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El gobierno Trump presentó su documento estratégico de restauración del poder de EEUU y avance colonial

En estos días se ha conocido el documento de Estrategia de Seguridad Nacional de EEUU presentado por Trump.

En su carta de presentación Trump dice que se encontró con EEUU al borde de la catástrofe y el desastre. Rei­vindica que ha restaurado el control de sus fronteras y ha desplegado fuerzas militares para detener la invasión del país, ha erradicado la ideología de género y woke de las fuerzas armadas y reforzado la inversión militar. Ha con­minado a los aliados a incrementar el gasto en defensa y ha impuesto tarifas históricas para lograr que industrias críticas regresen al país. Reivindica la operación contra Irán para impedir la capacidad de enriquecimiento nu­clear. Y que declaró a los carteles de la droga y “bandas salvajes que operan en nuestra región” como Organiza­ciones Terroristas Internacionales. Dice que este docu­mento es su mapa de ruta.

El documento critica la globalización, diciendo que no tenía conexión con el interés nacional de EEUU. Que las apuestas al globalismo y al llamado “libre comercio” fueron destructivas ya que vaciaron la base industrial y de clase media sobre las que se sustentan sus actividades económicas y militares.

Que se sobreestimó la capacidad de EEUU para finan­ciar un enorme Estado de bienestar. Que permitieron a países aliados y socios descargar el costo de su defen­sa sobre el pueblo estadounidenses siendo arrastrados, a veces, a conflictos y controversias irrelevantes para los intereses propios. Que la política estadounidense quedó atada a una red de instituciones internacionales, algunas impulsadas por un “absoluto antiamericanismo”.

Esta introducción, como es habitual, es argumentada para sostener el más crudo unilateralismo, de tener que imponer, “ahora” por la fuerza, la reconstrucción del po­der, reindustrializando el país aplicando fuertes tarifas/aranceles a las importaciones, incrementando su poder militar, imponiendo condiciones a aliados y socios, des­cargando sobre ellos la carga de defender sus intereses comunes, porque lo fundamental es que EEUU vuelva a ser todo lo poderoso que necesita ser. Una y otra vez insiste el documento sobre el armamentismo y la prepa­ración para la guerra como el mejor medio para disuadir a los adversarios. Va a señalar que después de la Guerra Fría existía la idea de que la dominación permanente del mundo por EEUU era en su mejor interés y que ahora sólo interesan los temas de otros países “si sus activi­dades amenazan directamente nuestros intereses”. Dice que la presidencia de Trump corregirá el rumbo equivo­cado de los gobiernos anteriores. Al anunciar cuáles son los objetivos de esta política también está enunciando dramáticamente todas las debilidades que deben superar.

Insiste con el eje de sus políticas de control total de las fronteras, sobre el sistema de inmigración y sobre las redes de transporte para ingresar al país. Y reclama a sus aliados a aplicar la misma política. Sin atender a las causas que obligan a decenas de millones de personas a migrar hacia los países más desarrollados.

Dominio exclusivo del “Hemisferio Occidental”

“Intereses nacionales fundamentales y vitales” para EEUU: Para restablecer su poder quiere dominar com­pletamente lo que denominan “Hemisferio Occiden­tal” cuyos gobiernos cooperen con ellos contra narco­terroristas, cárteles y otras organizaciones criminales transnacionales; que el Hemisferio “permanezca libre de incursiones hostiles extranjeras” o propiedad de ac­tivos clave, y que respalde sus cadenas suministro crí­tico; y que garantice su acceso continuo a ubicaciones estratégicas clave. En otras palabras, “afirmaremos y aplicaremos un “Corolario de Trump” para la Doctrina Monroe”. Esta no es más que la guerra comercial contra China llevada adelante en nuestro territorio. Recordamos que dicha Doctrina define América para los Americanos, ¡para ellos!

“Hemisferio occidental: el corolario Trump de la doctri­na Monroe. Después de años de negligencia, EEUU rea­firmará y hará cumplir la Ley Monroe… para restau­rar la preeminencia estadounidense en el hemisferio occidental y proteger nuestra patria y nuestro acceso a geografías clave en toda la región. Nosotros negare­mos a los competidores no hemisféricos la capacidad de posicionar fuerzas u otras capacidades amenazantes, o poseer o controlar activos estratégicamente vitales en nuestro Hemisferio. Este “Corolario Trump” de la Doctrina Monroe es de sentido común y potente restau­ración del poder y las prioridades estadounidenses, en consonancia con los intereses de seguridad”. Es una ex­traordinaria síntesis de la política que ya está aplicando.

“Nuestros objetivos para el hemisferio occidental se pueden resumir en “Alistarse y expandirse”. Reclutare­mos a amigos establecidos en el Hemisferio para con­trolar la migración y detener las drogas. y fortalecer la estabilidad y la seguridad en tierra y mar”.

Sometimiento de Europa

Reclama a Europa mayor armamentismo: “En parti­cular, esperamos que nuestros aliados gasten mucho más de su Producto Interno Bruto (PIB) nacional en su propia defensa, para empezar a compensar los enormes desequi­librios acumulados durante décadas de un gasto mucho mayor por parte de EEUU”.

