Bolivia: El país a la deriva
El gobierno de transición se hunde en su incapacidad para resolver ningún problema.
La pandemia en ascenso se desarrolla descontroladamente, los contagios crecen exponencialmente, los centros de salud han colapsado, no hay respiradores (después del escándalo del negociado con los primeros 170 respiradores, nada más se sabe sobre el tema y el yerno de la presidenta, el embajador científico, Mohamed Mostajo, ha desaparecido de los medios de comunicación y huido a Nueva York a seguir con sus funciones “ad honorem”). No hay medicamentos, faltan médicos y personal de salud, los infectados mueren en sus domicilios y en las calles, los cementerios ya no tienen capacidad para enterrar a los muertos ni los hornos de cremación para incinerarlos, se improvisan cementerios clandestinos en terrenos baldíos, etc.
Todo esto en medio de una orgiástica masacre blanca patronal con plena libertad para despedir trabajadores, hacerlos trabajar sin condiciones de bioseguridad, rebajar los salarios o deberles salarios por meses.
En medio de esta dramática situación, las autoridades nacionales, departamentales y locales, han mostrado total incapacidad muy lejos de atender las necesidades más elementales de la crisis sanitaria. Junto a las pandillas de politiqueros ansiosos de llegar al Poder, se encuentran enfrascadas en una guerra sucia electorera y en una campaña electoral cínica buscando lograr votos de los moribundos.
Todo indica que la burguesía se orienta a electoralizar la situación con la ilusión de contener el creciente malestar social que puede estallar en cualquier momento y que seguro lo hará cuanto la pandemia se vaya atenuando. Buscan hacer consentir a los explotados que soportan la brutalidad de la crisis, que la ausencia de gobierno se resolverá por la vía de elegir a uno legítimo por la vía de las urnas.
Así se explicaría que la presidente Jeanine Añez haya tenido que firmar la convocatoria a elecciones a pesar de no estar de acuerdo, o entender el planteamiento del Ministro de Gobierno, Arturo Murillo, en sentido de buscar un acuerdo con Mesa ante el peligro de que el M.A.S salga beneficiado por la atomización de la vieja derecha.
Pero este desgobierno es la expresión de la incapacidad de la burguesía para resolver los grandes y pequeños problemas del país. Cualquiera que venga será igualmente incapaz, corrupto, explotador, hambreador y vende-patria.
Es este orden social capitalista atrasado el que no merece existir, al que hay que sepultarlo de una vez por todas.
(Masas Extra – 06/07/2020 POR – Bolivia)