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Brasil: Un balance crítico del 1ero de mayo

Dos posiciones opuestas se colocaron ante el Día Internacional de los Trabajadores, el 1 de mayo. Una, que realizaba actos presenciales, y la otra, por medio de la virtualidad.  Las centrales sindicales, sin excepción, se limitaron a pronunciamientos virtuales. La CUT, Força Sindical, la UGT, la CTB, la NCST, la CSB, la Intersindical y la CGTB formaron un bloque, en torno a la bandera «1 de mayo por la vida, democracia, empleo, vacuna para todos y ayuda de emergencia de R$ 600,00″. Y CSP-Conlutas y la Intersindical -instrumento de lucha- formaron otro, bajo el lema «1º de Mayo clasista, de lucha e internacionalista, sin patrones y sin gobierno».

En el bloque de la CUT participaron partidos como el PT, el PCdoB, el PSOL, el PDT, el PSB y Solidaridad. A este bloque asistieron figuras como Lula, Dilma Rousseff, Fernando Henrique Cardoso, Guilherme Boulos, Juliano Medeiros y Ciro Gomes.  Es necesario aclarar que hay dos organizaciones que se identifican como Intersindical. Por eso están en los dos bloques. Las dos variantes, sin embargo, están vinculadas al PSOL. Cabe señalar que, de hecho, la posición oficial estaba representada por la Intersindical que optó por unirse al bloque de la CUT y la Força Sindical, hasta el punto de que el presidente del PSOL, Juliano Medeiros, y el ex candidato a la alcaldía de São Paulo, Guilherme Boulos, hablaron junto a Lula, Fernando Henrique, Ciro Gomes, etc.

Un balance riguroso del 1 de mayo, necesariamente, tiene que establecer un denominador común, y la diferencia entre los dos bloques virtuales. La CUT y la Força Sindical se caracterizaron claramente como un bloque de conciliación de clases, poniendo al lado hombres como Fernando Henrique Cardoso, Ciro Gomes, Lula, Paulinho da Força y Sergio Nobre. Este bloque aprovechó el Primero de Mayo para presentarse como oposición al gobierno de Bolsonaro, y mostrar posibles candidatos opositores para las elecciones de 2022, o bien constituir un frente electoral amplio. Paulinho de Força y de Solidariedade, justo al principio del acto vitual, dejó absolutamente claro el sentido de la «unidad de las centrales sindicales» el 1 de mayo, que es «construir una fuerza para preparar el 2022, con la izquierda, con el centro e incluso con la derecha civilizada«. El PT, en voz de su presidenta, Gleisi Hoffmann, instó a los presentes a dejar de lado las «diferencias ideológicas para la época electoral, y trabajar para sacar del poder al enemigo del país«, evocando la bandera del impeachment y el «Fuera Bolsonaro».

El bloque de la CSP-Conlutas y la Intersindical cargó las tintas en el ataque al acto virtual de la CUT y de Força Sindical, en el hecho evidente de servir al electoralismo y al frentismo burgués. En los diversos pronunciamientos de sindicalistas y representantes del partido, prevaleció la bandera del «Fuera Bolsonaro», ahora sumada a «Fuera Mourão». No podían dejar de tener en común las denuncias de los 400.000 muertos, y la responsabilidad de Bolsonaro en el genocidio, así como las denuncias por el desempleo y el hambre. Sin embargo, cabe destacar que la columna vertebral del acto virtual de la CSP-Conlutas e Intersindical fue la crítica a la libertad de expresión de la CUT y Força Sindical, y la defensa de la bandera «Fuera Bolsonaro y Mourão». En medio de este discurso, los oradores fueron intercalando con demandas del momento, como vacuna para todos, ayuda de emergencia de al menos R$ 600,00, etc. En particular, el PSTU se refirió al aislamiento social, utilizando la bandera de la «huelga general sanitaria». Los oradores, al referirse al «Fuera Bolsonaro», ocultaron la bandera del impeachment. Desconocieron que existe una estrecha relación entre el impeachment y el «Fuera Bolsonaro». No podemos olvidar que la CSP-Conlutas firmó el documento frentista con la CUT, Força Sindical, CTB y aliados, que tenía estas dos palabras como bandera. Al ocultar que el «Fuera Bolsonaro» no es más que una vestimenta del impeachment, siendo la primera la forma y la segunda el contenido, las declaraciones de todos los participantes compartieron el terreno común del oportunismo.

Como se puede ver, las dos actos virtuales tienen diferencias, que no se pueden ignorar. La principal es que el bloque de la CUT y la Força Sindical se sitúa totalmente en el campo de la conciliación de clases; y el bloque de la CSP-Conlutas e Intersindical, formalmente, rechaza el frentismo burgués. El problema es que el ataque a la composición burguesa del virtual 1º de Mayo de la CUT y la Força Sindical se realizó a través de la crítica oportunista. En su base está la defensa común del bloque CUT y Força Sindical y del bloque CSP-Conlutas e Intersindical de que el 1º de Mayo, obligatoriamente, tenía que ser virtual, para evitar la aglomeración y los contagios.

