Actividad – Homenaje a la mujer revolucionaria

En los días 6 y 13 de marzo se realizaron tres actividades en «Homenaje a la mujer revolucionaria», organizadas por la sección boliviana y argentina del Comité de Enlace para la Reconstrucción de la Cuarta Internacional (CERCI). El 20 de marzo, el evento se cerró con un balance del movimiento de mujeres en la actualidad y sobre la oposición entre feminismo y marxismo.

Las exposiciones se destacaron por la rigurosa preparación, la cuidada exposición y la clara delimitación política de las secciones de CERCI, frente a los festejos despolitizados, democratizantes y culturalistas promovidos por la mayoría de la vanguardia de los movimientos feministas. La consigna «Por un 8 de marzo revolucionario y socialista» sintetiza la lucha por la superar la crisis de dirección revolucionaria, e integrar las masas de mujeres explotadas y oprimidas en la lucha por el socialismo

A continuación, presentamos un resumen de los principales aspectos planteados en las actividades.

 

Primera reunión – 6 de marzo

Flora Tristán. Una camarada expuso sintéticamente su breve biografía, destacando que tuvo el mérito de ser una de las primeras activistas que denunció la inexistencia de derechos civiles para las mujeres, y se aproximó a los partidos y fundamentos socialistas. Fue en busca de explicaciones que evidenciaran las causas de la situación de las mujeres en la sociedad burguesa, y asumió la tesis de que la división de clases está en la base de la brutal discriminación de las mujeres, dando un paso en el sentido de evidenciar la opresión en el seno de la familia, de la vida social y de las relaciones políticas. De forma que su completa liberación se daría en la lucha de las mujeres oprimidas contra la sociedad burguesa.

Lo esencial es que Flora Tristán fue una de las primeras mujeres en colocar la confluencia de las luchas de las mujeres oprimidas con las luchas de la clase obrera. A este objetivo dedicó su vida personal. De ahí, concluyó la expositora, la importancia de retomar críticamente su trabajo. Más aún cuando los movimientos de mujeres actuales tienden a separar la lucha de las masas femeninas de la lucha de clases.

Rosa Luxemburgo. Rosa se vinculó muy pronto en la lucha obrera (a los 15 años). Su gran capacidad teórica y organizativa le daría un lugar destacado en la socialdemocracia alemana.

Con una intransigente posición de principios, luchó contra el revisionismo del marxismo, dirigido por Bernstein, y más tarde por Kautsky. Así, luchó contra la traición de la socialdemocracia alemana, que acabó en las trincheras de la burguesía alemana, en defensa de la guerra imperialista. La formación de la Liga Espartaco sería un eslabón más en este camino, que vendría a converger con la vanguardia internacionalista, en la formación del Partido Mundial de la Revolución Socialista – la Tercera Internacional.

Rosa mostró cómo las mujeres revolucionarias pueden y deben cumplir un papel de primera importancia en la lucha del proletariado. Se destacó especialmente por elevarse a la comprensión de las leyes de la revolución proletaria, en la época de disgregación capitalista. Se convirtió en un ejemplo de revolucionaria profesional y en una guía para las mujeres socialistas.

Clara Zetkin. En 1896 escribió «Informe sobre la cuestión femenina«. En ella, desarrolló la base programática de la lucha del marxismo contra el feminismo burgués: la solución al problema de la opresión de la mujer se dará a través de la lucha de clases, bajo la dirección del proletariado y la estrategia del socialismo.

Aunque, como marxista, no rechazaba la lucha por las reformas, Zetkin señalaba que sólo las mujeres proletarias podrán tomar en sus manos el fin de la esclavitud de la mujer en el capitalismo, haciendo suyas las reformas que, en su desarrollo, llevarán a la resolución de las contradicciones sociales mediante la revolución proletaria. Es lo que se observó, dijo la expositora, en los debates realizados con Lenin, al elaborar las tesis para la propaganda comunista entre las mujeres, aprobadas en el III Congreso de la Internacional Comunista

Zetkin tuvo el mérito, por tanto, de ser una pieza clave en la elaboración del programa, los métodos y la táctica, que guiarán la lucha de las mujeres oprimidas por su emancipación real y completa.

