“Precios Justos”: una nueva estafa
Hace unos cuantos meses Alberto Fernández anunciaba solemnemente que se declaraba la guerra a la inflación. El resultado está a la vista. En esa guerra los oprimidos hemos sido aplastados, nuestros ingresos destruidos.
Los empresarios han aumentado los precios muy por encima de los ajustes de los ingresos de la población. Aumentaron más que el dólar oficial, que el dólar paralelo, y todas las variantes de dólar que se conocen, aumentaron más que las tarifas, más que la emisión de moneda, más que los precios internacionales, etc. Todas las excusas que ponen los empresarios han quedado al desnudo, son falsas. Lo único que explica la imparable suba de precios es la búsqueda de la máxima ganancia posible, porque los rubros que más aumentan los precios son aquellos que están altamente concentrados, monopolizados. Lo explica la actitud miserable del gobierno que ni siquiera se anima a aplicar las leyes en vigencia sobre abastecimiento, sobre comportamientos monopólicos, etc. La respuesta de los empresarios ha sido duplicar la subida de los precios en los últimos meses, al borde de la hiperinflación.
El CEPA informa que entre enero y septiembre el Azúcar aumentó 96,3%, Detergente: 119,5%, Dulce de leche: 82,3%; con una inflación acumulada de 66,2%. Entre enero y octubre: Coca Cola grande 130,2%, Tallarín Luchetti 177,6%, Lavandina Ayudín 182,9%. Con una inflación acumulada de 76,5%.
El Gobierno ahora lanza un nuevo programa de “contención de precios” luego que los capitalistas subieron brutalmente todos los precios de la economía. Es un nuevo engaño para tratar por unos meses de mostrar en las estadísticas que la inflación empieza a bajar. ¿Qué es un “precio justo”? Es un vil engaño ¿O por casualidad van a rebajar los precios? ¡Que no nos intenten vender una desaceleración de inflación para cerrar paritarias a la baja!
Las remarcaciones constantes de precios de los productos de primera necesidad en los últimos meses que ha ocasionado la caída del consumo que se está registrando en varios rubros y que explica las constantes campañas de los supermercados con promociones y rebajas para alentar el consumo. Ni eso detiene la remarcación. Los empresarios rechazan que los productos tengan impreso el precio, rechazan cualquier forma de control o regulación.
Los monopolios de producción y comercialización deben ser confiscados para asegurar el abastecimiento de todos los productos esenciales a un precio que se pueda pagar. Los libros tienen que ser abiertos para que conozcamos sus verdaderos costos y ganancias. Los trabajadores tenemos que tomar en nuestras manos, colectivamente, el control de la producción y la comercialización. La burocracia rechaza cualquier choque con las patronales, son sus socios. Como rechaza la lucha por el ajuste mensual de salarios y jubilaciones de acuerdo al incremento real de la canasta familiar y colocar lo que cuesta esa canasta como el piso mínimo que debe percibir cualquier trabajador.