Reclama a Europa “Compartir y cambiar la carga: los días de EEUU apuntalando todo el orden mundial como Atlas se acabó. Contamos entre nuestros muchos alia­dos y socios, docenas de naciones ricas y sofisticadas que deben asumir la responsabilidad primordial de sus regiones y contribuir mucho más a nuestra defensa co­lectiva. … compromete a los países de la OTAN a gastar el 5 por ciento del PIB en defensa… Continuar con el enfoque del presidente Trump de pedir a los aliados que asuman responsabilidad principal de sus regiones… Esta estratégica claridad permitirá a EEUU contrarrestar las hostilidades y subversivas influencias de manera eficien­te evitando la sobreextensión y el enfoque difuso que socavó los esfuerzos pasados. EEUU estará dispuesto a ayudar – potencialmente a través de un trato más favora­ble en asuntos comerciales, intercambio de tecnología y adquisiciones de defensa- a aquellos países que volunta­riamente asuman más responsabilidad por la seguridad en sus vecinos y alinear sus controles de exportación con los nuestros”. “A largo plazo, … como máximo en unas décadas, los miembros de la OTAN podrían ser de una mayoría no europea. Por lo tanto, es incierto si Europa percibirá su lugar en el mundo, o su alianza con EEUU, de la misma manera que quienes firmaron la Carta funda­cional de la OTAN”. Europa entiende estas definiciones como un anticipo de la salida de EEUU de la OTAN o de su ruptura.

Dice EEUU que busca reequilibrar las relaciones co­merciales globales actuando como bloque frente a China. “… el déficit de cuenta corriente de EEUU es insostenible. Debemos alentar a Europa, Japón, Corea, Australia, Canadá, México… la adopción de políticas comerciales que ayuden a reequilibrar la economía de China hacia el consumo de sus hogares, porque el Su­deste Asiático, América Latina y el Oriente Medio no pueden absorber por sí solos el enorme exceso de capa­cidad de China”.

El documento define que quiere promover la grandeza europea. Anuncia que los problemas de Europa son más profundos que su bajo gasto militar y su estancamiento económico, ya que las regulaciones nacionales y trans­nacionales socavan su creatividad y la laboriosidad. El declive económico se ve eclipsado “por la perspectiva real y más cruda de desaparición de su civilización”.

Denuncia que las actividades de la Unión Europea y otros organismos transnacionales socavan la libertad política y soberanía con políticas migratorias que están transformando el Continente y creando conflictos, que hay censura de la libertad de expresión y represión de la oposición política (contra los partidos de ultraderecha), que se derrumba la tasa de nacimiento, se pierde la iden­tidad nacional y la confianza en sí mismos.

Dice que “si las tendencias actuales continúan, el con­tinente será irreconocible dentro de 20 años o menos”. Duda si ciertos países europeos tendrán economías y ejércitos lo suficientemente fuertes como para se­guir siendo aliados confiables… “Queremos que Euro­pa siga siendo europea, que recupere su confianza en sí misma como civilización y abandone su enfoque fallido en la asfixia regulatoria”.

En nombre de que recupere su identidad, apoya a los movimientos “patrióticos” de derecha contra sus go­biernos. EEUU quiere aparecer como el “salvador” de Europa. “Nos opondremos a los gobiernos impulsados por las élites, contra las restricciones antidemocráticas a las libertades fundamentales en Europa, la anglosfera y el resto del mundo democrático, especialmente entre nuestros aliados”.

Insiste que es “un interés fundamental de los EEUU ne­gociar un cese rápido de hostilidades en Ucrania, con el fin de estabilizar las economías europeas, prevenir la escalada o expansión involuntaria de la guerra y resta­blecer la estabilidad estratégica con Rusia, permitir la reconstrucción de Ucrania después de las hostilidades y permitir su supervivencia como Estado viable.

La guerra “ha tenido el efecto perverso de aumentar la presión de Europa, especialmente la dependencia exter­na de Alemania” …. “las empresas químicas alemanas construyen algunas de las plantas de procesamiento más grandes del mundo en China, utilizando gas ruso que no pueden obtener en casa”. Critica a los funcionarios euro­peos que no tienen expectativas de paz en Ucrania “enca­ramados en gobiernos minoritarios inestables, muchos de los cuales pisotean los principios básicos de democra­cia, para reprimir la oposición”. “Una gran mayoría eu­ropea quiere la paz, pero ese deseo no se traduce en po­líticas, en gran medida debido a la actitud de subversión de los procesos democráticos de esos gobiernos. Esto es estratégicamente importante para EEUU precisamente porque los Estados europeos no pueden reformarse a sí mismos si están atrapados en una crisis política”. Establece como un objetivo restablecer las condiciones de estabilidad en Europa y la estabilidad estratégica con Rusia.

Con todas estas críticas afirma: “No sólo no podemos darse el lujo de descartar a Europa; hacerlo sería contra­producente para lo que esta estrategia pretende lograr”. “La diplomacia estadounidense debe seguir defendiendo la democracia genuina, la libertad de expresión y cele­brando sin complejos el carácter y la historia indivi­duales de las naciones europeas. EEUU alienta a sus aliados políticos en Europa a promover este resur­gimiento del espíritu, la creciente influencia de los partidos patrióticos europeos ciertamente da motivos para un gran optimismo”.

“Nuestro objetivo debería ser ayudar a Europa a co­rregir su trayectoria actual. Necesitaremos una Europa fuerte que nos ayude a competir con éxito y a trabajar de conjunto con nosotros para impedir que cualquier adver­sario domine Europa”… “Queremos trabajar con países alineados que quieran restaurar su antigua grandeza”. El documento llama “a cultivar la resistencia a la trayecto­ria actual de Europa” proclamando su intervencionismo político abierto.

El documento muestra la decadencia y crisis del im­perio norteamericano, su debilidad y desesperación por restaurar su poder hegemónico sometiendo por la fuerza lo que denomina Hemisferio Occidental, incluso a las potencias aliadas, apropiándose de todos los recursos y presionando para detener el avance Chino.

En el próximo número continuaremos con el análisis del documento.

(Nota de MASAS n°494)