El uso de la virtualidad para sustituir el método de la acción directa, puso inevitablemente a los dos bloques en el mismo terreno de dependencia de las decisiones gubernamentales sobre la pandemia, y sus consecuencias económicas y sociales. Las contradicciones en algunos de los pronunciamientos eran visibles. El representante del PSTU buscó diferenciar la bandera de «Fuera Bolsonaro/Mourão» de la del bloque del PT, PCdoB y PSOL, diciendo que se trata de «derrocar a Bolsonaro ahora». El activista del PSOL abogó por una «amplia movilización popular por el Fuera Bolsonaro». El ponente de Intersindical afirmó que «la lucha es aquí y ahora, y no para 2022». Y un franco tirador reconoció que Bolsonaro «no ha sido derrocado, porque falta el pueblo en la calle». No ha explicado por qué no hay gente en la calle. Seguramente, como todos los demás oradores, tiene en mente que la responsable es la pandemia, y no la política de colaboración de clases del bloque de la CUT y Força Sindical, que tan acertadamente se denunció. Por eso no se reconoce la responsabilidad de las direcciones de CSP-Conlutas, Intersindical, PSTU y aliados, que se han sometido a la política de la pasividad. La virtualidad de la orientación política ha sido visiblemente sellada, negando así la convocatoria de asambleas, la organización del 1º de Mayo desde las bases y la movilización a fondo para ganar las calles. Desde el punto de vista verbal, el acto virtual del bloque CSP-Conlutas e Intersindical, en su crítica, se encontraba en el campo de la independencia de clase. Pero, desde el punto de vista real, estaba en el mismo campo de la política de colaboración de clases. Las críticas que no se traducen en acciones prácticas esconden el oportunismo. La CSP-Conlutas, Intersindical, PSTU, agrupaciones del PSOL y Unidad Sindical (PCB), o reconocen que sus críticas eran inocuas y no rompen con la pasividad, o seguirán en el mismo terreno práctico de la política de colaboración de clases, que ha bloqueado la lucha organizada del proletariado y de los demás trabajadores.

Es previsible que el bloque de la CUT, Força Sindical, PT, PCdoB y PSOL avance rápidamente hacia las elecciones presidenciales, con la candidatura de Lula a la cabeza. Cualquier presión de las masas para que las direcciones rompan su pasividad será utilizada para armar la disputa electoral. Las banderas de «Fuera Bolsonaro» y el impeachment siempre han tenido esta función. Las corrientes de izquierda que se han alineado detrás de ellos siguen la estrategia del reformismo, de sustituir un gobierno burgués decadente por otro. No tenemos dudas de que esta estrategia condicionó las posiciones de la burocracia sindical, encabezada por la CUT y Força Sindical, frente a la pandemia y las disputas interburguesas entre los gobernadores y el gobierno federal. Y las direcciones del PSC-Conlutas y del PSTU se mostraron incapaces de desarrollar una línea política opuesta al reformismo, reflejando, sin atenuantes, la política centrista. Por eso se vieron obligados a permanecer refugiados en el mundo de la virtualidad, siguiendo los pasos y argumentos de la burocracia reformista y derechista, de que salir a la calle era exponer a las masas a la pandemia.

La virtualidad de los dos bloques dejó un vacío político el 1 de mayo, que fue ocupado por la derecha bolsonarista. Mientras las centrales y los distintos partidos, desde el reformismo hasta el centrismo, retenían a los trabajadores en casa, la derecha levantaba banderas en las calles, a favor del golpe militar y de la caza de comunistas. La burguesía, desde hace mucho tiempo, utiliza los festejos para desfigurar el 1º de Mayo como momento en que los explotados retoman los eslabones de la lucha de clases que dieron origen al Día Internacional de los Trabajadores. Es bueno recordar que en 1968, durante la dictadura militar, la vanguardia revolucionaria rompió el acto del gobernador de São Paulo, Abreu Sodré, ocupando la Praça da Sé. Ahora, las centrales han permitido que la derecha bolsonarista utilice el 1 de mayo, ocurrido en medio de una de las mayores crisis de los últimos tiempos, para defender al presidente fascista en las calles, mientras los dos bloques hablaban en actos virtuales sobre el «Fuera Bolsonaro».

