La experiencia demostró que los trabajadores de Expreso Argentino tenían razón

Durante los inicios de la pandemia los camioneros de Expreso Argentino llevaron adelante una lucha testigo en defensa de los puestos de trabajo. Durante dos meses realizaron diferentes acciones para que la patronal les restituyera sus puestos de trabajo en un contexto de gran adversidad, donde primó la consigna “sin salarios no hay cuarentena”. Las familias Masip y Costa, dueños de la empresa, dejaron en la calle a 11 familias.

Durante el conflicto los trabajadores demostraron que la empresa no se encontraba en quiebra como querían hacer creer sus dueños, por el contrario, facturaban sumas millonarias. Ante los reclamos, el Ministerio de Trabajo tuvo una política de connivencia con la patronal, en ningún momento impuso la restitución de los puestos de trabajo.

Por su parte la burocracia del Sindicato Camioneros se mantuvo al margen del conflicto garantizando paz social a la patronal y el gobierno del MPN que pretendían que el conflicto caiga rápidamente porque sabían que estaba la posibilidad de que éste se generalizara. Si ello no sucedió fue por el rol conciliador de la burocracia sindical.

Luego de meses de lucha los trabajadores definieron seguir el camino legal, exigiendo el pago de sus indemnizaciones. La patronal volvió a poner en funcionamiento la planta de transporte y hace pocos días medios regionales dieron a conocer que los Masip están siendo procesados por la justicia federal por estafa al fisco en una suma que asciende a los 80 millones de pesos. Esto ya había sido denunciado por los trabajadores. Hoy la investigación de la AFIP, no hace más que confirmar lo que habían denunciado los trabajadores.

Toda esta experiencia demuestra que las patronales y las instituciones del Estado defienden sus intereses de clase. Cuando los trabajadores salen a reclamar por sus puestos de trabajo, por sus salarios, lo que hacen es disputar una parte de las ganancias de la burguesía. Es así que ésta como clase, valiéndose de las instituciones del Estado, niega los derechos de los trabajadores para defender los suyos. Ese es el rol que cumplió el Ministerio de Trabajo y la Justicia, que al día de hoy no falla a favor de los trabajadores, para que estos puedan cobrar sus indemnizaciones. El clan Masip no cayó por eso, no se le embargaron sus propiedades para pagar a los trabajadores, cae por una bochornosa estafa al fisco, sólo ante esto la justicia burguesa decidió tocar sus bienes.

La experiencia demuestra que los trabajadores debemos confiar en nuestras propias fuerzas, en la organización y métodos de acción directa, como vía para la resolución de nuestras demandas.

(nota de MASAS nº439)

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