Es necesario y urgente concentrar todos los recursos sanitarios, expropiando el sistema privado e integrándolo a un sistema único, universal y gratuito de salud

Ante el crecimiento de los contagios, las internaciones y el riesgo de saturación del sistema, no hay que perder más tiempo. Es necesario centralizar todos los recursos, el derecho a la propiedad, a la ganancia, no puede estar por encima de la protección de la salud a toda la población. Laboratorios, clínicas, sistemas de prepagas, etc. deben integrarse inmediatamente.

Se suman las denuncias de sectores que siguen sin contar con los medios de protección para la atención de los pacientes. Crecen las denuncias de sectores que ya están al máximo de su capacidad y de otros que se acercan al límite. No se puede esperar a que los pacientes no puedan ser atendidos en tiempo y el forma como requiere la emergencia.

Pacientes de sistemas privados de salud, algunos muy caros, y de obras sociales, denuncian las demoras en ser atendidos, pese a contar con meses de preparación para poder afrontar el pico de contagios. La no atención en tiempo impactará en una mayor cantidad de muertos, o en una afectación mayor de los enfermos por no recibir el tratamiento a tiempo. Los más perjudicados, como siempre, los desocupados, los trabajadores con más bajos recursos.

¿Qué tenemos que esperar? ¿A que los enfermos se mueran en sus casas, o en la calle, o en los pasillos de los hospitales? El gobierno queda paralizado ante su incapacidad de enfrentar los grandes intereses privados en la salud y los negocios de la burocracia sindical. La comparación con el desastre en otros países no tiene la menor importancia en este momento. Lo único que cuenta es como se utilizan todos los recursos para enfrentar la pandemia, ¡AHORA!

La mayor flexibilización de la cuarentena, con mayor utilización del transporte público, con mayor contacto en los lugares de trabajo y circulación, naturalmente eleva el riesgo de contagio. No hay sorpresa, esto se sabía que era así. Es necesario tomar las medidas que corresponden para hacer frente al mayor riesgo.

Los trabajadores denuncian que las empresas no cumplen con colocar medios de transporte propios, ni las condiciones mínimas de bioseguridad, la respuesta es que debemos tomar en nuestras manos la defensa de la salud. La crisis sanitaria en los frigoríficos es una demostración de la miseria e incapacidad de los capitalistas que pusieron en riesgo hasta su propio negocio en las exportaciones por la cantidad de contagios que se produjeron, lo que les originará un quebranto que a su vez descargarán sobre el resto de los trabajadores. Los trabajadores de Coto denuncian cientos de contagios, al margen de la burocracia que trabaja con la patronal para silenciar los reclamos e impedir que se cierren los locales. Los burócratas son responsables de la exposición de los trabajadores a riesgos evitables.

Los trabajadores en todos los ámbitos debemos debatir cómo nos protegemos y tomar las medidas que corresponden, disciplinándonos a nuestras decisiones. No podemos dejar nuestra vida a merced de la voluntad de los capitalistas. La burocracia de los sindicatos, mientras tanto, sigue mirando para otro lado.

No debemos olvidar que la burocracia sindical está íntimamente ligada a la privatización de la salud en torno a los negociados con las Obras Sociales. Es imprescindible y urgente organizarse desde abajo con el programa de terminar con toda la salud privada, expropiando sin pago y estatizando todas las clínicas y sanatorios privados, así como los laboratorios, poniendo fin de esta manera al negociado de las Obras Sociales, poniendo en pie un sistema de salud único estatal, nacional y gratuito.

(nota de MASAS nº 375)

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