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Sri Lanka – Crisis prerrevolucionaria

La ocupación del Parlamento y de la residencia del presidente Gotabaya Rajapaksa por parte de las masas indicó la elevada radicalización de la lucha de clases. El ejército recibió la orden de disparar contra los manifestantes. Pero, no ha podido aplastar la revuelta popular, que ha crecido, día a día. El presidente ha huido del país y el gobierno está completamente desmantelado.

La crisis del poder burgués se refleja en el avance del movimiento de masas que se encamina instintivamente hacia una situación revolucionaria. Sin embargo, esta tendencia se ve obstaculizada por la ausencia de una dirección proletaria capaz de traducir su instinto en un programa, y de aprovechar la situación para constituir un gobierno propio. Esto favorece, en última instancia, a los partidos del orden burgués y a las clases dominantes que, apoyados por el imperialismo, pretenden establecer un gobierno de «unidad nacional» con el fin de preservar la gobernabilidad.

Lo cierto es que, sea cual sea la solución que se intente, la grave crisis económica y la política de contrarreformas y saqueo, dictada por el imperialismo, se mantendrán. La dependencia del país de las importaciones y del turismo, en las condiciones de colapso de la economía mundial y el aumento de los precios de las materias primas, hundirá aún más la economía nacional. El crecimiento exponencial de la deuda pública y el parasitismo financiero impedirán que se resuelvan las tendencias desintegradoras, obligando al nuevo gobierno a mantener las contrarreformas y a profundizar los ataques a los salarios y derechos.

La verdadera solución de los problemas de los obreros y populares no vendrá de un nuevo gobierno burgués. La burguesía de la isla ha demostrado ser completamente incapaz y servil al imperialismo. Al contrario: su solución vendrá cuando los explotados tomen el poder en sus manos, e impongan la autodeterminación nacional, sobre la base de la expropiación y estatización de los medios de producción y de intercambio.

Es esencial reconocer que la crisis prerrevolucionaria abierta en Sri Lanka forma parte de las tendencias de descomposición capitalista y de la apertura de una etapa favorable a la lucha de clases. Esto resalta en toda su importancia la tarea de superar la crisis de dirección y transformar las condiciones favorables a la revolución en programa y en acciones políticas concretas. La vanguardia con conciencia de clase debe dedicar sus mejores esfuerzos al objetivo de impulsar la lucha de clases en cada país, y converger en la reconstrucción de la IV Internacional, su dirección revolucionaria mundial.

(POR Brasil – Masas nº669)

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