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El debate de la reforma laboral debe darse en las asambleas, plenarios y reuniones de trabajadores

Este es el debate imprescindible. Pero la CGT se jun­ta a “debatir en una reunión de trabajo” con Massa del Frente Renovador, uno de los responsables de que hoy gobierne Milei.

¿Qué intereses defiende el peronismo? ¿Qué debate puede dar en el Congreso? No es el Congreso donde se pueden defender los derechos de los trabajadores.

Massa se reunió con Jorge Sola (sindicato del Segu­ro), Cristian Jerónimo (sindicato del Vidrio) y Oc­tavio Argüello (Camioneros), “nueva dirección” de la CGT. Les pidió a los secretarios generales debatir una reforma laboral “moderna” al sostener que “la mi­tad de la población económicamente activa hoy trabaja fuera de la Ley de Contrato de Trabajo, por lo que es imprescindible discutir una actualización del régimen laboral”.

El mismo verso, el mismo discurso del FMI, el gobier­no y las grandes corporaciones. Massa dice que el deba­te no debe partir de un rechazo automático a cualquier iniciativa. SI, cualquier iniciativa que provenga de ellos debe ser rechazada, porque es contra los trabaja­dores, es contra la Nación. No hay ningún interés en re­solver los problemas de los trabajadores, ellos defienden exclusivamente el interés de los grandes capitalistas, de los banqueros, los que escribieron el proyecto de Ley. No hay ningún punto de coincidencia, ni pude haberlo. Se cansan de repetirlo, Massa actúa a cuenta de todos ellos.

Massa reveló que, de haber sido electo presidente, su gobierno hubiera impulsado una reforma laboral con­sensuada. Sin duda. Su candidato a ministro de Econo­mía dijo que habría tomado muchas de las medidas de Milei.

Massa se mostró a favor de preparar al movimiento obrero para el nuevo mundo del trabajo y destacó que la inteligencia artificial, la robótica y la automatiza­ción conforman una nueva revolución tecnológica que “transformará profundamente el empleo en los próxi­mos cinco años”. También subrayó la necesidad de que el sindicalismo y la política se anticipen y representen ese cambio, protegiendo derechos pero también adap­tando la institucionalidad laboral.

Los trabajadores somos partidarios de incorporar todas las innovaciones tecnológicas para trabajar menos ho­ras, para que el trabajo sea remunerado por lo que vale, no para esclavizar a los trabajadores, no para despedir­los. Se debe empezar por formalizar como trabajadores a todos los que trabajan para las aplicaciones, y que sean parte de un convenio colectivo. Se debe terminar con toda forma de contratación o monotributo que encubre una relación laboral.

Cómo puede hablar de crear puestos de trabajo y no decir una palabra del plan de obras públicas o de frenar las importaciones y defender la producción nacional. Cómo se puede hablar de reforma laboral sin decir que el salario mínimo debe ser lo que cuesta la canasta fami­liar. Si el salario alcanzara para vivir cientos de miles de trabajadores dejarían de tener 2 o 3 trabajos y se libera­rían puestos para los que no tienen ninguno.

Las empresas deben contribuir a la jubilación de los trabajadores y al sostenimiento de las obras sociales, la reducción o eliminación de estas cargas no generó un solo puesto de trabajo. Cuando hablan de “discutir el costo tributario del salario” están queriendo decir que los trabajadores se paguen la obra social, que se paguen la jubilación.

La clase obrera debe formular con claridad su progra­ma, el único que puede resolver la industrialización, la creación de puestos de trabajo y la conquista de un sa­lario y una jubilación que alcancen para vivir como per­sonas. Los legisladores defienden el régimen capitalista, de la gran propiedad privada de los medios de produc­ción, van a conceder a todas las presiones que meten las grandes empresas y el FMI, no tienen una política independiente, ni la pueden tener.

(Nota de MASAS n°494)