CERCI

La guerra de Ucrania y el problema de la paz

Nueve meses de guerra en Ucrania

Ante la prolongada guerra en Ucrania, provocada por el cerco imperialista de Rusia, y ante la opresión nacional practicada por el Estado ruso restauracionista sobre el pueblo ucraniano, así como por las posibilidades de desmembramiento de la nación oprimida, se ha planteado la tarea de que la clase obrera levante una bandera propia, es decir, una bandera que ninguna de las partes beligerantes, a pesar de las diferencias en las posiciones que llevaron a la guerra, puede encarnar. La bandera de la paz sin anexiones es la respuesta de la clase obrera y de la mayoría oprimida, tanto en Ucrania como en Rusia y en toda Europa.

Al ser una respuesta de clase, dirigida a acabar con la guerra, implica la unidad de los explotados contra los explotadores y toda forma de opresión nacional. La bandera de la paz sin anexiones no puede ser verdaderamente asumida, ni por el imperialismo ni por el Estado ruso. Lo que significa que si la clase obrera no se levanta unida contra la guerra y en defensa de su estrategia histórica de superación del capitalismo, no habrá solución progresiva.

Esta conclusión se basa en la experiencia de la lucha revolucionaria en la Primera Guerra Mundial, cuando la clase obrera rusa, bajo la dirección del bolchevismo, encarnó y materializó la bandera de la paz sin anexiones. Esta lucha por el fin de la guerra, desencadenada por las fuerzas del imperialismo, permitió al Partido Bolchevique, bajo la dirección de Lenin, elaborar los fundamentos programáticos del proletariado, frente a las guerras que surgen del capitalismo en su última fase, que es la imperialista.

A continuación publicamos el momento crucial en que el gobierno soviético, que acababa de constituirse, puso en práctica la bandera de la paz sin anexiones. Debe quedar claro que esta respuesta proletaria a la guerra de dominación corresponde a los fundamentos del derecho a la autodeterminación y a la separación de las naciones y pueblos oprimidos.

El Comité de Enlace por la Reconstrucción de la Cuarta Internacional (CERCI) ha llevado a cabo una campaña bajo las siguientes banderas: fin de la guerra, desmantelamiento de la OTAN y de las bases militares norteamericanas en Europa y en el mundo, derogación de las sanciones económicas y financieras de Estados Unidos y sus aliados a Rusia; autodeterminación, integridad territorial y retirada de las tropas rusas de Ucrania. Ha estado mostrando los peligros de que la guerra traspase las fronteras de Ucrania y se generalice en un enfrentamiento directo de las potencias con Rusia. Y que sólo la clase obrera, unida y en lucha, puede derrotar la ofensiva imperialista y acabar con la opresión nacional del Estado ruso en Ucrania.

La profunda crisis de dirección revolucionaria emergió en estas condiciones de escalada militar. Esto dificulta la comprensión de la necesidad de que el proletariado se levante con su programa y estrategia socialista. Es lo que también hace difícil entender que la bandera de la paz sin anexiones sea propia del programa y la política de la clase obrera frente a las guerras de dominación. Sin embargo, el CERCI no ha escatimado en defender el fin de la guerra, bajo la bandera de la paz sin anexiones, sin los imperativos de Estados Unidos, la Unión Europea y la OTAN.

El documento publicado a posteriori, formulado por Lenin, nos ayudará sin duda a comprender mejor el contenido de clase de la guerra en Ucrania, y la solidez de las respuestas que está dando el CERCI. (POR Brasil -Massas nº678)


Informe sobre la paz (Lenin, 26 de octubre de 1917)

INFORME SOBRE LA PAZ

El problema de la paz es un problema candente, el gran problema del momento. Mucho se ha dicho y escrito sobre el tema, y todos ustedes, sin duda, lo habrán discutido no pocas veces. Permítanme, pues, leer una declaración que debe hacer pública el 😐 gobierno elegido por ustedes.

Decreto sobre la paz

El gobierno obrero y campesino, surgido de la revolución del 24 y 25 de octubre y que se apoya en los soviets de diputados obreros, soldados y campesinos, llama a todos los pueblos beligerantes y a sus gobiernos a iniciar negociaciones inmediatas para una paz justa y democrática.

Por una paz justa y democrática, por la que suspiran la aplastante mayoría de la clase obrera y los trabajadores de todos los países beligerantes, agotados, atormentados y agobiados por la guerra, una paz que los obreros y campesinos rusos vienen reclamando categórica e insistentemente desde el derrocamiento de la monarquía zarista, por una tal paz, el gobierno entiende una paz inmediata, sin anexiones (es decir, sin conquistas de territorios ajenos, sin incorporación violenta de naciones extranjeras) y sin indemnizaciones.

