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La extraordinaria movilización de la CGT el 18 de octubre no fue para luchar contra el hambre y la desocupación sino para apoyar al gobierno y reafirmar su política de colaboración de clases

– La movilización obrera del 18 de Octubre es una de las más masivas de los últimos tiempos, mostrando el poderío de la clase obrera organizada y movilizada. Decenas de miles de trabajadores ocuparon más de 100 manzanas de la Ciudad de Buenos Aires durante gran parte del día. Expresó también la necesidad de expresarse, de ganar las calles.

– Se movilizaron tras la convocatoria patronal de la CGT. Para defender su lealtad al gobierno y el orden capitalista. Gran parte de los movilizados y seguramente de los que no concurrieron,  chocan cada día contra esta dirección, contra las políticas del gobierno y las patronales. No hubo oradores, solo se leyó un documento.

– La dirección de la CGT no se movilizó el 18 de octubre para reclamar los millones de puestos de trabajo que se necesitan, no se movilizó para exigir que el salario y la jubilación mínima cubran el costo de la canasta familiar, ni para terminar con todas las formas de trabajo precarizado y en negro. No se movilizó reclamando el no pago de la deuda externa, ni dar marcha atrás con las reformas neoliberales de los últimos 40 años. Esta movilización no forma parte de ningún plan de lucha.

– No puede haber una “Patria Socialmente Justa” con los niveles de pobreza, miseria y desocupación que se soportan. No se puede edificar un país “Económicamente Libre y Políticamente Soberano” porque somos una semicolonia del imperialismo yanqui y mientras no se rompa con la banca y la multinacionales que estrangulan la economía, mientras no se desconozca la deuda externa, y se termine con la oligarquía terrateniente, seguiremos más sometidos que antes.

¡Basta de tanto verso y cinismo! Gran parte de esta burocracia ha sido cómplice del saqueo del país y de la destrucción de los derechos laborales. Han apoyado a Macri, como antes apoyaron a Menem y también a la dictadura militar. Convocaron a parar sólo cuando se lo impusieron las bases, para contenerlas, para desviarlas.  

La idea de “pueblo” en el documento es la idea de comunión de intereses entre capitalistas y trabajadores, tal idea es para seguir sometiendo a los trabajadores. Su “democracia” la conocemos bien, hace décadas que no hacen asambleas en los lugares de trabajo, que persiguen a los luchadores, que trabajan para impedir que los trabajadores se independicen sindicalmente de su tutela.

– La dirección de la CGT no defiende ni el desarrollo de la economía, ni la producción, ni el trabajo, porque para que sea cierto debería lanzar un plan de lucha para imponer los reclamos más urgentes y plantearse terminar con el principal bloqueo de las fuerzas productivas que es la gran concentración de la propiedad privada de los medios de producción. Pedirle “responsabilidad social empresaria” a quienes saquearon el país y quieren seguir arrancando derechos a los trabajadores es una gran burla al igual que todo el palabrerío hueco que esconde su falta de voluntad para defender los intereses de los trabajadores y de la nación.

– Dice la CGT: “es imprescindible profundizar el diálogo social institucionalizado como instrumento necesario… para elaborar en conjunto los consensos que nos permitan poner el empleo productivo en el centro de las políticas públicas”. No es diálogo lo que hace falta. Hace falta voluntad de lucha para terminar con la dramática situación que se vive. No hay nada que dialogar con la minoría que detenta el poder, se enriquece y concentra cada vez más, que evade, fuga, saquea, aumenta los precios. Estos diálogos son para hacernos creer que en una mesa se pueden empezar a resolver los problemas.

Esta dirección va a contramano de la política de la clase obrera que se debe independizar política y sindicalmente para poder luchar por sus reivindicaciones más urgentes y por terminar con la clase capitalista parásita, entregadora que no deja de destruir nuestras condiciones de vida y de trabajo.

Esta movilización masiva aunque aislada y con esta dirección no deja de ser en sí misma una advertencia a la burguesía del poderío de la clase obrera, que debe debatir desde las bases cómo poner a la cabeza una dirección que exprese sus reclamos y también su perspectiva histórica, conquistando la independencia política.

 

(Nota de MASAS nº404)

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