Por un 1° de Mayo clasista e internacionalista

Las centrales sindicales, los sindicatos, los movimientos sociales, los partidos políticos que se reclaman de la clase obrera, deben convocar a un acto unitario en cada ciudad

El capitalismo nos está hundiendo en la barbarie. Los desocupados, subocupados, se cuentan por decenas de millones, al igual que los hambrientos, los pobres, los migrantes. La pandemia agravó la situación y costó más de 6 millones de vidas y ahora la prolongación de la guerra en Ucrania amenaza con transformarse en una nueva guerra mundial con sus consecuencias devastadoras.

La descomposición capitalista no se detiene y la guerra comercial potenciada por EE.UU. se transforma en guerra bélica. Sólo la clase obrera, con su política puede detener este desastre, con sus propios métodos de lucha, con sus organizaciones, acaudillando a todos los oprimidos. Es hora de terminar con la parálisis de las direcciones sindicales, romper con su política conciliadora con los gobiernos y las patronales. Es hora que las organizaciones que se reclaman de la clase obrera revivan el internacionalismo, las banderas de independencia política, que abandonen el pacifismo y su subordinación al democratismo.

Debemos discutir cómo tomamos en nuestras manos esta lucha, no esperemos a que cambien sus políticas, tenemos que imponerles un camino de acción.

En nuestro país es imperioso preparar una lucha generalizada de todos los trabajadores por el salario y la jubilación que alcancen para cubrir lo que cuesta la canasta familiar, para terminar con la desocupación y precarización laboral; por la vivienda, la salud y la educación.

Y también la lucha por terminar con el saqueo del país, como queda demostrado una y mil veces en la historia, es la clase obrera la que debe liderar la lucha antiimperialista, por el desconocimiento de la deuda externa, la ruptura con el FMI y sus planes, por la estatización de la banca y el comercio exterior, por la expropiación del latifundio; por la estatización de los sectores vitales de la economía en manos del gran capital y las multinacionales.

Debemos decir que la resolución de todas las tareas nacionales y democráticas sólo pueden ser resueltas por la clase obrera en el poder, junto a la mayoría oprimida. No hay otra vía para transformar la economía. La burguesía es una clase antinacional, no solo antiobrera, no se debe esperar nada de ella y su régimen. Este régimen de dictadura del capital no se terminará por elecciones o por medio de constituyentes. El camino es la revolución social.

Este 1° de Mayo tomamos las banderas del FIN DE LA GUERRA, fuera las bases militares de la OTAN y EE.UU. de Europa, que vienen preparando esta guerra desde hace varios años y que no quieren ningún acuerdo de paz; no a las sanciones económicas y financieras; por el retiro de las tropas de Rusia de Ucrania; por la autodeterminación de Ucrania y la integralidad de su territorio. Estas banderas se conquistarán por medio de la lucha unitaria de la clase obrera rusa, ucraniana y de toda Europa. Esas banderas debemos tomar en nuestras manos como parte de una campaña por el FIN de la GUERRA. No se trata de tomar una u otra consigna aislada, es un conjunto de medidas para unificar toda la lucha.

Realicemos una campaña en estas dos semanas para discutir cómo organizar los actos unitarios, clasistas e internacionalistas, rechazando todas las excusas y maniobras, todas las mezquindades que bloquean la lucha unitaria.

 

(nota de MASAS nº413)

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