Huelga general en Francia

El 19 de enero marcaron el retorno de las grandes manifestaciones en Francia. La huelga general convocada por un frente unico de centrales sindicales demostró al Gobierno de Emmanuel Macron que los trabajadores no aceptan que la crisis del capitalismo se descargue sobre sus espaldas.

El nuevo ataque a la Seguridad Social empeora las condiciones de vida de la mayoría de los franceses. Por eso, justo después de que la Primera Ministra, Elisabeth Borne, presentara el proyecto de ley que eleva la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años y aumenta de 42 a 43 años el periodo de aportes para jubilarse con el salario íntegro, los trabajadores acataron la convocatoria de huelga general y se echaron a la calle en casi todo el país.

El gobierno de Nicolas Sarkozy, en 2010, se enfrentó a grandes protestas, pero acabó imponiendo un aumento de la edad mínima de 60 a 62 años. Las direcciones sindicales cedieron a las presiones políticas y a la represión gubernamental, y el movimiento no tuvo forma de detener la contrarreforma de las pensiones. Después de 13 años, Macron vuelve al ataque en las condiciones del agravamiento de la crisis económica y la necesidad de los capitalistas de proteger sus negocios. La respuesta de las masas comenzó tan fuerte y radical como hace años.

Según datos de la CGT, más de dos millones de trabajadores salieron a la calle en más de 200 manifestaciones en toda Francia. Sólo en París, 400.000 personas protestaron y no se dejaron intimidar por la represión.

La huelga general tiene lugar esta vez en plena guerra en Ucrania, cuyas repercusiones en la economía europea se están convirtiendo en un mayor empobrecimiento de la clase obrera y de las capas de la clase media, arruinadas desde que se abrió la crisis mundial en 2008, y más recientemente con la devastadora pandemia.

El gobierno de Macron ha servido a la estrategia bélica estadounidense, costosa para el país y especialmente para los franceses. Desgraciadamente, las direcciones sindicales ocultan el lugar de la guerra en la crisis europea, impidiendo que el proletariado y los demás explotados se levanten contra los objetivos del imperialismo yanqui y de la OTAN, que han convertido a Ucrania en carne de cañón. Pero es cuestión de tiempo que se rompa la camisa de fuerza impuesta por la burguesía imperialista a los explotados.

La huelga general en Francia no es un caso aislado. En varios países de Europa Occidental, como el Reino Unido, España, Bélgica y Portugal, las huelgas y protestas gesticulan objetivamente un movimiento unitario de la clase obrera y demás trabajadores contra las mismas políticas burguesas, que se está desarrollando en todas partes.

Es evidente que el problema principal reside en la crisis de la dirección revolucionaria, en la ausencia de poderosos partidos proletarios y del Partido Mundial de la Revolución Socialista, la IV Internacional, que debe ser reconstruida. Sin embargo, el empeoramiento de las condiciones de la guerra en Ucrania y la necesidad imperiosa de las masas de defenderse, como lo demuestra la huelga general en Francia, favorecen la emergencia de una vanguardia de clase que retome las conquistas del marxismo-leninismo-trotskismo e impulse la lucha por la superación de la crisis de dirección.

En nuestro país, debemos dar a conocer y exaltar el ejemplo de la lucha de los explotados en Francia. ¡Viva la huelga general en Francia! ¡Que la reanudación de la huelga general el 31 de enero sea más amplia y masiva! ¡Por la derrota de Macron y la victoria de los trabajadores!

(POR Brasil – Masas nº681)

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