Corrupción extraordinaria, ¿hasta cuándo permitiremos el saqueo?
Los capitalistas se apoderan del aparato del Estado también para hacer extraordinarios negocios, para saquearlo.
El Gobierno resolvió eliminar deuda de las las distribuidoras eléctricas Edenor y Edesur con Cammesa, la empresa mayorista, por $140 mil millones, por energía que no pagaban. El resto de la deuda por $80.000 millones lo pagarán en 96 cuotas, mientras los usuarios debemos pagar mes a mes el consumo con las tarifas que nos imponen. Otras 9 distribuidoras fueron favorecidas con planes similares. Pero estas 2 empresas concentraban el 50% de la deuda.
El gobierno argumenta que por esta vía compensa los ajustes de tarifas que reclaman las empresas privadas, sin ningún análisis de sus costos, del nivel de sus ganancias, de su inversión, de la calidad de sus servicios, si han fugado divisas, etc.
Menem privatizó y dividió el sistema eléctrico en tres sectores: la generación (usinas térmicas e hidroeléctricas), la transmisión (administradores del cableado de alta tensión) y las distribuidoras por región (que le venden la energía eléctrica a los usuarios).
Creó una compañía administradora del mercado mayorista eléctrico (Cammesa), que depende de la Secretaría de Energía, que compraría la energía a las generadoras, para venderla a las distribuidoras, garantizando el abastecimiento. Cammesa está integrada por el Estado y por empresas privadas generadoras.
Ante el reclamo de las distribuidoras por un aumento de tarifas para incrementar sus márgenes de ganancias, Macri resolvió un tarifazo extraordinario, inolvidable, sobre las espaldas de los usuarios.
Fernández no solo no revirtió los aumentos exorbitantes de Macri sino que ante el mismo reclamo permitió que las distribuidoras le compraran a Cammesa la energía con pagos parciales o, directamente sin pagar la energía que vendían.
Con Massa en el Ministerio se definió una revisión de las tarifas provocando un aumento en los ingresos de las concesionarias privadas del sistema eléctrico y una baja importante en los subsidios que otorgaba el Estado y que beneficiaba a los usuarios.
Siguiendo las instrucciones del FMI resolvió que Cammesa dejaría de recibir subsidios del Tesoro Nacional, “obligándola” a negociar con Edenor y Edesur y otras sus deudas, y no podría cederle más energía sin pagarla.
Una particularidad es que existe una comunidad de intereses entre generadores y distribuidores. Cammesa deberá pagar su deuda a las generadoras sin ninguna quita. La cuestión de la energía es vital para el país. Los subsidios del año pasado al sistema pueden haber superado los 11.000 millones de dólares, nada menos que un 3,5% del PBI. Si no hubiera este subsidio el resultado fiscal sería positivo. Esa comparación da una idea de la importancia del sector.
A la cotización actual del dólar la condonación de la deuda equivale a casi 800 millones de dólares, pero es un importe en pesos que se viene arrastrando desde hace años, por lo tanto deben ser cientos de millones más.
¿A cuántos planes “Potenciar Trabajo” equivale esta quita de deuda? Nada menos que a 4.6 millones de Planes. El Gobierno desde hace meses instrumenta una auditoria para eliminar los Planes, buscando detalles para darlos de baja. ¿Qué auditoria se hizo para determinar semejante beneficio a estas empresas? ¿Por qué no se difunde por todos los medios durante semanas la información sobre los negocios de las distribuidoras? ¿Quiénes son los dueños de las empresas? ¿qué relación tienen con el gobierno?
Recientemente el Gobierno dejó pasar una oportunidad para quedarse, en términos burgueses, con Edesur que fue “comprada” por los amigos de Massa, Vila, Manzano y Filiberti, a Marcelo Mindlin de Pampa Energía. Podría haber utilizado los créditos que tenía a su favor contra la empresa. Toda esa operación huele también a corrupción. A su vez Enel la empresa multinacional presente en todas las etapas del negocio ha decidido hace pocas semanas vender parte de sus empresas en Argentina, ¿el Gobierno no tiene nada qué decir? ¿No es una oportunidad para tomar esas empresas? ¿quién va a comprar Enel, que tiene un peso tan significativo?
Se debe terminar inmediatamente con el monopolio privado en la generación y distribución de energía, medida neoliberal adoptada por Menem y nunca revertida. El gran desarrollo de la infraestructura energética fue realizada bajo el monopolio estatal, invirtiendo todo lo necesario. Debe ser nacionalizada completamente bajo control obrero colectivo.