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Corrupción generalizada del Gobierno que decía que venía a combatirla y terminar con la casta

Se trata de Santiago Caputo y 800 mil dólares. Todavía no es parte del escándalo porque la corrupción de Karina Milei tapa todo lo demás.

 Él venía complicado desde antes que aparecieran los famosos audios. Se trata de 800 mil dólares que fueron girados a la empresa en la que él figura como único empleado, Zefico SA. Ese giro misterioso disparó un Reporte de Operación Sospechosa (ROS), el mecanismo que tienen los bancos para cubrirse ante transferencias inexplicables.

Zefico es una empresa cuyo único empleado es Caputo, que no registra actividad comercial, sólo una cáscara. Le pertenece a una familia muy allegada al asesor, los Costa. Pablo, el padre, era un amigo del fallecido progenitor de Santiago, el escribano Claudio. Y Pablo, el hijo, tiene el mismo vínculo de cercanía con el asesor más cercano a Milei.

Los Costa que emplean a Santiago Caputo además tienen otra empresa, Camalu SA, en la que figura como asalariado su hermano menor. Todo queda en familia. Incluso participa de estos enredos una tía de Santiago, Inés Caputo, quien certificó que los 800 mil dólares girados a Zefico fueron una “donación” de la madre de Costa junior a él y sus hermanos. Todo raro.

Como la coartada generó sospechas, el ROS emitido por el banco llegó a la Unidad de Información Financiera (UIF). Su titular, Paul Starc, fue puesto allí por Santiago Caputo, el asesor del Presidente, por eso, tal vez, no haya avanzado en la investigación. Lo que sí hizo, fue denunciar penalmente que el “maldito” ROS se hubiese filtrado a los medios. Una práctica habitual del Gobierno, en vez de explicar los hechos persigue a quienes difundieron la información.

Los 800 mil dólares siguen ahí, en la cuenta de una empresa de la que él es el único empleado.

¿Quién va a investigar todos estos actos de corrupción? Ni esta Justicia ni el Congreso que no son capaces de investigar siquiera el destino de decenas de miles de millones de la deuda externa que se fugaron.

Si no puede justificar semejante transferencia, el dinero debe ser transferido al Garrahan o a la AnDis para que le den el mejor uso.

(Artículo de Masas n°488)