La OTAN y América Latina: Esta colocada la organización del frente único antiimperialista
Según el artículo del Presidente del Instituto de Relaciones Internacionales y Comercio Exterior (IRICE), Rubens Barbosa, se está discutiendo un entendimiento entre Estados Unidos y Colombia, en torno a la presencia de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), para promover la vigilancia sobre la «crisis climática», que involucra a la «región de la selva amazónica».
El presidente colombiano, Gustavo Petro, confirmó la existencia de negociaciones en este sentido. Dice: » con EEUU hemos logrado que se cree la primera unidad militar con helicópteros Black Hawk, 12, que será la primera unidad, más que militar, policial, de apagar incendios en la selva amazónica». Sobre la OTAN, explica que «el objetivo de las conversaciones, de las que formamos parte, es llevar es llevar a la OTAN al cuidado de la selva amazónica prestando una colaboración tecnológica al respecto».
El Sr. Rubens Barbosa informa que «Colombia tiene un acuerdo de cooperación con la OTAN desde 2015, en materia de seguridad electrónica, seguridad marítima, crimen organizado y terrorismo. Colombia es el único socio global latinoamericano de la OTAN, y el primero en concluir un acuerdo de cooperación con la organización». En este sentido, expone los intereses particulares de Estados Unidos, al hacer de Colombia un contrapunto a la «presencia de Rusia y China en Venezuela».
Desde 2009, Colombia ha servido de base militar para Estados Unidos, actuando como cabeza de puente para la intervención en América Latina. A través de un acuerdo, el imperialismo norteamericano tiene libre acceso a un contingente de militares en suelo colombiano y se garantizan las operaciones en la base de Palanquero.
La decisión de Estados Unidos de dotar a la OTAN, desde 2010, de un radio de acción global, superando los límites europeos originales, concebidos en el contexto de la «Guerra Fría» contra la antigua URSS, ha puesto de manifiesto el agravamiento de la guerra comercial y, por tanto, la potenciación de las tendencias bélicas, encarnadas por las potencias. La guerra de Ucrania y la crisis de Taiwán llevaron a Estados Unidos y a las principales potencias europeas a reforzar la OTAN, ampliando su capacidad militar y su alcance global. Es en el contexto de esta convulsa situación que el recién elegido gobierno de Colombia, considerado de izquierda, cedió a las presiones de Biden, para hacer el acuerdo de 2009 más coherente con las necesidades e intereses del imperialismo estadounidense. El problema, como podemos ver, es más amplio que la ofensiva de Estados Unidos para controlar la Amazonia, que hace tiempo que se ha convertido en estratégica para su hegemonía, e implica el dominio y la confrontación con Rusia y China.
La ausencia de respuesta de los explotados colombianos, al menos por ahora, pone de manifiesto la gravedad de la crisis de dirección revolucionaria. Es necesario tomar este hecho como una advertencia en toda América Latina. Los gobiernos burgueses, ya sean de izquierda, centro-izquierda, centro-derecha o ultraderecha, son incapaces de reaccionar ante la ofensiva del imperialismo estadounidense. Sólo la clase obrera puede poner en marcha un movimiento antiimperialista para combatir con el programa y métodos revolucionarios contra la dominación y la opresión que ejercen el capital financiero-monopolista. Se trata de trabajar por la constitución de un frente único antiimperialista, bajo la dirección de la clase obrera.
¡Estados Unidos fuera de Colombia! ¡Fuera el imperialismo de América Latina!
(POR Brasil – Massas nº675)