 

Segunda reunión – 13 de marzo

Alexandra Kollontai. Para Kollontai, las mujeres proletarias se diferencian de las demás mujeres de otras clases, por luchar junto a los hombres de su clase por el fin del capitalismo. Es decir, para la conquista real de los derechos políticos plenos, para acabar con las desigualdades entre hombres y mujeres, en la construcción de partidos, sindicatos y sociedad socialista. A su vez, su labor como dirigente del Estado Obrero fue decisiva para sentar las bases materiales de la integración de las mujeres en la producción social, y para la transformación de las tareas domésticas en tareas realizadas colectivamente, bajo la dirección del Estado.

Kollontai, concluyó la ponente, demostró con su pensamiento y acción que la emancipación de la mujer de la esclavitud del hogar sólo será posible con la revolución proletaria. Y que en la actual situación mundial, la defensa de los derechos políticos, separada de la lucha de clases, sirve a las mujeres burguesas y pequeñoburguesas para defender objetivamente la democracia burguesa en descomposición.

 

Las mujeres latinoamericanas en las luchas populares. Se destacó especialmente la reivindicación de las masas femeninas en los movimientos, situando la necesidad de avanzar en los derechos políticos de las mujeres, en las relaciones sociales y políticas, tanto dentro de las agrupaciones y corrientes, como en el Estado. Pero al carecer de un programa revolucionario, acabaron reproduciendo las desigualdades y la discriminación de la sociedad de clases.

Este fue el ejemplo de lo que ocurrió en Nicaragua tras la toma del poder por el FSLN, o con sus particularidades, lo que ocurrió en El Salvador. Las mujeres quedaron al margen de los beneficios conseguidos, como el acceso a la tierra, controlado en gran medida por los hombres.

La principal experiencia destacada fue la de las mujeres bolivianas, que formaron los Comités de Amas de Casa, como instrumento auxiliar de la lucha proletaria de los trabajadores mineros. Lucharon durante años por la amnistía política de los obreros y militantes del POR perseguidos, por la libertad de los presos políticos y la reincorporación de todos los despedidos por participar en las huelgas.

La expositora concluyó señalando que la esencia del resumen presentado era que las mujeres no eran ajenas a la lucha de clases, y que en el marco de los procesos, asumían la defensa de reivindicaciones particulares como parte de las luchas obreras y populares.

 

Madres de Plaza de Mayo. La experiencia fundamental del movimiento de las Madres de Plaza de Mayo fue que, en la parálisis impuesta por la represión, se convirtieron en la vanguardia de la lucha contra la dictadura. Esto porque fue necesario recuperar la defensa de las movilizaciones en las calles, del trabajo de agitación semi-clandestina y de las luchas y huelgas obreras, en el momento más violento de la represión política y física, desatada contra la vanguardia.

Con la reanudación de la democracia formal, los partidos del orden burgués iniciaron un proceso de cooptación de sus dirigentes. Algunos sectores del movimiento no se sometieron, pero otros empezaron a servir de instrumentos de los gobiernos nacional-reformistas, para desviar la lucha por el juicio y castigo de todos los responsables del genocidio.

Lo importante, por tanto, está en recuperar su legado de acciones en la calle, incluso en las peores condiciones. Así como su programa: el no pago de la deuda externa, la defensa de los explotados y del «proyecto político» de sus hijos e hijas: el fin de la explotación y la opresión.

 

Tercera reunión – 20 de marzo

Estados Unidos. La expositora buscó demostrar que, tras una década de luchas y después de ser aprobado por la Corte Suprema el aborto, así como el reconocimiento legal de varios derechos (igualdad salarial entre hombres y mujeres, licencia de maternidad remunerado, igualdad en el acceso al trabajo, etc.), estas conquistas han sido desmontadas por los distintos gobiernos.

