20 años de Zanon – Parte 7 Critica al programa cooperativista del PTS
Al cumplirse 20 años de la histórica lucha de los obreros de Zanon, se vuelve imprescindible hacer un balance político de las diferentes posiciones que forman parte de esta experiencia. Aquí queremos centrar nuestro análisis en el cambio de posiciones del PTS durante estos veinte años.
Durante los primeros años el PTS sostuvo el planteo de Estatización de Zanon bajo control obrero. Los obreros comenzaron a producir, se puso en pie la cooperativa, figura legal que permitió mantener la producción y venta. En ese contexto, el Estado otorgó un reconocimiento provisorio. Así, comenzó a transitarse un proceso hacia la cooperativa, entendida como un mal necesario, pero aun dentro de la perspectiva de la Estatización. Esta posición quedó expresada en el proyecto de ley presentado por los obreros en la Legislatura durante el año 2006.
Tras años de movilización, el gobierno aceptó su tratamiento en la Legislatura, ya que allí también estaría su propuesta: la expropiación con pago y exclusión de la estatización. De esta forma, el MPN continuó y profundizó la política de la burguesía de no estatizar ninguna fábrica recuperada. Finalmente se aprobó el proyecto de la burguesía, no el que habían propuesto los ceramistas. A pesar de ello, fue recibido con alegría por la base ceramista, que consideró que aunque no se aprobaba su programa, se daba un paso adelante que otorgaba una garantía legal para poder seguir trabajando.
La tarea de los revolucionarios es analizar la situación, hacer consciente hasta dónde se podía considerar un paso adelante y qué implicancias tenía la aprobación del proyecto del MPN. Esto habría ayudado a asimilar la situación y a comprender que la bandera de la estatización debía mantenerse en alto, a pesar de lo allí aprobado. El PTS hizo lo contrario: adaptó su programa y difundió la consigna de: “Expropiación es revolución”. Como partido señalamos con firmeza estos aspectos, a sabiendas que podía ser antipático para la base ceramista. El punto más cuestionable de la política reformista del PTS es que utilizó a Zanon para impulsar su política parlamentaria bajo la consigna de llevar un “diputado obrero” a la legislatura. Incluso recorrieron el mundo defendiendo la cooperativa como demostración de un programa revolucionario, sin decir una palabra sobre todas las dificultades de la fábrica.
Nuestra crítica al abandono del programa obrero y la defensa del cooperativismo por parte del PTS, sigue vigente. No bastó con la experiencia de Zanon, sino que replicaron la misma política en Stefani y Cerámica Neuquén. Incluso en esta última, opusieron su programa cooperativista al de la estatización. Saludamos que la asamblea de Cerámica Neuquén haya defendido la posición de estatización, lo que muestra un avance en la asimilación de la experiencia de Zanon. Aunque el PTS perdió su posición en la asamblea, luego maniobró para presentar dos proyectos distintos en la legislatura: uno con la posición de estatización de los obreros y otro eliminando la palabra estatización, expresión de la posición del PTS.
Siempre que una fábrica cierra o está en crisis, la burguesía y el imperialismo no dudan en dejar a cientos o miles de familias en la calle desocupados sin ni siquiera cobrar una indemnización. Cuando los trabajadores resisten y ocupan las fábricas porque defienden sus puestos de trabajo, la figura de cooperativa puede ser una salida para evitar estatizaciones. De esa manera, busca que los trabajadores seamos parte de la decadencia burguesa, de su incapacidad siquiera para explotarnos.
En situaciones donde la ocupación de las fábricas no se extiende, los trabajadores se ven obligados a adoptar la figura de cooperativa. Sin embargo, es fundamental que los revolucionarios no confundamos la propiedad cooperativa, que es una forma de la propiedad privada, con la propiedad social o colectiva por la que luchamos los comunistas.