Intervención de Rusia en Kazajistán
Acabábamos de terminar de redactar la nota internacional sobre el conflicto ruso-estadounidense por Ucrania cuando el gobierno de Kazajistán recurrió a Putin para que le ayudara a aplastar el levantamiento popular. Según los informes, decenas de manifestantes fueron asesinados por las fuerzas policiales y militares del gobierno kazajo.
El levantamiento estuvo motivado por el aumento del precio del combustible, los derechos sociales y las libertades democráticas. El hecho de que la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) enviara por primera vez fuerzas militares para contener la rebelión de la población indica las profundas tendencias a la lucha de clases en la región, que formaba la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS)
La OTSC se formó tan pronto como la URSS se derrumbó, impulsando el proceso de restauración capitalista. Es un instrumento de opresión nacional, gestionado por Rusia.
La clase obrera mundial y su vanguardia con conciencia de clase deben rechazar la masacre de los insurgentes y la intervención dictatorial del gobierno ruso. Los kazajos oprimidos sienten en carne propia la gravedad de la crisis mundial de la dirección revolucionaria, y pagan muy caro la destrucción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Conmociones como ésta muestran un Kazajstán construido sobre la gran riqueza petrolera, que sólo sirve a los intereses de la oligarquía gobernante. La restauración capitalista se vuelve contra la población, que no ve otra salida que rebelarse y enfrentarse al baño de sangre.
Estas contradicciones enseñarán a los explotados, no sólo en Kazajstán, sino en toda la región controlada por la burocracia restauracionista rusa, que es necesario recuperar las conquistas de la Revolución de Octubre de 1917, y de la construcción de la avanzada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
(POR Brasil – MASSAS nº655)