Lo esencial, dijo, es que las profundas desigualdades y discriminaciones económicas, civiles y políticas entre mujeres y hombres nunca fueron alteradas. Así es como el fracaso del movimiento feminista de los años 60 y 70 se manifestó en la política electoralista de apoyo a los demócratas. En respuesta a los crecientes ataques de la derecha y a la adaptación del feminismo pequeño burgués al Partido Demócrata, surgió la Coalición Nacional por los Derechos de la Mujer. Un frente único de acción con una dirección electa por miembros partidistas y no partidistas.

Bajo la presidencia de Trump, la Coalición retomaría la lucha. Sin embargo, se subordinó a la política electoralista de los demócratas. De modo que, cuando las manifestaciones de opresión de las mujeres se agravaron, estaba colocada la lucha independiente, por un «programa positivo» y la construcción de una organización, basada en el Programa de la Transición, destinada a organizar a millones de mujeres jóvenes, que se radicalizaron en la lucha y movilizaciones del período inmediato anterior. En este sentido, destacó que el POR está en excelentes condiciones para ofrecer esta dirección y un Programa de Transición, basado en los principios antiimperialistas y los métodos de acción directa.

 

Argentina. La exposición mostró que la crisis económica, combinada con la crisis sanitaria, ha empeorado la situación de las mujeres. El desempleo entre las mujeres supera el 60%. El índice es aún más elevado entre las mujeres jóvenes, que componen el 20% del total de los desempleados. Se mantienen las diferencias salariales y laborales entre hombres y mujeres. Esto se manifiesta de forma más brutal en el trabajo doméstico, donde el 70% de los asalariados son mujeres. Además, la cuarentena ha obligado y obliga a millones de mujeres a convivir con violencia sexual, física y emocional.

Estos son los síntomas de las manifestaciones de la crisis capitalista y de la opresión de clase, agravando la doble opresión de las mujeres. Lo importante, señaló, es que a pesar de estas difíciles condiciones, los movimientos de masas se han mantenido activos por las reivindicaciones inmediatas: vivienda, salarios y condiciones de trabajo. En este marco se situó la permanencia de los movimientos masivos de mujeres, en su inmensa mayoría de explotadas y oprimidas.

Esta relación de fuerzas favoreció el movimiento para imponer al Congreso el Proyecto de Ley de Aborto Gratuito. Pero, el gobierno pronto hizo valer sus maniobras parlamentarias, para limitar el proyecto y restringir derechos. Lo que expresaba los propios límites de las direcciones pequeñoburguesas, que acabaron sometiendo la lucha de las mujeres oprimidas a las maniobras institucionales. Esto demostró, según la expositora, la importancia de la conquista de la dirección del movimiento por la política proletaria. De modo que, para impulsar la lucha de millones de mujeres por sus derechos, está colocada la unificación de la lucha democrática con la lucha de los sindicatos por las reivindicaciones del conjunto de los explotadores. En estas condiciones, es que el POR luchó por la conquista de la vanguardia de las mujeres para la política revolucionaria.

 

Inglaterra. La expositora demostró que, tras décadas de lucha, las mujeres del país habían conquistado legalmente gran parte de los derechos civiles, políticos y sociales más elementales. Sin embargo, también se comprobó que la situación social y política de las mujeres no se modificaría sensiblemente. Continúa la discriminación salarial, laboral y civil. Como ejemplo, señaló que las mujeres embarazadas tienden a ser el blanco preferido de los despidos en tiempos de crisis económica, ya que los empleadores se niegan a pagar la licencia maternal.

Otra manifestación de este empeoramiento de las condiciones de las mujeres fue el agravamiento de las diversas manifestaciones de la violencia contra las mujeres: dos millones de mujeres son violadas (violaciones, violencia física y psicológica, etc.) cada año, mientras que el 80% de las mujeres del país dijeron que eran acosadas a diario. La expositora destacó, en este sentido, el caso del asesinato de Sarah Everett por un agente de policía en febrero de 2021. Lo que mostraba que la violencia contra las mujeres es un fenómeno estructural del aparato del Estado.

