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Saludamos al EEK de Grecia en el 40° aniversario de su fundación y en vísperas de su XIX Congreso

El escenario internacional está signado por un brutal recru­decimiento de las tendencias bélicas a lo largo y ancho del planeta. La última gran crisis del capitalismo inaugurada en 2008/2009 no solo no ha logrado cerrarse sino que profun­dizó la guerra comercial entre las principales potencias. El incuestionable papel hegemónico de Estados Unidos se ha visto amenazado por el extraordinario crecimiento y desa­rrollo de las fuerzas productivas en China, disputándole nada menos que el papel de principal economía del planeta.

La imposibilidad de resolución de esta crisis comercial se traduce en el escenario bélico al que asistimos en la actuali­dad. Observamos el reflejo de esta crisis -incapaz de resol­verse por vías diplomáticas o administrativas- en los ataques fundamentalmente al ex territorio soviético y a la propia China. En el primer caso, Ucrania utilizada por la OTAN como carne de cañón para materializar su estrategia de so­meter y balcanizar a Rusia, haciéndose de sus imprescindi­bles recursos minerales (las llamadas tierras raras) y rique­zas naturales, entre las que el petróleo y gas ocupan un papel destacado. En este contexto, el imperialismo ubica también a China como la principal amenaza de su propia existencia.

Esta insaciable búsqueda se ha llevado puesto a la propia Europa, subordinándola a los intereses de Estados Unidos, colocándola en un punto de inflexión de su historia. El cerco económico con sanciones incluidas y la imposibilidad im­puesta por el imperialismo yanqui de comerciar con Rusia, atacó las propias bases de la industria europea. El resultado de ello es la destrucción de fuerzas productivas, el encareci­miento del costo de vida, el cierre de fábricas y un reagra­vamiento en el ataque a las condiciones de vida de las ma­sas que han mostrado su predisposición para enfrentar estos ataques, como observamos en Francia, Alemania, Inglaterra, etc.

Ni duda cabe que este escenario abre un fenomenal ho­rizonte de intervención para los revolucionarios y amplias perspectivas para la politización de las masas huérfanas po­líticamente, hastiadas de las componendas de sus direccio­nes traidoras y buscando a tientas la acción directa de ma­sas como única posibilidad de interceder en esta crisis. El amplísimo repudio al genocidio sionista en Palestina se ha convertido en un punto de apoyo y un escalón fundamental para elevar la comprensión de las tareas actuales mostrando la imprescindible utilización de los métodos históricos del proletariado para derrotar la embestida burguesa.

En esta orfandad política de las masas no juega un papel menor los desastres protagonizados por los partidos comu­nistas del mundo entero y su total quiebra. Habiendo jugado un papel destacado posterior a la revolución de octubre en Rusia, la orientación stalinista se ha revelado como una de­formación burocrática incapaz de volver a los cauces inicia­les. Sin embargo, esta degeneración no ha podido ser capita­lizada por la Oposición de Izquierda en un primer momento y mucho menos por la IV Internacional posterior al asesina­to de León Trotsky. Esta imposibilidad es consecuencia de apartarse del leninismo, buscando atajos en la ardua tarea de estructurarse como Partido-Programa, es decir, organizarse como partido de tipo bolchevique.

Conocemos muy de cerca el rol nocivo que ha jugado no solo el stalinismo, sino también los supuestos continuadores del trotskismo en el mundo entero y fundamentalmente en nuestras latitudes. Nuestro Partido, el POR boliviano, que ha alcanzado su 90° aniversario comprobó en carne propia la perniciosa influencia del pseudo-trotskismo desde sus oríge­nes. Naciendo como una sección de la Oposición de Izquier­da en junio de 1935, ha debido batallar contra el pablismo capitulador en la década del 40 y 50 con su política de entris­mo en el nacionalismo burgués; ha enfrentado políticamente la desviación foquista de la década del 60 y 70; ha trabado combate contra el rumbo democratizante a partir de los 80 que ha destruido a la práctica totalidad de las organizaciones autoproclamadas trotskistas desde entonces.

Al calor de estos tenaces e inquebrantables combates pro­gramáticos del POR boliviano hemos nacido el resto de las secciones del CERCI comprobando el rumbo liquidacionista que muchas organizaciones trotskistas tomaban en nuestros respectivos países. El POR argentino nació combatiendo la revisión programática del Partido Obrero renegando en los hechos de la historia de Política Obrera, su adaptación a la democracia burguesa y su total asimilación a las tesis more­nistas sobre partido, programa y estrategia.

El CERCI, buscando superar las limitaciones de sus pre­decesores, y no sin muchas dificultades, se erigió paciente­mente a partir del debate estratégico y la lucha política por comprender la realidad y traducirla en programa. Su naci­miento coexistió con un acontecimiento fundamental como fue la caída del muro de Berlín y la disolución de la URSS. Vivenciamos que estos hechos desorientaron aún más a esos partidos interesados más en el crecimiento artificial y los resultados electorales que en la elaboración política. La au­sencia de estos pilares los ha llevado a arrastrarse detrás de falsas ensoñaciones descubriendo revoluciones por doquier y apoyando las más variadas y desastrosas experiencias.

Así las cosas, hemos podido comprobar en los primeros intercambios y acercamientos durante la realización del En­cuentro León Trotsky en noviembre de 2024 en Buenos Ai­res un punto inicial desde donde poder desenvolver futuras discusiones. Nos ha causado una grata impresión encontrar múltiples acuerdos políticos con su partido EEK que alcan­za los 40 años de existencia. Aun guardando una recíproca cautela no es menor el hecho de hallar en medio de tanta desorientación y miopía, puntos en común en el escenario actual. Éstos constituyen, indudablemente, una potente y fir­me base desde la cual resulta imprescindible profundizar el mutuo conocimiento.

Es bueno recordar que los períodos de guerra tienen la par­ticularidad de poner a prueba la política partidaria, esclare­ciendo el contenido de clase de los partidos, con una velo­cidad mayor a los períodos de relativa calma. Por eso no es casualidad que haya sido en este momento de la historia en la que nuestros partidos tienen la posibilidad de sentarse se­riamente a estudiar los materiales y abrir un debate fraternal. Esperamos entonces, que en su 19° Congreso, en el marco de su 40° aniversario, puedan continuar las irremplazables elaboraciones teóricas y discutir la posibilidad de continuar esos fructíferos primeros encuentros, en vistas de avanzar en la ardua e histórica tarea de organizar el Partido Mundial de la Revolución Socialista, es decir, en la reconstrucción de la IV Internacional.

Fraternalmente, Comité Central POR argentino

Sección del Comité de Enlace por la Reconstrucción de la IV Internacional, Noviembre, 2025