El gobierno de Rusia propone que una paz de este tipo sea concertada inmediatamente por todas las naciones beligerantes y se declara dispuesto a tomar ahora, sin dilaciones, todas las medidas necesarias, hasta la ratificación definitiva de todas las condiciones para una paz semejante, por asambleas autorizadas de los representantes del pueblo de todos los países y de todas las naciones.

De acuerdo con el sentido de la justicia de los demócratas en general, y de las clases trabajadoras en particular, el gobierno entiende por anexión o conquista de territorios ajenos toda incorporación a un Estado grande y poderoso de una nación pequeña o débil, sin el deseo o consentimiento explícito, clara y libremente expresado de esa nación, con independencia de la época en que haya tenido lugar esa incorporación violenta, con independencia asimismo, del grado de civilización o de atraso de la nación anexada por la fuerza a un Estado dado o mantenida por la fuerza dentro de sus límites; y con independencia, por último, de si dicha nación se encuentra en Europa o en lejanos países de ultramar.

Si una nación cualquiera es mantenida por la fuerza dentro de los límites de un Estado, si, a pesar de su expreso deseo —no importa si expresado en la prensa, en reuniones públicas, en las resoluciones de los partidos o en protestas e insurrecciones contra la opresión nacional—, no se le concede el derecho de decidir las formas de su régimen estatal por votación libre, realizada después del retiro total de las tropas de la nación conquistadora o, en general, más poderosa y sin ejercer la menor presión, semejante incorporación es una anexión, es decir, conquista y violencia.

El gobierno considera que continuar esta guerra por el reparto, entre las naciones fuertes y ricas, de las nacionalidades débiles por ellas conquistadas, es el mayor crimen contra la humanidad, y proclama solemnemente su resolución de firmar inmediatamente las condiciones de paz que pongan fin a esta guerra, en las condiciones indicadas, que son justas por igual para todas las nacionalidades sin excepción.

El gobierno declara, al mismo tiempo, que en modo alguno considera como ultimátum las condiciones de paz antes mencionadas; en otras palabras, que está dispuesto a considerar cualesquiera otras condiciones de paz, e insiste sólo en que sean presentadas lo más rápidamente posible por cualquier país beligerante, y que en las proposiciones de paz debe haber absoluta claridad, y total ausencia de ambigüedades y secreto.

El gobierno suprime la diplomacia secreta, y manifiesta su firme intención de llevar a cabo todas las negociaciones abiertamente, a la vista de todo el pueblo; inmediatamente, procederá a publicar en forma completa los tratados secretos, apoyados o concertados por el gobierno de terratenientes y capitalistas desde febrero hasta el 25 de octubre de 1917. El gobierno proclama la anulación incondicional e inmediata de todas las cláusulas de esos tratados secretos que tiendan, como sucede en la mayoría de los casos, a proporcionar ventajas y, privilegios a los terratenientes y ¡a los capitalistas rusos, y a la retención o ampliación de las anexiones realizadas por los gran rusos.

Al proponer a los gobiernos y a los pueblos de todos los países iniciar inmediatamente negociaciones públicas de paz, el gobierno, por su parte, manifiesta su disposición a realizar estas negociaciones por escrito, por telégrafo, o mediante negociaciones entre los representantes de los distintos países, o en una conferencia de esos representantes. Con el objeto de facilitar esas negociaciones, el gobierno designa su representante plenipotenciario ante los países neutrales.

El gobierno propone a todos los gobiernos y pueblos de todos los países beligerantes, un armisticio inmediato, y por su parte, considera conveniente que este armisticio sea concertado por un período no menor de tres meses, es decir, un período suficientemente largo como para permitir la terminación de las negociaciones de paz con la participación de los representantes de todos los pueblos y naciones, sin excepción, comprometidos en la guerra u obligados a participar en ella, y la convocación de asambleas autorizadas de representantes de los pueblos de todos los países para la ratificación definitiva de las condiciones de paz.

