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¡Ya salió! La tragedia de la revolución china, de Harold Isaacs

Con esta publicación saldamos una deuda histórica del trotskismo. El libro de Harold Isaacs, que Trotsky consideraba una ayuda insustituible para que la vanguardia del proletariado chino asimile a fondo las lecciones de la Revolución China, no conocía, hasta hoy, una edición en español.

Para Trotsky los problemas de la Revolución China ocupaban el primer lugar, junto a la lucha contra la burocracia contrarrevolucionaria en la URSS. La política interna del stalinismo de destrucción del Partido Bolchevique, de persecución a la Oposición de Izquierda liderada por Trotsky, el abandono del programa revolucionario y su sustitución por la pseudoteoría del “socialismo en un solo país” y la “coexistencia pacífica” con el imperialismo, tenían como correlato en su política exterior la subordinación de los Partidos Comunistas del resto del mundo a sus burguesías por medios de los frentes populares, es decir, la revolución por etapas. China fue la expresión más trágica de esta política.

Prácticamente todo el material de Trotsky disponible en español sobre la revolución china lo hemos publicado recientemente. En una de sus notas de 1930, plantea que “el estudio de la Revolución China es una tarea de gran importancia y apremio para todo comunista y para todo obrero de vanguardia. En ningún país se puede hablar seriamente de la lucha del proletariado por el poder si la vanguardia proletaria no estudia los acontecimientos fundamentales, las fuerzas motrices y los métodos estratégicos de la Revolución China. Es imposible comprender qué es el día sin saber qué es la noche; es imposible comprender qué es el verano sin haber conocido el invierno. Asimismo, es imposible comprender el significado de los métodos de la Revolución de Octubre sin estudiar los métodos de la catástrofe china. Mientras tanto, la historia de la Revolución China es un tema prohibido en la Comintern. No existe un solo libro que sintetice las experiencias aleccionadoras de las batallas y derrotas de 1925-1927. Ese libro no fue escrito ni lo será, por la misma razón que el Sínodo de Roma no escribirá una historia científica de la Santa Inquisición; no se puede exigir ni esperar que una institución escriba la historia de sus propios crímenes. Sólo la Oposición de Izquierda puede escribir la historia de la segunda Revolución China (1925-1927). Está claro que esta tarea corresponde, en primer lugar, a nuestros camaradas chinos. Creemos que esta cuestión debe incluirse en el temario de la conferencia internacional de la Oposición de Izquierda (bolcheviques leninistas)”.

En 1938 Harold Isaacs respondió al llamado de Trotsky con la publicación de “La tragedia de la Revolución China”, un exhaustivo estudio de los acontecimientos de 1925-1927, de la línea adoptada por el Partido Comunista Chino y de la orientación que dio la III Internacional bajo la dirección de Stalin, que solo puede ser caracterizada de traición al proletariado y a la revolución. Isaacs dio cuenta de cuán precisas y concretas eran las críticas que Trotsky y la Oposición de Izquierda venían haciendo para revertir el curso de sometimiento del Partido Comunista chino al partido nacionalista burgués del Kuomintang.

No hay dudas de que Trotsky reivindicaba plenamente este trabajo de Isaacs, al cual redactó el prólogo. Allí concluye que “para resolver las tareas que se le impongan, la vanguardia del proletariado chino debe asimilar a fondo las lecciones de la Revolución China. El libro de Isaacs puede servirle en este sentido como una ayuda insustituible”.

El hecho de que Isaacs rompa con el trotskismo unos años después y publique en 1951 una edición revisada de este libro y ya sin el prólogo de Trotsky no anula el valor que el mismo tiene para los revolucionarios. Tan solo indica la fragilidad de los intelectuales (por más brillantes que sean) cuando no logran convertirse en militantes partidarios, así como la trágica revisión del trotskismo por sus continuadores luego de la muerte de Trotsky. Tan trágica fue esta revisión que la IV Internacional repitió la misma orientación que Trotsky criticó para China. En Argentina Nahuel Moreno y su partido se integraron al peronismo, con un periódico que indicaba “bajo la disciplina del General Perón y del Comando Superior Justicialista”. En Bolivia criticaron que el POR no se integrase al gobierno nacionalista del MNR. Contra esta revisión del trotskismo emergieron Guillermo Lora y el POR Boliviano.

La tragedia de la Revolución China es un material de estudio indispensable para todo revolucionario. Permite asimilar con cabalidad la naturaleza contrarrevolucionaria del stalinismo y la justeza y precisión de las tesis de la revolución permanente. Como afirma Isaacs, Trotsky, a miles de kilómetros de distancia y bajo las peores condiciones de persecución “estaba más cerca” de la lucha de clases en China que los agentes de la III Internacional enviados por Stalin.

No hay cómo comprender la victoriosa tercera revolución china de 1949 así como la naturaleza actual del Estado Obrero en China, sin estudiar la derrota de la segunda revolución en 1925-1927. El libro de Isaacs sigue constituyendo un material indispensable para la vanguardia del proletariado.

(nota de MASAS n°492)