La deuda en pesos crece como una bola de nieve
En un año el gobierno duplicó la deuda en pesos. Aumentó de 2,66 billones a 5,34 billones. Las tasas de interés son menores a la época de Macri pero la realidad es que esa enorme deuda, en su gran parte indexada, genera una mayor deuda que afecta un porcentaje mayor del presupuesto nacional. La deuda crece en forma de espiral.
¿A quién le pide prestado? A los bancos, que multiplican sus ganancias prestando al gobierno.
Así como antes estábamos familiarizados con los bonos Leliq, Lebac y otros famosos, ahora la estrella son los CER. Hay bonos que se ajustan a una tasa promedio del 38%. El nivel de tasas de interés y devaluación del peso anticipan una inflación que seguirá siendo expropiatoria para los bolsillos de la mayoría.
En febrero vencen 250.000 millones de pesos de la deuda que seguramente serán refinanciados con más deuda. Y en marzo más de 300.000 millones.
El gobierno recurre a tomar deuda porque no le alcanza con la recaudación impositiva. Por un lado porque transitamos años de caída de la actividad económica, por otro porque un porcentaje muy grande de la economía funciona en negro, sin pagar impuestos, y por otro porque el gobierno no está dispuesto a cobrar más impuestos a los más ricos para financiar el presupuesto necesario para atender las necesidades de la mayoría.
Es un círculo vicioso que el gobierno cobarde e impotente no romperá porque está disciplinado a los bancos, a pagar toda la deuda externa e interna, porque no quiere meter mano en el bolsillo de los más poderosos. No hay forma de conciliar esos intereses con los de la mayoría oprimida cada vez más empobrecida.
En cambio, toda la burocracia sindical aplaude la conciliación y se suma alegremente a las mesas y organismos que crea el gobierno para que los trabajadores sigan resignando sus reclamos.
Toda la deuda interna y externa debe ser desconocida, y la banca estatizada.