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¿Dos modelos en pugna?

La oposición burguesa pretende que estamos ante “dos modelos en pugna” y que votando se puede derrotar al modelo de la ultraderecha.

Aunque unos y otros defienden la gran propiedad capitalista y la explotación del trabajo, tienen diferencias. Antes queremos ver qué aspectos comparten para no permitir que hagan demagogia electoral.

Unos y otros reconocen toda la deuda externa e interna. Unos y otros se han negado a investigar su carácter fraudulento, impidiendo que se levante el secreto bancario, bursátil e impositivo. La experiencia del Gobierno de Alberto Fernández ha sido muy clara en este sentido sometiéndose al programa del FMI.

El Gobierno Kirchner ha pagado deuda externa en efectivo como ningún otro gobierno en la historia, incluyendo deudas que provenían de la última dictadura.

Ni unos ni otros quieren dar marcha atrás con las privatizaciones estratégicas del menemismo, no quieren terminar con la provincialización de la educación y la salud. No quieren terminar con los negocios privados en educación y salud. 

Ninguno quiere expropiar el latifundio para apropiarse de la renta agraria. Ni estatizar el comercio exterior, ni la banca. Ni estatizar toda la explotación minera e hidrocarburífera. Ni estatizar todos los puertos y recuperar el control de los ríos y los mares. 

Uno defiende la legislación Rigi para el saqueo nacional el otro no dice que debe ser derogada inmediatamente. Ninguno se pronuncia por derogar todas las leyes que aún perduran desde la dictadura militar especialmente la Ley de Entidades Financieras (cuando tuvieron amplias mayorías legislativas no se animaron a hacerlo).

Ni uno ni otro se pronuncian sobre que salarios y jubilaciones deben cubrir por lo menos los que cuesta la canasta familiar.

Y así podemos seguir para mostrar que en aspectos esenciales de la dominación capitalista no hay diferencias. Pero unos encarnan violentamente el ajuste, queriendo arrancar todos los derechos conquistados de cuajo, sin anestesia, mientras los otros utilizan un discurso conciliador y tratan de que las transformaciones antinacionales y antiobreras, el saqueo, se produzca progresivamente, con menos dolor. Ambos son incapaces de contener la decadencia capitalista. Ambos nos llevan a la ruina. Decimos y remarcamos una y otra vez que el capitalismo ya no se puede reformar, su existencia nos condena a la barbarie. Debemos terminar con él antes que termine con todos nosotros. En estas elecciones ningún candidato, ninguna Lista expresa abiertamente estas ideas. Por eso llamamos a anular el voto, diciendo que otro país será posible sólo si la clase obrera tiene el poder, acaudillando a la mayoría oprimida, poniendo todos los recursos al servicio de la transformación económica que necesitamos planificándola sobre la base de nuestras prioridades y nunca más al servicio del capital financiero.

(Artículo de Masas N°490)