Masas n°340 [Junio 2018]
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Editorial
¡Dejemos de ser colonia!
El Gobierno ha dado un salto de calidad. Ha decidido someterse completamente a las órdenes del FMI. Sus funcionarios van y vienen llevando y trayendo información y decisiones sobre la economía. El equipo de técnicos del Fondo está trabajando en el país ya metido dentro de los ministerios. Nadie los ha elegido. Pero tienen un poder extraordinario. El país será manejado más directamente desde Washington.
No significa una ruptura con el rumbo de sus políticas. Ya hemos dicho que el Fondo se reinstaló en el país y presentó sus proyectos de reformas laboral, impositiva, previsional, etc. También denunciamos desde el principio la presencia de representantes del capital financiero internacional en el Gobierno, un gobierno colonizado por Wall Street, con la presencia de CEOs de multinacionales. Ahora formalmente han llamado al FMI y aceptan su tutelaje y sus órdenes. Es un paso político excepcional, sobre todo por la experiencia fresca en la memoria de la sociedad sobre los desastres que ha ocasionado favoreciendo el saqueo.
La presencia del Fondo es para acelerar los ajustes, para profundizarlos, como ellos dicen, para “terminar con el gradualismo”. Esta decisión política del Gobierno, sabiendo el costo que tenía, es el resultado de su fracaso rotundo, de las corridas contra el peso, que lo lleva a una situación explosiva. Los números de los bancos, de los exportadores, de las multinacionales, especialmente vinculadas a los servicios, son extraordinarios, han valorizado sus acciones, han multiplicado sus ganancias. Pero los números del país, de su economía no cierran por ningún lado, están en rojo, con tendencia a empeorar, especialmente para la mayoría oprimida.
El economista neoliberal, Miguel Broda, asesor de multinacionales y del Gobierno dijo crudamente lo que se viene: “Se trata de hacer un ajuste fiscal en serio, creíble… vienen tiempos difíciles para la Argentina y lo que el Gobierno tiene que asegurarse es que la gente coma,… (el ajuste) tiene que estar acompañado por comedores abiertos 7 días por 24 horas… Habrá gente que sufrirá el ajuste de los precios de los alimentos”.
Es una mentira que el pedido de auxilio al Fondo es porque su préstamo es más barato. Si así fuera habría que preguntar por qué se estuvo pagando el doble de tasa de interés a los bancos, si existía esta alternativa. Sus explicaciones son miserables, para que sean repetidas por todo el coro de mercenarios políticos, economistas y periodistas, para tratar de engañar a la población. El Fondo es un órgano centralizador del capital financiero internacional, del imperialismo. Son una referencia esencial para los principales bancos y los países imperialistas. Son los guardianes de sus intereses.
Sus recetas son las mismas para todas las semicolonias: abrir más la economía, achicar los presupuestos de salud, educación, previsión social, despedir empleados públicos, privatizar todo lo que se pueda. Ya anticiparon que el recorte que propuso hacer Dujovne es poco, que hay que recortar 200.000 millones más.
El Gobierno debilitado por su fracaso, con temor a tener que vetar la tibia ley que limita los tarifazos, a que el Fondo y las multinacionales del mundo adviertan su fragilidad, llama a un “gran acuerdo nacional” (que rememora el nombre del acuerdo convocado por el dictador Lanusse en 1971 ante el fracaso de aquella dictadura) integrando a la mesa de decisiones del Gobierno a sectores de Cambiemos que habían sido alejados, y también llamando al acuerdo a los gobernadores peronistas, “a la oposición razonable”. También convoca a los burócratas “moderados”, para que no exageren con sus reclamos en la reapertura de las paritarias.
El Gobierno pierde apoyo social, porque la economía no sale de la recesión, no deja de caer el consumo, los tarifazos han sido terribles, porque la apertura indiscriminada de las importaciones golpea a vastos sectores, por el descontrol inflacionario que destruye el poder adquisitivo. Y porque la mayoría sabe que con sus políticas el futuro será mucho peor.
Es muy importante que la mayoría se haya pronunciado contra el FMI. Tiene un gran valor. Está muy presente en la memoria colectiva su responsabilidad en el saqueo, en la entrega y endeudamiento del país, que se pagó con millones de desocupados, subocupados, precarización y represión.
Pero no alcanza con manifestar el rechazo. En términos generales coincidimos con todos los sectores políticos y sociales que denuncian su historia, el tema central que importa es cómo impedimos su presencia en el país, cómo impedimos sus planes de ajuste, cómo nos sacamos de encima este Gobierno colonialista que no nos representa, que solo representa a una ultraminoría, contra la Nación, contra los trabajadores. Se trata de preparar la rebelión nacional contra toda forma de dominación colonial.
¡FUERA EL FMI!
En defensa del salario y la jubilación mínima igual al costo de la canasta familiar, reabrir las paritarias para que el ajuste como mínimo equivalga a la inflación real;
impedir los despidos, reincorporación de todos los trabajadores despedidos. Ocupar toda fábrica que cierre, despida o suspenda; distribuir todo el trabajo disponible entre todos los trabajadores sin afectar el salario;
derogar la reforma previsional votada en Diciembre;
rechazar toda forma de reforma laboral;
por la derogación de los tarifazos, la nacionalización sin indemnización de todos los servicios bajo control obrero coletivo; por la nacionalización de toda la industria petrolera;
por sistemas único de educación, gratuito, terminar con toda forma privada; contra toda injerencia de la iglesia;
por el derecho de la mujer al aborto gratuito, en hospital público. Expropiar las clínicas y sanatorios privados incorporándolos en un sistema único de salud. Ampliación de infraestructura y personal de salud de acuerdo a necesidades;
nacionalización de la banca y el comercio exterior; no permitir la salida de un dólar más; exigir que todos los que blanquearon fortunas en el exterior las repatríen, los cientos de miles de millones de dólares que se llevaron deben volver al país;
expropiación sin pago de todo el latifundio, entregar tierras a quienes han sido desalojados;
No al pago de la deuda externa e interna, desconocer todos los acuerdos con el FMI, el Banco Mundial, el Ciadi. Investigación de los que se beneficiaron con la misma;
No a la instalación de bases militares norteamericanas en nuestro suelo;
Estos aspectos que enunciamos parcialmente son parte de un plan, de una política, que sólo puede ser impuesta por medio de la acción directa de masas, bajo la dirección política de la clase obrera, de su estrategia revolucionaria.
Nunca por medio de los votos, por medio de leyes. Son un engaño infame todas las ilusiones en un gran frente antimacri, en un gran frente para derrotarlo electoralmente en 2019. Ese es un camino de derrota, de desarme político de las masas que buscan un terreno de lucha para enfrentar y derrotar a este Gobierno antinacional y antiobrero. Rechacemos a los charlatanes que en nombre de criticar al FMI aíslan las luchas, colaboran con los gobiernos nacional y provinciales.
El camino debe comenzar por imponer a las direcciones sindicales de CGT y CTAs la convoncatoria ya a paro nacional activo, enmarcado en un plan de lucha.