Huelgas en Italia

A fin de noviembre se realizó la huelga ferroviaria en protesta por el deterioro y la falta de mantenimiento de la red ferroviaria, convocada por los principales sindicatos. El paro afectó a la empresa pública italiana Ferrocarriles del Estado (FS) y a Italo, el principal operador privado del país.

La cantidad de accidentes no se deben a la pura fatalidad, sino a las desastrosas condiciones de los ferrocarriles italianos, sobre todo en el sur, donde los estándares de seguridad están reducidos al mínimo, con líneas anticuadas, de vía única y sin electrificar.

El sector de los transportes encadena en Italia varias jornadas de protestas, la anterior el 17 de noviembre, coincidiendo con un paro general en el centro del país, y hay otra convocada para el 15 de diciembre que afectará a los autobuses, taxis y otros medios.

El 17 de noviembre se movilizaron contra la ley de presupuesto, que castiga a la salud pública, los salarios y las pensiones, aprobada por el gobierno de Giorgia Meloni. Manifestaciones, escuelas cerradas, retrasos y cancelaciones de algunos colectivos, y una huelga de ocho horas en los sectores de sanidad y educación, y de cuatro horas en transportes. La huelga fue convocada por CGIL y UIL, dos de los sindicatos mayoritarios -no se sumó la CISL-.

El gobierno logró una “precettazione”, para que la huelga quedara limitada a cuatro horas, en lugar de 24, en el sector de los transportes. Expresando una ruptura con los gremios, que durante las manifestaciones no ocultaron su furia. Una limitación que no se aplicaba desde hacía mucho tiempo.

Desde un palco levantado en la emblemática Piazza del Popolo en Roma se dijo: “Todas las plazas están llenas como no se veía desde hace años y esta jornada es la respuesta más linda, fuerte, inteligente y firme que le podían dar a quien pensó en poner una ‘precettazione’ y en discusión el derecho a la huelga, un verdadero ataque a la democracia”.

Unas 60.000 personas, con banderas y pancartas, se manifestaron en contra del gobierno de Meloni bajo la consigna de “¡Ahora basta!”. Otras manifestaciones similares, con estudiantes que se sumaron a la protesta y marcharon por Milán y Florencia, tuvieron lugar en diversas ciudades de Italia.

Los trabajadores protestaron contra la ley de presupuesto, considerada “pobre” de recursos hacia educación, salud, bienestar social y salarios, sino también por la falta de seguridad en el trabajo. En la Piazza del Popolo desplegaron decenas de cruces blancas, junto a cascos de trabajo y dos rosas, para recordar a los trabajadores muertos en los puestos de trabajo, una verdadera plaga en Italia, donde se estima que el año pasado murieron tres personas por día, según Inail (la agencia de seguros contra accidentes de trabajo).

Los sindicatos informaron que la adhesión a la huelga había sido “altísima”, con “puntas del 100% en algunos sectores como los puertos y hasta el 80% en la logística.

Las luchas en Italia son parte de la oleada que va desde Inglaterra y Francia hasta Grecia desde hace más de un año, impulsadas por la pérdida de poder adquisitivo por la suba de precios de alimentos y la energía. Se crean así mejores condiciones para la lucha por una nueva dirección, revolucionaria, del movimiento obrero, que rescate de su historia las tradiciones y principios.

(Nota de MASAS n°447)

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