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Bolivia: Retornar a la política revolucionaria de la Central Obrera Boliviana

(Brigada sindical revolucionaria)

Ha llegado el momento obligado de hacer un balance autocrítico de la experiencia de habernos sometido incondicionalmente a los gobiernos del MAS, ilusionados ingenuamente por la condición indígena-campesina del “hermano Evo Morales”, sin percatarnos de su declarado respeto a la gran propiedad privada burguesa y la explotación de nuestros recursos naturales por las transnacionales imperialistas consideradas, según él, como “socias” del Estado y no como patronas que es lo que realmente son y siempre serán por la naturaleza depredadora del imperialismo.

El colaboracionismo con un gobierno burgués o reformista proburgués, como es el caso del MAS, ha tenido consecuencias desastrosas para el movimiento obrero y popular. Corresponde recuperar la independencia sindical, base del sindicalismo creado por los trabajadores como instrumento de defensa frente a la explotación de los patrones y la política antiobrera, antipopular y antinacional de sus gobiernos, luchar por defender nuestras conquistas sociales y por nuestras demandas laborales. Las organizaciones sindicales no pueden convertirse en aliadas de la burguesía en contra de las reivindicaciones y derechos de los trabajadores.

Se debe también comprender el significado de la independencia política que debe tener un sindicalismo revolucionario. Significa que la clase obrera consciente, políticamente organizada, actúa al interior del sindicato luchando por su propio objetivo histórico, el socialismo.

Superando esta mala experiencia, proclamamos, retornando a la tradición revolucionaria de lo que fue la COB en el pasado, desde la Tesis de Pulacayo hasta la Asamblea Popular, que nuestro objetivo histórico es el SOCIALISMO, entendido en su verdadero contenido revolucionario: la nueva sociedad sin propietarios privados de los grandes medios de producción, que pasarán a ser de propiedad social.

Quienes se proclaman socialistas, pero respetan la gran propiedad privada burguesa son impostores, reformistas proburgueses, que ofrecen algunas mejoras en el marco de la sociedad capitalista atrasada del país, para engañar a los obreros y al pueblo oprimido y perpetuar el dominio de la burguesía.

El movimiento obrero boliviano, se encuentra sumido en una profunda crisis sindical y política; nuestras organizaciones matrices han perdido su identidad de clase y abandonado la perspectiva histórica revolucionaria del proletariado. La COB se ha burocratizado al extremo de subordinar los intereses más elementales de los trabajadores y del pueblo, a los intereses politiqueros de los partidos burgueses en función de gobierno.

Es hora de recuperar el papel de vanguardia revolucionaria del conjunto de los trabajadores y del pueblo oprimido, que históricamente jugó el movimiento obrero y particularmente el minero, levantando las banderas de la lucha por la liberación del país de la opresión imperialista y la perspectiva de la instauración del gobierno obrero, campesino y clases medias empobrecidas.

Nuestras instituciones sindicales sometidas a los gobiernos del MAS han provocado la pérdida de credibilidad de nuestras históricas organizaciones obreras ante la opinión de los propios compañeros y demás clases sociales oprimidas, que vieron como el guardatojo se devaluaba y perdía autoridad por el manoseo politiquero al que ha sido expuesto.

Se ha tirado al basurero uno de los principios fundamentales del sindicalismo: la independencia sindical y política frente al todo gobierno burgués. Los principios del “sindicalismo revolucionario” (Independencia Sindical, Pluralismo Ideológico y Democracia Obrera) han sido sustituidos por una conducta de sometimiento al enemigo de clase. Dirigentes burocratizados que le han llamado “sindicalismo de gestión” al servilismo y no de lucha en defensa de los intereses de los trabajadores, de todos los oprimidos y del país frente al opresor foráneo.

Convertidas nuestras direcciones sindicales en agencias del masismo, antes que organizaciones de defensa frente a la burguesía y sus gobiernos, la lucha interna entre las fracciones del MAS por el control del Poder para sus fines mezquinos y corruptos ha traído consecuencias nefastas para nuestras organizaciones. Enfrentamiento que tiende a arrastrar al desastre al país y al propio sindicalismo boliviano, llegando a destruir la unidad de nuestras filas, creando organizaciones paralelas que dividen y debilitan nuestro movimiento de lucha. Como clase obrera debemos sacar las conclusiones políticas del cierre de este ciclo político y la agonía del masismo en el poder.

La influencia masista en el movimiento obrero ha sido funesta quitándole el carácter revolucionario, anticapitalista y antiimperialista a la histórica y gloriosa Central Obrera Boliviana que hoy requiere dirigentes militantes probados en la lucha para recuperar la confianza, autoridad y convocatoria que tuvo ante los ojos de la nación oprimida.     

                (POR Bolivia – Masas No.2851)