos en carne propia todos sus experimentos. Es el capitalismo que está agotado y no puede ser rescatado. Cada plan que ensaya nos hunde más.

*En la semana anterior a las elecciones despilfarraron 500 millones dólares que estaban destinados a futuros pagos de la deuda externa, pese a subir los encajes bancarios y subir las tasas de interés a las nubes.

*14.710 millones de salida de dólares del sistema en 4 meses, con récord en julio con 5.432 millones. (CEPA)

*Pérdidas extraordinarias en las operaciones por dólar futuro para tratar de contener su cotización.

*El “riesgo país” es más del doble que a comienzos de año. El Gobierno quería lograr que estuviera por debajo de 400 para poder tomar nuevos créditos financieros para pagar la deuda que va venciendo. Un fracaso total en este objetivo.

*Hay una cláusula secreta en el acuerdo con el FMI para no dilapidar los dólares del último préstamo. La Justicia ordena al Gobierno abrir el acuerdo.

*La recaudación de impuestos de agosto llegó a los $15,3 billones y cayó 2,4% en términos reales. Sigue cayendo el consumo.

*Fuerte crisis en el sector panadero: en 18 meses cerraron 14.000 comercios. La venta de pan cayó 50% y la de facturas 85%.

*Materiales de construcción, textil, confección y metalmecánica siguen con una caída en torno al 15% al 20%… en el caso del cemento, las ventas bajaron de 1.050.000 toneladas mensuales a 800.000. La retracción también afecta a industrias vinculadas como cerámicos, hierro y acero, todos con fuerte dependencia del ritmo de la construcción, sostuvo un dirigente de la UIA.

La política económica de Milei-FMI es un desastre, también para numerosas empresas que dependen del mercado interno, ¿quiénes se benefician? Los que hicieron especulación financiera con altísimas tasas de interés, pero se termina porque el gobierno ya no puede garantizar la estabilidad de la cotización del dólar. Se beneficiaron las empresas de servicios cuyas tarifas se dolarizaron y se liberaron. 

(Artículo de Masas n°488)