La inflación sigue creciendo, destruyendo nuestro poder adquisitivo
La principal bandera del Gobierno era que venía a derrotar la inflación, deteniendo la emisión monetaria e imponiendo a rajatabla un superávit fiscal. La realidad es que la principal ancla para contener los precios fue mantener contenida la cotización del dólar. El superávit fiscal es artificial y es falso que no emite moneda.
Todo fracasó. No por los intentos desestabilizadores de nadie sino por la propia incapacidad del Gobierno, de la burguesía, del FMI, para resolver la inflación y los principales problemas de la economía. Debemos recordar todos los pronósticos del año pasado y comienzos del presente para darnos una idea de la dimensión del fracaso.
Aun con las distorsiones en el método de análisis, el INDEC reporta un alza de precios del 2,1% en septiembre, el nivel más alto desde abril que había llegado al 2,8%. Es el tercer mes seguido de suba. Y seguirá subiendo acompañando la devaluación del peso (el último mes 30%) y la suba de los precios mayoristas.
Los precios mayoristas crecen por encima de los precios al público: 3,7% en septiembre; 3,1% en agosto; 2,8% en julio, su tendencia también es creciente. Si no se trasladó completamente a los precios al consumidor es debido a la permanente caída del consumo. Las tarifas están dolarizadas, por lo tanto, representarán cada mes una porción más elevada del gasto de las familias.
Lo esencial del problema es definir cuál es el costo de la canasta familiar y cómo se modifica cada mes para poder reclamar cuál debe ser el salario y la jubilación mínima que exigimos a la burguesía, a sus empresas y su Estado. Que sólo podremos imponer por la fuerza de la acción directa de masas.
(Nota de MASAS n°491)