El 1 de mayo presencial convocado por un frente de izquierdas tuvo que ser trasladado, de la Avenida Paulista a la Plaza de la Sé. El gobernador João Doria la entregó a los bolsonaristas y bloqueó la manifestación del frente de izquierda, que no tuvo fuerza para reaccionar ante la decisión antidemocrática y antiobrera de Doria. Lo importante fue que el 1 de mayo se celebró presencialmente, a diferencia del 1 de mayo de los actos virtuales, y la intervención de los bolsonaristas. En otros estados, como Ceará y Pernambuco, el frente de izquierda también celebró el 1 de mayo en persona. En Ceará, el gobernador del PT, Camilo Santana, envió a la policía a dispersar el Primero de Mayo. Esta acción reaccionaria es equivalente a la de Doria, que entregó la Avenida Paulista a los Bolsonaristas. Aunque pequeños y ultraminoritarios, los tres actos se distinguieron por la defensa de la reanudación de los métodos de acción directa y la ruptura de la pasividad.

Sin embargo, es obligatorio señalar en el balance la fragilidad política, que no se refiere a su pequeña fuerza, sino a la propia orientación política. El acto en la Praça da Sé fue concebido y dirigido por el PCO, aunque también fue convocado por un frente de izquierdas, promovido por el POR, la FOB y la LOI. El PCO utilizó su aparato para inviablizar una organización de hecho frentista. Evidentemente, al estar en mejor posición para organizar el acto, la hegemonía es explicable. Lo que no se explica es la exclusión de las demás fuerzas en su organización y definición del contenido político, así como de la disciplina revolucionaria. El objetivo de la convocatoria del acto presencial no fue común. Diferencia que no pudo quedar bien explicitada. El PCO tuvo como centro de su Primero de Mayo la defensa de la candidatura de Lula. Y utilizó la festividad para dar un tono flácido al acto. Fiesta que el POR ha combatido constantemente en el Primero de Mayo organizado por la burocracia y los grupos centristas. El frente de la izquierda estaba en contra del objetivo del PCO y de la forma festiva. Sostuvo que la tarea del 1º de Mayo era plantear el propio programa de emergencia de los trabajadores y las formas de lucha directa. Con ello se rompería el bloqueo de la burocracia sindical y se recuperarían las fuerzas organizadas de la clase obrera, para luchar contra la burguesía y sus gobiernos, única forma de defenderse ante la pandemia y las consecuencias económicas.

 

La estrategia del PCO para el Primero de Mayo estaba en línea con la del PT y sus aliados. La diferencia fue que el acto virtual del bloque de la CUT y Força Sindical tenía como objetivo formar un frente con los partidos de la burguesía, alrededor de Lula. El PCO buscó un 1 de mayo por un frente de izquierdas, bajo el comando de Lula, para las elecciones. La crítica al refugio virtual de los partidos de centro y del PT fue que perdieron la oportunidad del Primero de Mayo para lanzar la candidatura de Lula. Esta posición imposibilitó la formación de un frente de izquierdas para convocar el Primero de Mayo en persona en la plaza de la Sé. Lo que se produjo fue una intervención del frente de izquierda, POR, FOB y LOI, en el acto controlado por el PCO. La marcha de este frente, que fue del Teatro Municipal a la Praça da Sé, y su participación organizada, definieron dos 1º de Mayo en el mismo espacio: por un lado, el PCO con su estrategia electoral; por otro, el frente de izquierdas, con sus reivindicaciones y método de lucha. En particular, el POR asistió, vinculando el programa de emergencia y el método de acción directa con la estrategia revolucionaria del gobierno obrero y campesino. La declaración del POR en la tribuna del 1 de mayo en la Praça da Sé expresaba el contenido y las banderas del frente de izquierda, así como, en particular, la propia estrategia de poder del proletariado. También hay que reconocer que el significado del 1 de mayo en la Praça da Sé no fue lanzar la candidatura de Lula. En este sentido, el PCO fracasó en su objetivo. El lugar del 1º de Mayo en la Plaza de la Sé fue para oponerse y distinguirse de los bloques virtuales, que capitularon ante la presión de la burguesía y los gobernantes, para que la clase obrera no se levantara y no se levante contra su incapacidad de defender a la mayoría oprimida, golpeada por la pandemia, y contra su política de descargar la crisis económica sobre las masas.

Este balance se dirige a los explotados y, sobre todo, a la vanguardia, que avanza hacia la lucha revolucionaria del proletariado. En este 1º de mayo, su organización presencial conservó los fundamentos programáticos, la táctica y la estrategia de la clase obrera, en forma de resistencia a la pasividad y a la colaboración de clase. Allí estaba presente el contenido de la bandera del Primero de Mayo presencial, obrero, socialista e internacionalista.

¡ABAJO LA IMPOSTURA DEL VIRTUAL PRIMERO DE MAYO DE LAS CENTRALES!

¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO PRESENCIAL EN PRAÇA DA SÉ!

 

POR Brasil

5 de mayo de 2021

En portugués: http://www.pormassas.org/2021/05/05/declaracao-do-por-um-balanco-critico-do-1o-de-maio/

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