Fuerte presión del capital financiero internacional contra Argentina

A la presión del FMI con sus críticas al cumplimiento de los objetivos de su programa, combinada con las exigencias de los grandes capitalistas locales se suman las notas de los medios financieros internacionales. Quiere parecer que están describiendo la realidad, cuando en realidad están operando para que sus profecías se cumplan.

Estamos ante un gobierno atado al programa del FMI y al pago de las deudas, incapaz de recomponer la situación de desastre que viven las masas pese a contar con grandes recursos. Para el capital financiero este gobierno ya cumplió con su papel de reconocer las deudas y consumar los ajustes que ya se habían hecho contra los trabajadores; ahora hay que preparar el terreno para que un próximo gobierno vaya más a fondo y ejecute las hipotecas.

Hace una semana Financial Times decía sobre la Argentina: “Panorama desolador”. Consideró que “frente a un gobierno débil, empeñado en un populismo peronista y políticas económicas fallidas, el Fondo debería haber insistido en metas más duras para inspirar confianza en los mercados y la inversión. Antes que parches, lo que la Argentina necesita es un poco de amor duro… Argentina debería estar viviendo un boom” y enumera potenciales sectores con los que cuenta para salir airoso de la dura crisis económica que atraviesa.

“La nación sudamericana tiene algunas de las mayores reservas de petróleo y shale oil del mundo. Cuenta con un vibrante sector tecnológico y ha creado el gigante del comercio electrónico más exitoso de la región. Es uno de los principales exportadores internacionales de grano y posee abundantes reservas de litio en un momento en que la demanda de ambos se ha disparado debido a la guerra de Ucrania y al impulso mundial de electrificación”.

Continúa: “Argentina se tambalea hacia uno de sus colapsos periódicos. La inflación alcanzó el 64% en junio; puede llegar al 90% a fines de año. En el mercado negro, el dólar se cotiza a más del doble del tipo de cambio oficial, ya que los argentinos corren a deshacerse de los pesos”.

Respecto a la crisis de deuda afirma que “la deuda soberana, reestructurada hace menos de dos años, vuelve a cotizar a niveles de tensión mientras los inversores se cubren”, calificaron a la Argentina como “defaulteador permanente de Sudamérica” y alertan por el peligroso acercamiento a lo que califican como una “ruina financiera”.

Elogió a Martín Guzmán: “Guzmán había dirigido exitosas reestructuraciones de deuda con acreedores privados y el FMI, pero era odiado por Fernández de Kirchner y sus aliados por negarse a gastar más… Su salida privó al Gobierno de su única figura creíble.

The Wall Street Journal titula: “Argentina se encamina a otro crack”. El medio estadounidense adelantó una hiperinflación y puso en duda la ayuda de su país a la economía Argentina tras dificultarse el cumplimiento de metas impuestas por el Fondo Monetario Internacional.

Resaltó la asociación de nuestro país a los Estados de Venezuela, Rusia e Irán, poniendo en duda la transferencia del Banco Interamericano de Desarrollo por USD 500 millones”.

“El Fondo dice que el programa de estabilización y crecimiento que elaboró con Guzmán (Martín) sigue en marcha. Pero los temores generalizados de que se avecina una fuerte devaluación del peso, junto con una mayor inflación, sugieren lo contrario. El país podría encaminarse hacia otro colapso”.

Por último, en referencia al préstamo solicitado al BID, postuló que las asociaciones diplomáticas del país deberían complicar el otorgamiento del crédito, de donde Estados Unidos tiene el 30% del capital: “Si Argentina está jugando con Irán, eso debería ser de interés para el Departamento del Tesoro. Estados Unidos posee el 30% del Banco Interamericano de Desarrollo y por ello debe hacer cumplir las sanciones, pero también ejerce poder sobre los retiros de préstamos bancarios”.

El diario La Nación reproduce las opiniones de Mauricio Claver-Carone, presidente del BID: “Para obtener ayuda, la Argentina debe ayudarse a sí misma”, le pide a la Argentina “que cumpla con las metas acordadas con el FMI para recibir un préstamo de US$500 millones del organismo”, un pilar vital en la estrategia financiera del Gobierno. Esos fondos se esperaban para el trimestre pasado, y nunca llegaron.

Claver-Carone, exfuncionario de la administración de Donald Trump, que lo colocó al frente del BID, se retiró del acto de pase de mando en el Congreso con al Gobierno el mismo día que asumió Alberto Fernández tras descubrir que también había sido invitado un ministro venezolano de Nicolás Maduro. “La decisión de Claver-Carone es altamente inusual. El BID nunca dejó de prestarle fondos a la Argentina, ni siquiera cuando el país estaba en default, y ahora es el único organismo multilateral que mantiene bloqueado un crédito para el país”.

El presidente del BID critica además el acuerdo con el Fondo: “Los compromisos, mucho más modestos que los exigidos a otros países, son clave para promover un crecimiento sostenible y garantizar que el BID pueda ofrecer financiamiento fresco a la Argentina”.

“Claver-Carone era el representante de Estados Unidos en el directorio del Fondo cuando se aprobó el crédito que recibió la administración de Mauricio Macri” para evitar su default y asegurarle su reelección presidencial, por orden de Trump.

No hay cómo conciliar estos intereses con los de la Nación, ellos son los “mercados” de los que tanto se habla. O ellos o nosotros. Romper y desconocer todos los acuerdos con los organismos internacionales. No hay caminos intermedios.

 

(nota de MASAS nº419)

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