Bolivia: La incapacidad estructural del atraso del país para enfrentar la escases de agua

Se anuncia la llegada de un “super El Niño”, fenómeno meteorológico que se genera por el calentamiento de las aguas oceánicas y que trastoca periódicamente el clima del planeta que, en nuestro caso, produce sequía en el occidente altiplánico y valles interandinos y grandes inundaciones en el oriente.

Frente a los fenómenos naturales que están produciendo ya notorios cambios en el clima como el calentamiento global al que se añade la actividad destructora del medio ambiente por la caótica producción capitalista que es incompatible con la conservación de la naturaleza, en las condiciones de extremo atraso del país, estamos en total estado de indefensión frente a sus efectos nefastos para la agricultura y para la provisión de agua potable en las ciudades como ya ocurre en Potosí.

No se trata de un problema nuevo, ni pasajero, todo indica que los cambios climáticos tienden a un constante deterioro del medio natural que significará mayor deterioro de las condiciones de vida de grandes masas, fundamentalmente en los países atrasados.

El Estado burgués en nuestro país ha sido incapaz de tomar medidas preventivas para enfrentar estos fenómenos. Ya debería haberse construido un sistema de acueductos capaces de bombear agua de los llanos orientales a las partes altas país del mismo modo como se tiene la red de oleoductos para transportar los combustibles líquidos desde los pozos petrolíferos al altiplano.

Corresponde exigir al régimen burgués que, de una vez por todas, se tomen medidas preventivas eficaces y serias para enfrentar este grave problema, no podemos seguir rogando a las deidades que acaben con las sequias en las alturas y las inundaciones en las tierras bajas.

Debemos tener conciencia de que la tendencia a una producción caótica impulsada por la angurria ilimitada de ganancia por la burguesía es un rasgo intrínseco del capitalismo y que, por tanto, su superación supone la eliminación del sistema capitalista y el tránsito a una sociedad socialista en la que la producción se planificará en función de las necesidades de la población y la preservación del medio ambiente.


SEQUIA, CRISIS AMBIENTAL Y CAPITALISMO

Todas las regiones de Bolivia, unas más que otras, sufren con características catastróficas, una sequía sin igual que cada año se vuelve más dura, y que a futuro, la perspectiva es a su agravamiento. La explicación científica, económica, social y política, de las causas y responsabilidades, la encontramos en diferentes niveles.

Primero, la falta de lluvias se debe al “calentamiento global” y la polución de la atmósfera provocado por la acumulación de dióxido de carbono (CO2) y metano principalmente Tendencia explicada por la profusa contaminación ambiental generada por un sistema de producción caracterizado por la sobreproducción de mercancías y el consumismo desenfrenado promovido por la sed de ganancia de los grandes capitalistas, que no les interesa la naturaleza ni el medio ambiente, sino sólo el simple lucro para acumular grandes fortunas. Definitivamente, el interés privado, la lógica de ganancia y acumulación capitalista, va en contrasentido, en contradicción antagónica, con la conservación de la naturaleza. Llevando a la humanidad a la contaminación y destrucción de su hábitat, poniendo en riesgo su propia existencia.

En los países de capitalismo atrasado de las semicolonias del sur del orbe, este fenómeno es agravado por el crónico extractivismo de materias primas no renovables, asentados fundamentalmente en actividad minera, hidrocarburífera y producción primaria de productos agrícolas y ganaderos. Procesos extractivos donde se consumen bastante agua para luego contaminarlas y por lo tanto inutilizadas para el consumo humano, donde se desforestan sin control alguno, inmensos bosques vírgenes. Los actuales gobiernos latinoamericanos, incluido el de Arce Catacora, son los encargados de llevar adelante estas políticas económicas depredadoras del medio ambiente, disfrazando con un discurso demagógico de “cuidado de la madre tierra”, el entreguismo de nuestros recursos naturales a sus aliados las grandes transnacionales extranjeras, que se han asentado por más de un siglo, en esta parte del planeta, para saquear y contaminar inmisericordemente nuestro hábitat. Siendo el gobierno masista, cómplice de esta desgracia que nos ha tocado vivir a los bolivianos. Chaqueo desenfrenado y deforestación masiva ampliando la frontera agrícola para aumentar la producción de soya, girasol y caña de azúcar para la producción de biodiesel y la exportación de carne beneficiando a sus “hermanos” agroindustriales del oriente, utilización altamente contaminante de ríos y cuencas para la actividad minera en occidente a favor de sus “socios y no patrones” de las grandes multinacionales foráneas, y envenenamiento de los ríos de la Amazonía en manos de sus correligionarios políticos que son los cooperativistas auríferos, son algunas de las acciones concretas que comprometen al gobierno.

«Durante 20 años casi no se hizo nada para construir nuevas captaciones de agua, en cambio en ese mismo tiempo la población se duplicó» denunciaba una afectado por la sequía desnudando la incapacidad del Estado burgués y sus diferentes gobiernos últimos para afrontar la crisis hídrica en el país. Todas las medidas paliativas de hoy en día, solo son parches que no solucionan de raíz la limitada oferta de agua potable a las poblaciones. Situación que se ve agravada por la reducción del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) para gobernaciones y alcaldías, por la caída de venta de gas a nuestros vecinos. Responsabilidad histórica incumplida por la clase dominante, que no es otra que garantizar el aprovisionamiento del elemental recurso del agua a sus gobernados, que obliga al actual gobierno central a invertir en proyectos estructurales y de larga duración.

Para garantizar que estas inversiones sean posibles y se dote inmediatamente de agua a las poblaciones afectadas, es necesario organizarse, desde abajo, aglutinando a todos los sectores en COMITÉS POPULARES POR EL ABASTECIMIENTO DE AGUA, instrumento que permitirá movilizarse y realizar acciones de protesta, para que sus demandas sean atendidas favorablemente.

“El capitalismo es irreformable y, en consecuencia, no es posible una solución completa y definitiva de la crisis ecológica en los marcos del sistema. Solo el tránsito al socialismo a escala mundial puede lograr la plena armonía entre la humanidad y la naturaleza. Mientras tanto, es preciso una lucha sistemática de las masas populares para arrancar a los gobiernos capitalistas acciones que, al menos, contribuyan a posponer el desastre”.

POR Bolivia – Masas nº2761

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