A su vez, las manifestaciones de rechazo al asesinato demostrarían lo mucho que se ha avanzado en el fortalecimiento del estado policial. Las protestas fueron brutalmente reprimidas por el gobierno, a pesar de ser pacíficas. De hecho, recientemente se ha aprobado una nueva ley de seguridad que amplía la represión policial y el control de las protestas. A pesar de ello, dijo la expositora, las mujeres de Inglaterra siguen luchando, y exigen que se desarrolle un programa que las defienda. Este colocado, así, desarrollar un programa estratégico para la completa emancipación de las mujeres.

 

Bolivia. Las expositoras mostraron cómo las luchas y la situación concreta de las mujeres deben evaluarse siempre en el marco de la posición de clase de los gobiernos y definirse por la estructura económica de una sociedad dividida en clases sociales antagónicas. Estas condiciones determinaron el carácter y el contenido de los diferentes movimientos de mujeres. También plantearon la cuestión de qué programa debería adoptarse para responder al empeoramiento de la situación de las mujeres en el contexto del avance de la crisis capitalista.

Esta caracterización, sin embargo, requería hacer una clara delimitación del marxismo ante los diversos movimientos de mujeres, ya sean burgueses o pequeñoburgueses. Afirmaron que no hay movimiento de mujeres sin que estén presentes los programas de una de las dos clases sociales enfrentadas.

En este sentido, las expositoras señalaron que había tres grandes corrientes feministas: a) el feminismo liberal burgués, que busca la solución de sus derechos en el marco del capitalismo; b) el feminismo de contenido anarquista, que combate indistintamente el feminismo liberal y el clasismo marxista por considerar que reproducen el machismo y no priorizan la lucha de las mujeres contra los hombres; c) el «feminismo postmodernista», que asume el fin de la lucha de clases y, por tanto, reivindica la lucha de las mujeres al margen del movimiento obrero y la lucha de clases.

A estos movimientos se oponen las mujeres marxistas, que se organizan junto a los hombres de su clase para luchar por reivindicaciones comunes, como explotados, y por la revolución proletaria. Que toma las reivindicaciones particulares, que surgen de la permanencia de las desigualdades, la violencia y la discriminación contra las mujeres, como parte indisoluble de la lucha por el socialismo. Sólo así se extinguirá la discriminación y las manifestaciones de opresión de clase sobre las mujeres.

 

Conclusiones

Tal y como señalaron las expositoras, lo fundamental de la conmemoración del «Día Internacional de la Mujer Trabajadora» es que resalte su origen obrero, y sirva a la vanguardia revolucionaria en la lucha por la conquista de la dirección política de las masas femeninas oprimidas.

Esta tarea es aún más importante en el contexto de la descomposición del capitalismo, y en vista del daño que la pandemia ha hecho a los pobres, hambrientos y miserables. Se ha demostrado que son las mujeres proletarias, campesinas, pequeñoburguesas arruinadas y la juventud oprimida, las más afectadas por la ofensiva de la burguesía sobre los puestos de trabajo, los derechos y los salarios. Cargan así con el agravamiento de la discriminación, la violencia y los asesinatos en el confinamiento familiar.

Está claro, se afirmó, que la burguesía no ha dado ninguna solución a la desgracia que asola a los explotados, especialmente a las mujeres oprimidas. Por lo tanto, no hay manera de acabar con estas heridas brutales del capitalismo en descomposición, sin desarrollar los métodos de acción directa y levantar nuestro propio programa proletario frente a la crisis económica y sanitaria.

Es en este sentido que debemos luchar por retomar las banderas proletarias, buscando que el sector más avanzado del movimiento de mujeres oprimidas rompa con el feminismo pequeñoburgués y se acerque al programa de la revolución y dictadura proletaria.

Se concluye afirmando que la verdadera liberación de la mujer de la doble opresión será obra de la revolución proletaria, que abrirá el camino a la sociedad comunista, sin explotadores ni explotados.

 

(NOTA DE MASSAS Nº 633 – POR Brasil)

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