¿Qué dirección necesitamos para la CGT?
Aunque parezca elemental, es necesario repetirlo: necesitamos una dirección que represente exclusivamente a los trabajadores, sus intereses inmediatos y también sus intereses históricos. Que garantice la democracia sindical en todos los ámbitos y la organización desde las bases con asambleas, delegados y comisiones internas elegidas por los trabajadores. Que incluya a todos los trabajadores, aunque no estén registrados, aunque no estén afiliados, sean contratados o precarizados, a todos.
Es una clase de dirección contraria a las que conocemos que actúan como dueñas de los sindicatos, proscribiendo y persiguiendo opositores, actuando por cuenta de las patronales, por cuenta de los gobiernos, buscando prebendas del Estado, cargos en el Congreso, apoyo económico y negocios. Estos dirigentes han usurpado nuestros sindicatos que son una creación histórica de defensa frente a los capitalistas y de lucha por nuestros derechos y reivindicaciones. Los burócratas representan el interés de los capitalistas en nuestras filas, por eso debemos expulsarlos.
La selección de la nueva dirección de la CGT se hace de espaldas a los trabajadores, entre un puñado de burócratas que asumen la representación del conjunto. Una dirección a la altura de las necesidades de los trabajadores solo puede ser impuesta por un Congreso de Bases que exprese las asambleas que debatan cómo organizar el plan de lucha y el pliego de reivindicaciones.
Cómo imponemos el salario y la jubilación mínima igual al costo de la canasta familiar, terminamos con toda forma de precarización laboral, impedimos los despidos, reabrimos las fábricas, imponemos un vasto plan de obras públicas y también cómo defendemos nuestro país del saqueo, cómo expulsamos al FMI y las multinacionales y recuperamos todos nuestros recursos. Sólo la clase obrera puede defender la soberanía nacional acaudillando a la mayoría oprimida. La burguesía es una clase antinacional que nos está llevando a la ruina.
Estamos frente a un Gobierno y un régimen de los grandes capitalistas y el imperialismo en guerra contra nuestros intereses, contra nuestros derechos. No hay ningún punto de conciliación o negociación. O ellos o nosotros. No hay ningún punto intermedio. Es esto lo que define qué política debemos adoptar.
(nota de MASAS n°492)