Al dirigir esta proposición de paz a los gobiernos y a los pueblos de todos los países beligerantes, el gobierno provisional obrero y campesino de Rusia se dirige en particular también a los obreros con conciencia de clase de las tres naciones más adelantadas de la humanidad, de los tres Estados más importantes que participan en la guerra actual: Inglaterra, Francia y Alemania. Los obreros de estos tres países han prestado los mayores servicios a la causa del progreso y del socialismo; han proporcionado los magníficos ejemplos del movimiento cartista* en Inglaterra, de una serie de revoluciones de importancia histórica realizadas por el proletariado francés y, por último, de la lucha heroica contra la ley de excepción en Alemania y el trabajo prolongado, tenaz y disciplinado de crear organizaciones proletarias de masas en Alemania, trabajo que sirve de ejemplo a los obreros de todo el mundo. Todos estos ejemplos de heroísmo proletario y de actividad creadora histórica son una garantía de que los obreros de los países mencionados comprenderán el deber que hoy enfrentan de librar a la humanidad de los horrores de la guerra y de sus consecuencias, de que esos obreros, con su actividad múltiple, resuelta, abnegada y enérgica, nos ayudarán a concertar la paz con buen éxito, y, al mismo tiempo, a liberar a las masas trabajadoras y explotadas de toda forma de esclavitud y de toda forma de explotación.

***

El gobierno obrero y campesino, creado por la revolución del 24 y 25 de octubre, y que se apoya en los soviets de diputados obreros, soldados y campesinos, debe iniciar inmediatas negociaciones de paz. Nuestro llamamiento debe ser dirigido a los gobiernos y a los pueblos. No podemos ignorar a los gobiernos porque ello postergaría la posibilidad de concertar la paz, y un gobierno popular no puede atreverse a hacerlo. Pero no tenemos derecho a no dirigirnos al mismo tiempo a los pueblos. En todas partes hay desacuerdos entre los gobiernos y los pueblos, y por eso debemos ayudar a los pueblos a intervenir en los problemas de la guerra y de la paz. Insistiremos, naturalmente, en todo nuestro programa de paz sin anexiones ni indemnizaciones. No nos apartaremos de él, pero no debemos dar a nuestros enemigos la posibilidad de decir que sus condiciones difieren de las nuestras y que, por consiguiente, es inútil entablar negociaciones con nosotros. Sí, debemos privarlos de esa posición ventajosa, y no presentar nuestras condiciones en forma de ultimátum. Por eso se incluye un punto que señala que estamos dispuestos a considerar todas las condiciones de paz, todas las proposiciones. Las consideraremos, pero eso no significa necesariamente que las aceptaremos. Las someteremos a consideración de la Asamblea Constituyente, que tendrá plenos poderes para decidir qué concesiones se pueden hacer y cuáles no. Combatimos el engaño de los gobiernos que de palabra, todos hablan de paz y de justicia, pero que en realidad, libran guerras de conquista y de rapiña. Ningún gobierno dirá todo lo que piensa. Nosotros, sin embargo, estamos en contra de la diplomacia secreta y actuaremos abiertamente, a la vista de todo el pueblo. No cerramos los ojos ante las dificultades y nunca lo hemos hecho. La guerra no puede terminarse renunciando simplemente a ella;, no puede terminarse unilateralmente. Proponemos un armisticio de tres meses, pero no rechazaremos un período más breve, a fin de que, aunque sea por poco tiempo, el ejército exhausto pueda respirar libremente; además, en todos los países civilizados deben convocarse asambleas populares para la discusión de las condiciones de la paz.

Al proponer un armisticio inmediato nos dirigimos a los obreros con conciencia de clase de ios países que tanto han hecho por el desarrollo del movimiento proletario. Nos dirigimos a los obreros de Inglaterra, donde existió el movimiento cartista; a los obreros de Francia, que han demostrado, en repetidas insurrecciones, todo el vigor de su conciencia de clase; a los obreros de Alemania, que lucharon contra la ley contra los socialistas y han creado poderosas organizaciones.

En el manifiesto del 14 de marzo llamábamos a derrocar a los banqueros; pero, lejos de derrocar a nuestros propios banqueros, nos aliamos con ellos. Ahora hemos derrocado al gobierno de los banqueros.

Los gobiernos y la burguesía harán todos los esfuerzos posibles para unir sus fuerzas y ahogar en sangre la revolución obrera y campesina. Pero los tres años de guerra son una buena enseñanza para las masas: el movimiento de los soviets en otros países, la sublevación de la flota alemana, que fue aplastada por los junkers del verdugo Guillermo II. Debemos recordar, por último, que no vivimos en el centro de África, sino en Europa donde las noticias se difunden con rapidez.

El movimiento obrero triunfará, y preparará el terreno para la paz y el socialismo. (Aplausos prolongados y clamorosos.)

(Extraído das Obras Completas, Lênin, tomo XXII, Akal Editor)

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